Langostas y truchadas

La reaparición de mangas de estos insectos en el norte provincial activó mecanismos sanitarios de prevención. Pero a la vez desnudó las cifras de la ilegalidad y la falta de control.

Federico Aguer

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A raíz de esto, el Senasa declaró un alerta fitosanitaria a través del Programa Nacional de Acridios, por medio del cual trabaja con los gobiernos provinciales y organizaciones de productores en el Chaco, Formosa, Santiago del Estero y Santa Fe. Actualmente, el organismo sanitario nacional y las provincias realizan seguimientos sobre un área de aproximadamente siete millones de hectáreas.

Según Raúl Walker (Colegio Ingenieros Agrónomos), al tema “ahora hay que tomarlo en serio”, porque el problema es que empiecen a desovar en el suelo. “Una vez denunciada la plaga, es obligación del productor controlarla, pero muchos lo desconocen”.

Para Gustavo Marón, abogado de la Federación de Cámaras Agroaéreas de la Argentina (FEARCA), la langosta es la confirmación “infausta” que la aeroaplicación es una excelente herramienta. Por otro lado, “creo que van a venir en aumento porque es producto del calentamiento global. Se cambiaron las condiciones de incubación y encuentran nuevas áreas para comer: donde antes era monte ahora hay cultivos”. Y recordó que entre los años 1950 y 1954, el Ministerio de Agricultura de la Nación llevó adelante exitosas campañas sistemáticas contra lo que entonces se conocía como la “tucura”.

El problema es que en el paísque posee la segunda flota aeroaplicadora más importante, la mitad de las empresas y aviones están en negro. Y pagan justos por pecadores. Como el aeroaplicador Héctor Fain, quien desde Villa Minetti con más de 35 años de experiencia le da pelea a la plaga con recursos propios, mientras se banca que aviones sin matrícula lleguen desde otras provincias y trabajen sin control. “A esto se lo van a tener que tomar en serio”, sostiene. “Me esfuerzo para hacer el trabajo, y además estar al día”. Fain da trabajo a pilotos y a un equipo de colaboradores, que genera costos de facturación, IVA, ganancias, inscripciones, y que requiere coordinar acciones con los agrónomos. Pero mientras a las langostas se las sigue de cerca, “a los truchos no los controla nadie”, se lamenta.