Preserven el tambo

Los tamberos de Santa Fe y Córdoba se reunieron en San Francisco para analizar la actualidad de la producción lechera. Denuncian falta de interés y burocracia del Estado nacional.

Federico Aguer

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“Seguimos en un sistema salvaje de sálvese quien pueda”, anunciaron esta semana los tamberos de Santa Fe y Córdoba, luego de reunirse en San Francisco. “Vemos con mucha preocupación que se siga importando manteca en el marco de un panorama problemático, porque si falta queso u otro derivado de la leche, este Gobierno en vez de incentivar la industria local, abrirá todavía más las importaciones”, le dijo Fernando Córdoba, titular de Meprolsafe a Campolitoral.

“Nos preocupa el futuro, porque no sabemos qué va a pasar con el sector por la falta de reglas claras, vemos una clara concentración y cierre de tambos”, agregó con impotencia. Según Córdoba hay que trabajar en una política lechera nacional que permita saber qué hacer cuando la producción exceda al consumo local (algo que ocurre inexorablemente año a año). “Tiene que haber un consenso, porque hoy el único mercado rentable para exportar es Brasil, por los problemas internos de impuestos, energía y laborales que tenemos para hacer rentable la exportación”, asegura. Y sostiene que las industrias deben generar un fondo compensador para que se puedan cubrir los eventuales déficits de las que exportan.

Los tamberos denuncian un deterioro de toda la cadena, y en particular de los productores. “El Gobierno no implementa ninguna regla de juego”, denuncian. “Nuevamente solicitamos que tengan la decisión política de darle previsibilidad a la cadena láctea argentina”.

No caben dudas que la apertura de la economía era necesaria. Aunque igualmente imprescindible era una planificación que permita prever su impacto interno, para potenciar a una cadena que atraviesa una crisis extraordinaria (estructural y coyuntural). La lechería argentina precisa de un shock que incluya una activa estrategia en el mercado externo, una replanteo de los costos de la industria y -ante todo- preservar a los tamberos que quedan.