En el lanzamiento de la campaña

De un problema a una oportunidad

Especialistas en el desarrollo de nuevas tecnologías aplicadas a la agroindustria coincidieron en destacar el alto potencial del país para el avance de los bionegocios, enfrentando los desafíos de aumentar la inversión en Innovación y Desarrollo, mejorar la competitividad y en la reducción del cambio climático.

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Abrir las cabezas. El panel expuso algunas líneas de trabajo que ya demuestran la necesidad de un cambio. Foto:Gentileza

 

Campolitoral Bolsa de Cereales

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Así se refirieron Carlos Dunan, Víctor Acastello, Gustavo Martini, Adrián Isnardo y Antonio Sánchez, durante el panel “Innovación en el agro argentino: Nuevos Modelos de Producción”, con el que se cerró el Lanzamiento de la Campaña Gruesa 2017/2018 que se realizó hoy en la Bolsa de Cereales.

Por su parte, el ministro de Agroindustria de la provincia de Buenos Aires, Leonardo Sarquís, aseguró que “Buenos aires tiene un compromiso real de aumentar la rotación de cultivos” y anticipó que se está trabajando en “un proyecto de una nueva ley de agroquímicos en la provincia”.

En un contexto de alta afectación de los cultivos por el exceso de lluvias, el ministro destacó que “el productor empezó a pensar en proyectos productivos diferentes”.

Partícipes de la sustentabilidad

Por su parte, Claudio Dunan, director de Estrategia de Bioceres, señaló que “en la actualidad la humanidad consume los recursos equivalentes que pueden producir más de un planeta y medio” y advirtió que “esto no es sustentable”.

“Como país, debemos reconocer la gran oportunidad que tenemos, con el 2 por ciento de la biocapacidad del planeta. Estamos en el puesto nueve en el ranking mundial. Esta es la gran oportunidad de desarrollar bionegocios, que nos permitan reducir la dependencia y el uso de combustibles fósiles y ser partícipes de la reducción del cambio climático”, subrayó Dunan.

Al respecto, sostuvo que para ello “la innovación juega un papel clave”, Innovación y Desarrollo en el que “en la Argentina somos grandes inversores”, alertó, ya que “solo usamos 0.6 del PBI, por debajo de lo que es el promedio de Latinoamérica y El Caribe”. “Esto tiene un problema en cuanto a competitividad, aunque no es el único factor que la afecta”, completó Dunan.

“Los países desarrollados tienen años de inversiones en bionegocios y en tres cuatro años más va a llegar a 500.000 millones de dólares”, proyectó el director de Bioceres, al tiempo que detalló que este sector “para la Argentina tiene valor estratégico, porque los bionegocios son de repetición y puede permitir un desarrollo tecnológico y una enorme inversión”.

Como ejemplo, señaló que en el caso del trigo “se puede pasar de 200 dólares a 2000 dólares la tonelada si es aplicada a bionegocios”.

Ganar, ganar y ganar

Por su parte, Víctor Acastello, gerente de Insumos de la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), mencionó tres ejemplos de trabajo en bionegocios. Por un lado, Yanquetruz, de generación de energía a partir de biomasa; Acabio, de agregado de valor al maíz, como ser la generación de bioetanol; y Planta de Recupero de Residuos Plásticos.

Al respecto, Acastello subrayó que “la Argentina tiene una capacidad enorme de generar energía a partir de biomasa” y destacó la reducción del efecto invernadero con el uso de etanol respecto de combustibles fósiles, “con 2.3 unidades de energía por cada unidad de energía consumida”. “Gana el productor de maíz, productor de carne y leche, la empresa, el Estado y el medio ambiente y la sociedad”.

“Hoy la Argentina corta las naftas al 12 por ciento, sobra maíz para cortarlas al 25 por ciento en cuatro años, destinando solamente 3 millones más de toneladas”, anticipó el gerente de ACA.

En cuanto al recupero de residuos plásticos, detalló que tiene beneficios para el ambiente, como la reducción de huella de carbono y planteó que “seguramente el año próximo va a ser obligatorio el recupero de bidones plásticos. Hay que concientizar al productor, a las cooperativas, a los industriales al recupero plástico”, concluyó Acastello.

Innovación

En su exposición, Gustavo Martini, líder del Área de Agricultura en la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (AACREA), planteó los desafíos de la innovación, en un escenario de demanda creciente de alimentos y de energía.

Coincidió en que para la Argentina “el agregado de valor es más que una oportunidad, una necesidad”, en un país donde “algunas tecnologías claves han perdido efectividad”.

“Viene una gran ola de tecnología con impacto en los modelos agrícolas de los próximo años, con mejoramiento genético y en biotecnología”, anticipó Martini, al tiempo que advirtió que “la oferta de innovación supera a la demanda” y que esto debe ir modificándose”.

En el cierre, Antonio Sánchez, responsable de Diseño e Implementación de las Aplicaciones e Interfaces de Monitoreo de Cultivos de Geoglam, la producción de maíz y trigo se pueden ver afectado por las lluvias mientras que en el sur de África, por ejemplo, puede afectarla la sequía.

Lo permanente y el cambio

Adrián Vera, director ejecutivo de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, cerró el encuentro. En su exposición señaló que “lo único permanente es el cambio, por lo que hay que estar preparado para afrontar los tiempos que vengan” y destacó el avance de la Bolsa de Cereales en materia de innovación.

“no sobreviven los más inteligentes y los más fuertes, si no los que son más capaces de adaptarse a los cambios”, finalizó Vera.

 
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“Tengo la esperanza real y concreta que las obras vienen y las obras están. Eso da tranquilidad de que vamos a tener una buena campaña. Hoy existen alternativas y en esto tiene que ver hacia dónde vamos con la innovación, cambiando los modelos de producción”. Leonardo Sarquís. Ministro de Agricultura Bs.As.