A pleno sol

Dos hermanos y un primo baleados por “guerra” en Santa Rosa de Lima

Vecinos apuntan a una disputa entre bandas del barrio. Los ataques se produjeron entre el mediodía y la tarde de ayer, con las calles llenas de niños, a metros de la comisaría.

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El segundo incidente fue en el cruce de calle Azopardo y pasaje Liniers, a plena luz del día y con la calle atestada de gente.

Fotos: Manuel Fabatía

 

Joaquín Fidalgo

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Una oscura y antigua guerra entre pandillas de barrio Santa Rosa de Lima tuvo este martes un capítulo sangriento, que pudo terminar en una tragedia de proporciones.

Todo comenzó en horas del mediodía, aproximadamente a las 13, en calle Azopardo al 2300. Allí, un joven de 24 años fue sorprendido por dos criminales que pasaron en una moto frente a su vivienda y le dispararon.

Una ambulancia trasladó al muchacho hasta el Hospital Cullen, donde los médicos constataron que tenía una herida de arma de fuego en la zona del omóplato derecho, con entrada y sin salida, por lo que quedó internado en estado reservado.

Los vecinos de ese sector de la populosa barriada volvieron a sobresaltarse poco después, cerca de las 16.30, en inmediaciones del cruce de calle Azopardo y Pasaje Liniers, al costado de la Plaza Arenales, frente a la subcomisaría 2ª y casi a la altura de la parroquia y el Complejo Educativo Santa Rosa de Lima.

Cuando las armas callaron, dos muchachos se arrastraban cómo podían para alejarse del lugar. Pedían ayuda. Uno de ellos había sido alcanzado por un proyectil en un pie, el otro en la cabeza.

Se trataba de dos hermanos, primos del joven herido más temprano. Ambos fueron también trasladados al Hospital Cullen por conocidos en vehículos particulares. Uno, de 23 años, ingresó al centro público de salud con un tiro en el cráneo, por lo que debió ser sometido a distintos estudios y quedó internado en estado reservado. El otro, de 20, presentaba un balazo en el muslo de la pierna izquierda.

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El tiroteo de la tarde ocurrió a metros de la subcomisaría 2ª y al costado de la enorme plaza Arenales, donde decenas de chicos jugaban.