Escuela especial Manzitti

Autos en la vereda bloquean el acceso a una escuela para ciegos

En Urquiza 790, vehículos en infracción entorpecen la entrada al establecimiento de niños y adolescentes que se manejan con el bastón. Docentes hicieron público el reclamo para pedir respeto y concientización.

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“Es una infracción, pero que se agrava porque es un lugar por el que pasan alumnos que usan bastón (blanco o verde), prótesis o, en algunos casos, llegan alzados por sus padres”, planteó la directora Alicia Fulliana.

Foto: Gentileza Escuela Manzitti.

 

De la Redacción de El Litoral

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El acceso a la Escuela Especial Nº 2075 Dr. Edgardo Manzitti para niños y jóvenes con discapacidad visual se ve diariamente entorpecido por autos estacionados sobre la vereda. El establecimiento está en el sur de la ciudad, en Urquiza 790.

Cansados de este problema, familiares y docentes de los alumnos denunciaron el inconveniente a este medio. “Es una situación que se viene repitiendo con una frecuencia desbordante y sin ningún tipo de pudor. Desde que se terminó de construir la vereda el año pasado, la usan para estacionamiento. Es una infracción, pero que en este caso se agrava porque es un lugar por el que pasan alumnos que usan bastón (blanco o verde), prótesis o, en algunos casos, llegan alzados por sus padres”, planteó la directora de la institución, Alicia Fulliana.

Más allá del ingreso y egreso del establecimiento, las salidas con los niños y adolescentes son un aspecto importante de la rutina escolar. “Nuestro trabajo tiene mucho que ver con salidas por diferentes zonas aledañas: al parque, a negocios, a diferentes organismos... Y es ahí cuando los alumnos que usan el bastón se encuentran con un obstáculo que no tiene razón de ser en una vereda, como es un vehículo estacionado”, explicó la directora.

Reclamo público

En un primer momento, las autoridades de la escuela hablaron con los vecinos para explicarles los inconvenientes que esta infracción genera. “El tema es que no son siempre los mismos vehículos”, aclaró Alicia.

Como el problema continuó, llamaron a la grúa en varias oportunidades, pero esta medida sólo trajo soluciones momentáneas. “Cuando llega la grúa, todos corren los autos y, cuando se va, vuelven a dejarlos”, lamentó Fulliana, y remarcó la necesidad de un control que perdure.

También se comunicaron con la Defensoría del Pueblo para plantear su inquietud. Pero por ninguno de estos canales logró solucionar el inconveniente.

“Fue por eso que decidimos hacer público nuestro reclamo a través del diario, para que la gente tome conciencia de que es un lugar donde no habría que estacionar y por el que constantemente transitan alumnos de todas las edades, desde las 7.30 de la mañana hasta las 17.30”, finalizó la directora.