Protesta en bulevar Gálvez al 1500

Reclaman obras de mantenimiento en el ex Hospital de Niños

Esta mañana, un grupo de trabajadores denunció que la situación edilicia es crítica. En abril, un informe de El Litoral había advertido sobre las rajaduras, los problemas eléctricos y hasta la falta de gas natural.

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Los trabajadores que reclamaron esta mañana en el frente del ex hospital aseguran que en el 4º piso el archivo está colapsado.

Foto: Flavio Raina

 

Gastón Neffen

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Hace casi 70 años, Eva Duarte de Perón vino a Santa Fe para inaugurar el Hospital de Niños de Santa Fe, en lo que había sido un sanatorio privado de avanzada, que había logrado premisos internacionales por su arquitectura. Ahora, en la fachada hay graffitis y persianas rotas. El tanque de agua está rajado y también el conducto de humo. Hay problemas de iluminación y la entrada del centro de salud —y a parte de los subsuelos— está tapizada de excrementos de paloma, humedad y mugre.

Es una postal del abandono y la falta de mantenimiento —al punto que desde hace una década ni siquiera cuenta con gas natural el edificio— y los trabajadores vienen denunciando estos problemas desde hace años. El Litoral hizo un informe especial a finales de abril, que puso en foco algunas de las “patologías edilicias” del ex hospital, en donde funcionan áreas importantes de los ministerios de Salud y Trabajo, como la Dirección de Higiene y Salud del Trabajador —cuyo personal está en asamblea permanente—, la Dirección de Promoción de Prevención de la Salud y la de Bioquímica y Farmacia, entre otras.

“Hace cinco años que denunciamos estos problemas. En el 4º piso, donde está la Dirección de Higiene, el archivo está desbordado y las condiciones lumínicas son lamentables”, aseguró Alejandro Esquivel, del gremio ATE, que esta mañana organizó una protesta en la puerta del ex hospital.

Al analizar los problemas de mantenimiento, la fachada se destaca por los graffitis, las persianas rotas y la suciedad de la pared. También por el mal estado de la vereda —faltan baldosas en dos sectores—, lo que ha generado multas del municipio.

En el interior del edificio, el viejo tanque de agua —que está desde la inauguración en la década del 40— está rajado. Los empleados hace más de diez años que piden que se reemplace por tanques de material plástico.

En el subsuelo —hay algunos sectores que están clausurados por su estado—, hay problemas de humedad y un pérdida cloacal generó muchos problemas. El conducto de humo, además, que recorre los pisos como un eje vertical y se utilizaba para incinerar residuos, está rajado de punta a punta.