Javier Milei con Campolitoral

“Con esta presión fiscal, el país es inviable”

En su paso por Santa Fe, el economista destacó la competitividad del campo, criticó al Gobierno de Macri, y alertó sobre la falta de sustentabilidad del esquema económico actual.

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Polémico y apasionado. El economista se considera un “fanático de la libertad”. Advirtió que el endeudamiento externo traerá más problemas que soluciones.

Foto: Mauricio Garín

 

Campolitoral

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- ¿Qué rol cumple el sector agropecuario en la economía nacional?

- El campo es el sector más competitivo de la economía. Es tan formidable que pese a la enorme presión fiscal que soporta, sigue manteniendo a este Estado enorme, invivible, impagable, y aún así el sector sobrevive. Pero con esta estrategia del Gobierno de no hacer el ajuste fiscal y vivir endeudándose en el exterior, la situación es inviable, porque en algún momento nos van a cortar el financiamiento. Y mete presión en el mercado cambiario para que los actores del sector más importante de la economía ya tengan problemas para competir. Argentina está mal, esto va mal, y si no se cambia verdaderamente, y no con este populismo cool o kirchnerismo de buenos modales, el día que EE.UU empiece a subir las tasas de interés, esto termina en una piña.

- ¿Qué correcciones tendría que hacer el Gobierno?

- Hay que ir por una profunda reforma del Estado bajando drásticamente los gastos, para que se puedan bajar los impuestos. Los impuestos a eliminar más rápidamente son los impuestos al trabajo, y los impuestos a las ganancias reinvertidas, porque entonces el incentivo sería reinvertir el capital y hacerlo de modo intensivo en trabajo. Eso generaría crecimiento y empleo, y permitiría en la medida que haya crecimiento, tener menos demanda de gasto social y empezar a pasar empleados que hoy están parasitando en el sector público a ser productivos en el sector privado. En el sector público hay 4 millones y medio de empleados entre Nación, Provincias, Municipios y Entes, a eso hay que reducirlo a la mitad. Pero no se puede hacer instantáneo, porque si la economía está creciendo generás una hecatombe social. Se tiene que poner en marcha a la economía para que los propios actores que están en el sector público vayan al sector privado en busca de mejores sueldos. Pero insisto, con esta presión fiscal este país es inviable, tenemos destino de país pobre.

¿Cuáles son a tu entender las causas de la crisis económica nacional?

- El problema del país es que se ha instaurado un régimen fascista hace 80 años y cuando le tocó al peronismo corregir esa situación en los 40 la empeoró. Eso explica el colosal fracaso del país que pasó del quinto lugar al 55. Como parte del proceso mundial de cerrar las economías, se dio origen a lo que los liberales llamamos los “empresaurios”. Son empresarios en una economía cerrada, que descubren que es más rentable hacer negocios con los políticos para cerrar el mercado que dedicarse a servir al prójimo vendiendo un producto de buena calidad y a mejor precio.

Esa situación generó mucha frustración a la gente que había pasado muchos meses en un barco para llegar a la Argentina. Y esa frustración fue capturada por Perón, que intentó modificarlo, pero de la peor manera, a través de la justicia social. La Justicia Social es básicamente un acto injusto, porque ponerle un adjetivo es prostituir la palabra. Implica quitarle a un grupo para dárselo a otro. Ese es un acto violento, es un robo, implica tratar de modo desigual a la gente ante la ley, porque dependiendo del éxito que haya tenido la persona lo castigás cobrándole más impuestos. Esa situación no solo es profundamente violenta e injusta, sino que al castigar al exitoso, no se acumula capital, y no hay incentivo para invertir, la productividad no existe, y los salarios terminan siendo miserables.

- ¿Porqué sos tan crítico de la política como herramienta de transformación social?

- Nada que haga la política puede salir bien. Porque nace de un acto violento, como son los impuestos con los que se financia. Todas las intervenciones son malas: la autista (el Comunismo en la URSS); la intervención binaria (en Argentina tenemos los impuestos más altos del mundo y servicios aficanos); y la intervención triangular, que son los controles de precios, regulaciones de calidades, que dañan el sistema económico. Cuando el Estado interviene, porque algún iluminado desde una poltrona cree que algo anda mal, y se cree con las facultades para hacerlo utilizando los poderes del Estado, aparece un problema, porque esa intervención siempre termina en un resultado peor, y siempre que aparece el Fallo del Gobierno, se termina demandando más intervención, y el resultado es cada vez peor. Y allí estamos al borde del sistema totalitario, cosa de la que Argentina estuvo muy cerca. El plan de los K era instaurar el comunismo. Las leyes que impulsó la “bipolar de Tolosa” previo a dejar el poder: ley penal cambiaria, la ley de mercado de capitales, ley de abastecimiento, Agencia Federal de Inteligencia, fue un entramado de leyes comunistas que no aplicaron porque iban a ser declaradas inconstitucionales. Salvo que ganaran las elecciones. El mercado es un proceso de permanente descubrimiento, de interacción de los agentes. El acero o el caucho, por sí solos no implican que existan los autos: los autos existen porque a un tipo se le ocurrió que alguien podría sacar provecho de eso. Ese tipo se llama empresario, y se encarga de fijar los objetivos.

¿Qué hizo bien y qué hizo mal Macri y su equipo económico?

- Abrir el cepo fue una buena idea, aunque no fue bien instrumentada por el análisis erróneo de Prat Gay, que hace que hoy las Lebacs excedan a la base monetaria. La gente mantuvo sólo el consumo de alimentos, porque se castigó a la demanda de otros sectores, y vino la recesión, y se reestructuraron mal las tarifas.

Pero insisto con que con esta presión fiscal este país no tiene chances reales de crecer. El “socialista” Marcos Peña no está dispuesto a devolverle la plata al que la genera. Soy pesimista con esa reforma, La sociedad se divide en los que se rompen el lomo laburando para pagar los impuestos y los que viven de esos impuestos, y acá a la reforma la hacen los parásitos. Argentina es el país con la carga laboral más alta del mundo, cercana al 67 %, y parte de eso son los sindicalistas, que son parte del problema.

Al sistema provisional lo quebró “la faraona”, otorgando derechos a jubilados que nunca habían aportado, y esto genera un déficit del 3 % del PBI y creciente, con lo que las perspectivas son malísimas, y si sigue así, mis hijos terminarán envidiando el bienestar de Somalía.