Muestra de Palermo

Concurso de aperos criollos fue la nota del domingo en la Rural

En la exposición rural de Palermo 2017 se cumplió ayer, en la pista central, con el tradicional concurso de aperos criollos y pasado el mediodía con los típicos paseos en carruajes tirados por las más cotizadas cabalgaduras.

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Los jurados debieron observar con detenimiento los aperos con los que se llegaron a la arena palermitana para participar del tradicional concurso.

Foto: Agencia DyN

 

Redacción de El Litoral

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DyN

Con un cielo encapotado y el andar de las familias en un típico día de domingo

Con una temperatura promedio de 14 grados, desde las tribunas palermitanas pudo apreciarse durante la jornada el elegante movimiento de hombres camperos y amazonas que florearon y lucieron sus aperos criollos en la arena central, exhibiendo cómo era la “pilcha” que se supo mostrar en tiempos de opulencia, antaño, en la Pampa criolla.

En el concurso, los jueces debieron escudriñar cada detalle, cada emprendado, cada lienzo o manta del competidor o de las damas montadas, allí tampoco se debe perder de vista la pisada y modos de la caballada y el jinete, que en muchos casos luce estribos de piquería, botas de potro y chiripá.

También en la tradicional Misa de la Rural, realizada en la Sala de Ventas, fue recordada la figura del gremialista Momo Venegas, fallecido recientemente, en la ceremonia realizada por el sacerdote Martín Bourdieu, a la que asistieron el titular de la Rural, Luis Etchevehere, y el secretario de Agricultura, Ricardo Negri.

Con la muestra de telares, objetos de tradición argentina y artesanías, los visitantes que circularon por el Pabellón Ocre, donde también se encuentran las ovejas o llamas, no cesaban de consultar los precios de aquellas obra realizadas manualmente por artesanos de Catamarca, Entre Ríos, Formosa, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Mendoza, Neuquén, Salta, San Juan y Santiago del Estero.

Se encuentran allí desde palos de agua, tejidos de múltiples colores o bien los típicos tonos marrones y blancos, y hasta huevos de ñandú, decorados con telas vistosas de lana de oveja, con pequeñas incrustaciones.

En las vitrinas destacaban objetos camperos tales como cuadros de soga para conducir a los caballos, finos rebenques, logradas boleadoras, trabajados cuchillos o vistosas cinchas para los equinos.

Allí cerca, con música de chacareras sonando en las calles internas de la Rural, están los llamativos estand de venta de embutidos y quesos, en plena “Avenida del Colesterol”, como le suelen llamar en Palermo, donde los pastelitos valen 25 pesos y los chocolates en rama cotizan a 120 los cien gramos.

Entre las ofertas para la picada figuran por 250 pesos, un salame de Colonia Caroya, un salame tandilero, un candelario colorado, una porción de mortadela, pan de campo y un vino patero; mientras que los quesos cotizan a 250 pesos el kilo de llamado “Campo”, 60 pesos la Provoleta, 320 pesos el Fontina, 150 pesos el Condimentado, 360 pesos el Gruyere, y 150 pesos el de Cabra.

Asimismo, la Longaniza se paga a 120 pesos cada pieza, o 350 pesos el kilo de Salame Bastón tipo Criollo y 320 pesos el kilo de Panceta, todos de hechura tandilera.