“El Kun” alcanzó a Crespo en el tercer puesto de la tabla histórica de goleadores...

Agüero se “puso las pilas” y ahora falta que lo haga Higuaín

Con Messi, juntan 127 goles entre los tres con la celeste y blanca. ¿Cómo es posible que se prescinda de alguno de estos semejantes goleadores? Y además, están Benedetto, Icardi y hasta el mismo Alario, que con Sampaoli convirtió un gol. Hay nivel y competencia.

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Hay que abrir los ojos. Sergio Agüero entendió que a veces dio ventajas y por eso perdió el puesto de “9” en la selección. Ahora, Sampaoli quiso darle una oportunidad y no se equivocó. Fue figura en el choque con los rusos y se lo ve muy mejorado.

Foto: Efe

 

Enrique Cruz (h)

“Jorge está constantemente diciéndome que me quede entre los centrales para hacerles espacio a los que llegan desde atrás. Que fije a los centrales y entre en el área a definir cuando la jugada viene por afuera. Si bajo no le dejo espacio a Leo ni puedo llegar al área. Y el gol vino así, como lo entrenamos”, dijo “el Kun” Agüero en La Nación. Apreciación muy clara respecto de lo que el técnico le pide, pero también una sentencia: Sampaoli quiere un “9” fijo, casi de área, un “Batistuta”, un “Luque”, un “Crespo” o, viniendo a estos tiempos contemporáneos, un Agüero o un Higuaín. Uno, el “Kun”, parece en vías de recuperación; otro, el “Pipita”, futura segura convocatoria, ahora que las presiones no lo comprometen y las burlas quizás se terminen.

No faltarán los que hablarán del supuesto “club de amigos”. En definitiva, los exitosísimos procesos de 1978 y 1986 estuvieron enmarcados en un sinfín de críticas, sospechas y descreimiento. ¿Por qué pensar que ahora será distinto? Habrá que convivir con esa costumbre bien argentina de tratar de derribar todo lo que se construye, incluyendo los ídolos. Y si no se puede, compararlos para minimizarlos.

Agüero tiene 29 años, una edad justa y con suficiente potencial como para mantenerse un tiempito más en el más alto nivel. Recientemente, alcanzó su grito 178 en el Manchester City y se consagró como el máximo artillero en la historia de dicho club. Fenomenal por el lugar que se lo mire.

En Moscú, “el Kun” gritó su gol número 35 con la camiseta celeste y blanca y alcanzó a Hernán Crespo en el tercer puesto de la tabla histórica de goleadores, con tres conversiones más que Maradona y cuatro más que Higuaín, todavía a 19 goles de Batistuta, que con sus 54 tantos ya dejó de ser el máximo artillero porque Messi (61 goles) lo superó hace un tiempo.

Agüero comparte habitación con Messi siempre; tienen empatía, se apoyan mutuamente, son contemporáneos y se hicieron amigos. ¿Qué hay de malo en eso?, absolutamente nada. Todo lo contrario. Cuando Agüero no anduvo, cuando estuvo mal preparado, fuera de ritmo, hasta excedido de peso, puso en riesgo su lugar en el equipo. Pasó en el Mundial de Brasil. No estaba bien en ese momento, no gravitaba y no le servía demasiado al equipo si estaba en esas condiciones. Lo entendió y algunas cosas en su vida fueron cambiando. Quizás le estaba faltando esa vuelta de rosca de madurez, ese “darse cuenta” para entender que, por ejemplo, su generación de jugadores tendrá ahora, en la mayoría de los casos, la última gran oportunidad de regalarle una alegría grande al pueblo argentino.

Este reencuentro de Agüero —goleador y figura en la victoria ante Rusia— abre la puerta para que Sampaoli aplique idéntica receta con Higuaín. Después se verá de qué manera analiza lo de Benedetto, lo de Icardi y hasta lo de Alario. El propio Sampaoli dijo que su idea es tener tres jugadores por puesto en marzo, para elegir a dos por puesto más los tres arqueros, cuando llegue el momento de la decisión final.

Argentina tiene la posibilidad de contar en el plantel con 127 goles (los que Messi, Agüero e Higuaín han marcado, solamente, con la celeste y blanca). Individualmente, sus marcas los han colocado a la vanguardia a nivel mundial y, en algunos de esos casos, batiendo récords increíbles y muy difíciles de ser superados.

Agüero e Higuaín no han jugado por ser amigos de Messi ni tampoco sus futuras convocatorias vendrán de la mano de alguna otra razón que no sea la del poder de sus goles. Algunos “pecados” cometieron, pero ellos, más que nadie, saben que les ha llegado el momento decisivo de sus carreras. Uno ya ha empezado a aprovecharlo. Falta el otro.