Hartazgo

Por los robos reiterados cierra el comedor del club Kimberley

En las últimas horas, el negocio sufrió dos hechos delictivos. “Se terminó... así no podemos seguir”, dijeron sus dueños.

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La madrugada del lunes, ladrones robaron elementos del restaurante. Y en la siesta del mismo día, un delincuente fue apresado cuando intentó una segunda incursión.

Foto: Danilo Chiapello

 

Danilo Chiapello

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Fue la gota que colmó el vaso.

Dos hechos delictivos consumados en pocas horas terminaron por fulminar la paciencia de los dueños del bar-comedor del club Kimberley que decidieron “bajar las persianas”.

La decisión es un duro golpe que afecta no sólo a los asiduos concurrentes esta institución, que es todo un emblema de barrio Sur, sino también a muchos de sus vecinos.

El punto de quiebre ocurrió entre la noche del domingo y la madrugada del lunes. Fue cuando en medio del temporal que azotó la ciudad, uno o más malvivientes ingresaron al sector donde funciona el comedor Punta Sur-asador criollo, en 9 de Julio al 1100, y sustrajeron gran cantidad de elementos.

* “Tenemos entendido que los delincuentes abordaron desde calle 9 de Julio e ingresaron al predio de la institución. Luego violentaron una ventana corrediza y por allí se “colaron” al interior del comedor. Se llevaron balanzas; una cortadora de fiambres; bebidas; vajillas, en fin... un montón de elementos que se utilizan para trabajar”, narró hoy Luisina, una de las titulares del comercio, en diálogo con El Litoral.

Pero el mal trago no terminó allí. Porque apenas unas horas después, en la siesta del lunes, la policía sorprendió in fraganti a otro rufián en momentos que pretendía llevarse otras cosas del lugar.

En concreto, los uniformados lo “pescaron” cuando el sujeto arrastraba un cajón, el que contenía una balanza, bebidas varias y un equipo de música.

Interrogado por los agentes, el implicado (un hombre de 36 años) no supo explicar el motivo de su presencia en el lugar, motivo por el cual se decidió trasladarlo hasta la seccional 1a. La novedad fue comunicada a la fiscal en turno quien ordenó que quede alojado en calidad de aprehendido.

Sexto robo

* “La verdad que esta situación ya ha pasado todos los límites. Hace dos años y medio que estamos trabajando acá y éste es el sexto robo que sufrimos. Hicimos las denuncias, reclamamos varias veces pero nadie nos dio bolilla”, explicó Luisina.

En pleno análisis de la situación la mujer agregó que “esta zona siempre fue bastante insegura. Y fuera de la temporada de verano es mucho peor, porque cuando llega la noche la calle queda desierta”.

* “Ya hemos hablado con mi esposo y decidimos cerrar el negocio... nos vamos. Estamos demasiado cansados de todo esto. Estos robos son un golpe económico muy fuerte y cuesta reponerse. Por dar un ejemplo, sólo en la cortadora de fiambres y en la balanza, tenés casi 20 mil pesos. Además tenés que pagar el alquiler, los empleados, los proveedores. No podemos recuperar nada... entonces se terminó. Somos una familia y así no se puede seguir”, sentenció.