Un paliativo para Bahco

Más allá del mensaje optimista de las autoridades con respecto a una mejora de la economía y el inicio de un proceso robusto de crecimiento, las condiciones que afectaron a la empresa se mantienen.

Gabriel Rossini

[email protected]

El anuncio del ministro de Trabajo, Jorge Triaca, en su visita a Santa Fe sobre la inclusión de la empresa Bahco en los programas de Recuperación Productiva (Repro) es una buena noticia para los trabajadores que desde hace un año viven en un estado de incertidumbre por las dificultades de la firma y para los directivos que encararon todo tipo de negociaciones con el objetivo de sobrellevar una crisis producto de las políticas implementadas por el gobierno nacional.

El pedido de ayuda de Bahco en noviembre de 2016 -el primero de los varios que hizo desde entonces- fue consecuencia de la caída del consumo interno a partir de los aumentos de tarifas y los acuerdos paritarios por debajo de la inflación que rebajaron el poder adquisitivo de los salarios; y de la apertura indiscriminada de las importaciones que afectaron el entramado industrial y dejaron sin protección a empresas nacionales frente a la avalancha de productos de otras partes del mundo.

Desde entonces, la empresa presentó un pedido preventivo de crisis que habilitó una negociación con el gremio y que le permitió pagar una parte de los salarios sin las cargas sociales y patronales, con un ahorro que la ayudo a sobrellevar el mal momento. Pero el convenio se cayó en junio de este año y desde entonces se volvió al cumplimiento pleno del convenio.

Si bien en términos relativos la ayuda del gobierno nacional no parece ser relevante en una empresa que paga salarios que son el 80 por ciento superiores a los del convenio colectivo de trabajo de esa rama de actividad -alrededor de 3.500 pesos mensuales por cada uno de los casi 150 trabajadores que emplea- a los directivos de la firma les permitirá proyectar el 2018 con un poco más de certezas que los dos años anteriores, tal cual lo enfatizó el director de Bahco Argentina, Fernando Montenegro.

Más allá del mensaje optimista del ministro de Trabajo y del intendente de Santa Fe respecto de una mejora de la economía y el inicio de un proceso robusto de crecimiento, las condiciones que llevaron a la situación a la empresa Bahco se mantienen, tal como lo admitió el propio Montenegro después del acto.

“Nuestra cadena de comercialización tiene distribuidores mayoristas y comercios minoristas por lo cual las mejoras, en caso de que existan, tardan más llegar. Es cierto que hubo algunas en sectores puntuales como el de la maquinaria agrícola. Pero nada significativo. La única diferencia con respecto a 2016 es que ese año había un mes bueno y otro malo y ahora está más estable pero por debajo de lo que veníamos vendiendo”, explicó Fernando Montenegro.

La otra causa de la crisis es la apertura de las importaciones que, lejos de haberse frenado, en el rubro de Bahco aumentaron entre un 10 y un 15 por ciento. No sólo eso, también perfeccionaron el mecanismo de ingreso a partir de la triangulación con terceros países como República Checa y Sri Lanaka que evitan el acuerdo arancelario firmado con China.

A esta situación desde la firma le agregaron la falta de un tipo de cambio competitivo que les permita exportar las productos que allí se fabrican. “Un kilo de herramientas chinas cuesta lo mismo que el kilo de acero que utilizamos para la colada”, puso como ejemplo el responsable de Bahco Argentina.

Bahco es una empresa modelo, que ha invertido millones de dólares en tecnología en los últimos años, y la planta de Santo Tomé es una de las mejores que el grupo dueño de la firma tiene en el mundo. Pero más allá de las ayudas transitorias del Estado, en este caso del gobierno nacional, la situación se volverá cada día más difícil si no se modifican las condiciones para permitir que ésta y todas las empresas industriales de nuestra región vuelvan a producir sabiendo que lo que fabrican lo van a poder vender en el mercado interno o en otros países. Eso se llama política industrial y es lo que hay que volver a hacer.

La caída de las ventas y la apertura de las importaciones impactó fuerte en la ecuación financiera de la empresa.