Del campo a la góndola

Alimentos: así se arma el precio final

  • La Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) publicó el informe “Indicadores de formación de precios: pan, leche, queso cremoso y carne bovina”. El objetivo es “contribuir a la transparencia y a reducir la desinformación”.
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Testigo. El caso del trigo es de los más salientes, con una participación muy baja del molino en la góndola, de sólo el 3,3% ($ 1,18). Foto: Archivo

 

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“Con el objetivo de contribuir a la transparencia y a reducir la desinformación sobre cómo se conforman los precios de alimentos básicos de la canasta alimentaria, FADA comenzó a elaborar indicadores para pan, leche, queso cremoso y carne bovina”.

Con esa contundente afirmación la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina publicó su segundo informe del año bajo el título “Indicadores de formación de precios: pan, leche, queso cremoso y carne bovina”, en el que desglosa el porcentaje que cada eslabón aporta al precio final de estos productos, en su recorrido desde el campo hasta la góndola.

El caso del pan es el más emblemático de las distorsiones: un kilo en la panadería cuesta 10,5 veces más que un kilo de trigo. “Un productor de trigo debe vender 12,7 kilos de trigo para adquirir un kilo de pan en el comercio”, consigna el informe, elaborado por los licenciados en economía Natalia Ariño y David Miazzo.

Según Fada, de un precio final de $35,4 por kilo, lo que más abulta el valor en el caso del pan son los costos propios de elaborar la mercadería: 62,6% son costos laborales, fletes, insumos, de estructura; 24,9% impuestos y 12,6%, las ganancias acumuladas en la cadena.

Al analizarlo por eslabón, el trigo representa sólo el 8,3% del precio final ($ 2,93) y el molino el 3,3% ($ 1,18); mientras que la panadería significa el 63,6% ($ 22,54) y los impuestos, 24,9% ($ 8,81). Para Fada, “estos datos demuestran que el trigo tiene una participación muy baja en la formación del precio del pan”.

Leche y carne

Al analizar la cadena láctea, afirman que desde el tambo a la góndola el precio de la leche se multiplica por 3,6. Del precio final del sachet de $20,3 el tambo representa el 26,3% ($ 5,35), la industria el 31,2% ($ 6,35), el comercio el 16,7% ($ 3,39) y los impuestos el 25,8% ($ 5,23).

Aunque la ley de IVA prevé que la leche esté exenta de este impuesto en el último eslabón, no se aplica porque el decreto reglamentario dice que la exenta es la pasteurizada, mientras que hoy se produce la ultra pasteurizada (UAT o Larga Vida).

En el queso cremoso, de su precio por kilo el 64,4% son costos, 30,4% impuestos y 5,2% ganancias. El tambo representa el 26,6%, la industria el 16,4%, el comercio el 26,6% ($41) y los impuestos el 30,04%.

Según la Subsecretaria de Lechería del Ministerio de Agroindustria, el productor tambero recibió $5,61 por litro vendido en septiembre. Es decir, que el tambero debe vender 3,6 litros de leche para comprar un sachet en el supermercado.

En cuanto a la carne vacuna, desde el ternero al mostrador el precio se multiplica por 2,4. Del precio final de $119,34 por kilo, el 80,2% son costos de la cadena; 19,4%, impuestos; y 0,5%, ganancias. O sea que el ternero representa el 41,1% del precio final; el feedlot, el 17,6%; el frigorífico, el 8,8%; la carnicería, el 13,1%; y los impuestos, el 19,4%. Visto de otro modo, el productor ganadero debe vender 2,94 kilogramos de animal en pie para comprar un kilogramo de carne en la carnicería.

SRA pide bajar impuestos provinciales

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Según el informe “Radiografía de la presión tributaria de las provincias”, realizado por la Sociedad Rural Argentina, el impuesto a los Ingresos Brutos representa el 4,1% del PBI, tercero en la lista de la estructura tributaria luego del IVA, (7,1%) y Ganancias (5,4%). “El campo es la actividad más federal del país, en todos los distritos hay actividad agroindustrial, por eso nos afecta sensiblemente la expansión de la presión tributaria de origen provincial”, dijo el titular de la entidad Luis Miguel Etchevehere.

En el informe, presentado por el economista Ezequiel de Freijo, analista del Instituto de Estudios Económicos y Negociaciones Internacionales de la Rural, se destaca que la presión tributaria de las provincias representa un 5,3% del PBI de la Argentina y creció un 78% desde 2002, cuando era un 3%. Los impuestos que más aumentaron fueron Ingresos Brutos (131%), Sellos (136%) y los impuestos a la propiedad inmobiliaria rural de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos. “La baja de estos impuestos contribuirán ampliamente al crecimiento de las diferentes regiones productivas y permitirá al campo equipararse con otras actividades económicas”, reclamó el presidente de la entidad.