En barrio “Chaqueño”

Atraparon a joven acusado de un crimen a sangre fría

En horas de la siesta del jueves 30 de marzo de este año, dos jóvenes que entraban en moto a barrio Villa Hipódromo por calle Pedro de Vega fueron emboscados y atacados a balazos por dos oscuros personajes que son conocidos entre los vecinos de esa zona por sus fechorías.

“Yo no hice nada. Vengo de trabajar. No sé por qué me tiró”, alcanzó a decir una de las víctimas antes de quedar inconsciente, ante la mirada atónita de vecinos que se acercaron para ayudar. A unos metros estaban tirados la moto y su amigo, también baleado. Eran aproximadamente las 15 de ese día. Se trataba de Bruno Robledo, de 19 años, y Gabriel Arévalo, de 21. Este último era quien conducía el vehículo. Ambos estaban vestidos con ropa de trabajo. Habían salido a “changuear” y a repartir currículums, según indicaron algunos familiares.

Algunos testigos afirman que se escuchó un solo disparo, otros que fueron dos. Lo cierto es que un proyectil impactó en la espalda de Robledo y salió por su pecho. Creen que el mismo plomo se incrustó luego en la zona dorsal de Arévalo. El primero de ellos ya había fallecido cuando fue trasladado al Hospital Cullen en ambulancia. El segundo logró recuperarse, con mucha fortuna.

Sospechoso

Rápidamente, los testimonios recogidos en las inmediaciones hicieron que los investigadores apunten a un tal “Costeleta”, un delincuente que se domiciliaba muy cerca de allí, a metros de avenida Peñaloza. Desde ese momento, el sospechoso desapareció no sólo de su domicilio, sino también de todos los lugares que frecuentaba. Luego de varios intentos infructuosos de detener al presunto homicida, el Ministerio Público de la Acusación encomendó el caso a las Tropas de Operaciones Especiales.

Miembros de la sección Inteligencia de esa fuerza siguieron distintos rastros y pudieron determinar que “Costeleta” era integrante de la barra brava del Club Unión.