Primer tiempo flojísimo y una mejoría en el segundo que no alcanza...

Era una “final” que no se jugó como una final

  • El propio Marini había dicho que el partido era tan decisivo para Huracán como para Unión. Sin embargo, el equipo no le respondió y dio un paso atrás al repunte que había tenido en los dos partidos anteriores.
Era una “final” que no se jugó como una final
 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Buenos Aires)

“Entramos con mucha displicencia sin entender lo que nos estamos jugando, una serie de rebotes sirvió para que Huracán se ponga arriba sin haber hecho mas que nosotros, tuvimos un par de jugadas donde nos faltó claridad, ajustamos algunas cosas y mejoramos en el complemento, la generación de juego, nos deja muy tranquilos”. Esto dijo Marini después del partido. Cuesta creer lo de la displicencia. Mucho más cuando, oportunamente, el mismo entrenador había resaltado que “nos jugamos finales hasta que termine el torneo”. ¿Se puede jugar una “final” con displicencia?. Imposible.

Después está lo otro: el análisis futbolístico de Marini. El tiene que partir de una base: lo de anoche fue un paso atrás. Esa brisa de aire fresco que se había producido en los partidos con Estudiantes y Newell’s, quedó en el recuerdo. Unión volvió a ser el equipo de la mediocridad exasperante. En el primer tiempo con más razón que en el segundo. Pero lo del segundo no es para ponerlo bajo el manto de una ilusión o algo por el estilo. Ni siquiera para poner en duda el resultado.

¿Fue figura Marcos Díaz, el arquero de Huracán?, sí, fue figura. Pero fue figura por dos pelotas difíciles ante sendos remates desde afuera del área y varios centros descolgados, cuando Unión, en el segundo tiempo, buscaba la cabeza salvadora de Anselmo, de Soldano o de Erramuspe, que en tiempo de descuento casi empata el partido, pero le erró al arco en su “palomita”. Es que fue un partido de tan baja calidad, que cuesta encontrar algún rendimiento individual que lo supere. Pero no fue porque Unión lo haya “peloteado”. Lejos estuvo de ser así. Unión no fue, ni por asomo, el equipo empeñoso y buscador de Estudiantes, más allá del resultado final. O el que le ganó a Newell’s.

Hay algo que se le rescata a Marini y es la permanente búsqueda. Trata de sacarle el poco jugo que le queda a este plantel. Pone volantes de juego pero el equipo no juega. Mete tres delanteros pero al equipo le cuesta atacar. A Vadalá le dio continuidad, ayer lo hizo jugar de enganche o media punta, pero no es un jugador capaz de armar juego. Es lo de siempre: insinúa mucho más de lo que concreta. Daría la impresión de que es un jugador que necesita un salto de calidad, ese que le puede dar, por ejemplo, marcar un gol importante.

El primer tiempo de Unión fue decididamente flojo. Y el segundo marcó un leve repunte que no llega ni siquiera al nivel de poner en duda el resultado o de provocar algo de entusiasmo. Hubo que emparchar rápidamente el equipo con dos cambios obligados. Cejas entró a jugar de enganche y luego se recostó por izquierda. Gamba terminó jugando de wing derecho, con dos referencias adentro del área. Esto es lo que tiene Marini. Vive de pruebas constantes. Tanto con los esquemas como con las posiciones de los jugadores. El único que estuvo a la altura de las circunstancias fue Acevedo, justamente el más complicado a la hora de buscar la continuidad de algunos de los jugadores de este plantel.

La mediocridad de Huracán, demostrativa de lo que está sufriendo con el promedio, alcanzó para ganar el partido con un golazo desde afuera del área. Esto es algo que también sirve para medir el rendimiento de Unión. Y en parte desconcierta, porque venía de jugar mejor ante dos rivales superiores: Estudiantes y Newell’s. Es algo propio de un equipo al que le ha costado muchísimo a lo largo de este 2017 que se va extinguiendo, en su primera parte, “sin pena ni gloria”.

La primera reacción de Spahn para cambiar el rumbo se dio: la contratación de un manager. Es un aliciente que el presidente no tome decisiones futbolísticas, porque está a la vista que ha tropezado dos veces con la misma piedra. Así como fue capaz de armar dos buenos planteles para ascender, y de saber mantenerlos para no descender al año posterior, también es una clara realidad que cuando se vio medianamente tranquilo en la tabla de promedios, borró con el codo todo lo que había escrito con la mano. Por eso vino aquél rápido descenso, nacido de una situación deportiva propicia que se dilapidó y no supo aprovecharse para pegar el tan mentado salto de calidad.

No es necesario “endeudarse” para armar un equipo competitivo. No es necesario poner en riesgo la estructura económica del club. Hay que hacer un esfuerzo, claro, y Spahn es el que más sabe que hay que apostar para ganar. Spahn no puede ni debe “advertir” que el armado de un buen equipo significará poner en riesgo a la institución. Creatividad, astucia y, sobre todo, conocimiento, es lo que debe poner en juego el presidente para cambiar el rumbo futbolístico y pensar en algo más grande para su club. Ya lo hizo alguna vez. No sería algo nuevo para él.

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El único que lo entendió

Nelson Acevedo se lleva la pelota ante la marca de Bogado. El volante central de Unión fue el más criterioso en el manejo de la pelota y por momentos se adueñó del mediocampo. No alcanzó. Foto: Matías Nápoli

 

síntesis

Huracán 1

Unión 0

Cancha: Huracán.

Arbitro: Juan Pablo Pompei.

Huracán: Marcos Díaz; Carlos Araujo, Martín Nervo, Federico Mancinelli, Lucas Villalba; Alejandro Romero Gamarra, Mauro Bogado, Matías Fritzler, Ignacio Pussetto; Norberto Briasco y Diego Mendoza. DT: Juan Manuel Asconzábal.

Unión: Matías Fidel Castro; Brian Blasi, Carlos Erramuspe, Leonardo Sánchez, Nahuel Zárate; Diego Villar, Nelson Acevedo, Santiago Magallán, Guido Vadalá; Lucas Gamba y Franco Soldano. DT: Pablo Marini.

Gol: en el primer tiempo, a los 29 minutos, Romero Gamarra (H).

Cambios: en el primer tiempo, a los 42 minutos, Mauro Cejas (U) por Vadalá.

En el segundo tiempo, A los 12 m. Mauro Pittón (U) por Sánchez; a los 20m. Federico Anselmo (U) por Magallán y Lucio Compagnucci (H) por Bogado; a los 34m. Daniel Montenegro (H) por Mendoza; a los 42, Mariano González (H) por Montenegro.

Amonestado: en Unión, Erramuspe.

 
 
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El lamento de Zárate

Huracán llegó al gol en un momento de gran paridad y mucha chatura en el partido. Luego de un centro atrás que fue rechazado a medias, empalmó Romero Gamarra para ponerla lejos del alcance de Castro. El lateral tatengue se lamenta en pleno festejo del Globo.

Foto: Matías Nápoli

BAJO LA LUPA

CASTRO (6).- Sacó un remate de Fritzler y un mano a mano a Mendoza que le dan sobrados condimentos para el aprobado.

BLASI (5).- De “4” cumplió dándole marca al lateral. Después, en el segundo tiempo, pasó a jugar de central, que es su puesto natural.

SÁNCHEZ (4).- Pareció que no jugó con comodidad desde que empezó el partido. Salió en el entretiempo con un dolor en la rodilla.

ERRAMUSPE (4).- Como el resto de los jugadores, debe estar esperando que termine el torneo para intentar la vuelta a un nivel que ha perdido. Sobre el final, casi le da el empate a Unión con una palomita que se fue muy cerca.

ZÁRATE (5).- El juego se inclinó mucho por su sector en el primer tiempo. Ganó y perdió, pero impuso su temperamento en muchos pasajes.

VILLAR (5).- Por momentos entró en el enriedo propio del juego, sin aportar la claridad necesaria. Arrancó por izquierda y después pasó a jugar por derecha. Discreto partido.

ACEVEDO (6).- De lo poco para rescatar. Fue el mejor jugador de Unión en un contexto en el que no había que hacer demasiado para sobresalir. El más claro con la pelota.

MAGALLÁN (4).- Venía bien y era la sorpresa del equipo en esta parte final, pero ayer se vio envuelto en una mediocridad alarmante. Apenas un par de pelotas puestas en profundidad en el primer tiempo. Muy escaso su aporte.

GAMBA (5).- Ganó y perdió. Terminó jugando de wing derecho y fue uno de los responsables de hacer figura a Díaz cuando lo hizo revolcar ante una volea desde afuera del área que se le metía con mucha potencia.

SOLDANO (5).- Mucho empeño y esfuerzo físico, pero escasa capacidad para complicar a los defensores rivales. Es un jugador al que hay que abastecer mejor para que pueda hacer lo que sabe: marcar goles. Su eficacia bajó considerablemente en estos tiempos de malaria futbolera.

VADALÁ (4).- Un par de arranques inquietantes y jugadas mal terminadas. Esto es casi una constante. Marini lo mandó a jugar de enganche, delante de los tres volantes. Se lesionó y es posible que esto lo margine por lo que resta del torneo.

CEJAS (4).- Empezó de enganche y terminó por izquierda. No fue el aporte necesario de claridad con la pelota. Sólo algunos centros que no tuvieron un exacto destino.

MAURO PITTÓN (5).- Jugó de “4”, ingresó con todas las ganas de mostrarse y a veces se pasó de revoluciones. Un disparo suyo fue desviado en gran forma por Marcos Díaz, cuando se le metía abajo junto al palo derecho.

ANSELMO (4).- Le tiraron centros pero ganó poco adentro del área.