Desde hace más de 10 años

El misterio de las piedras que quedaron olvidadas en un baldío

Entre las calles Tacuarí y Vélez Sarsfield al 6000, hay más de 40 rocas de diversos tamaños que yacen en el lugar hace tiempo sin ser utilizadas. Para los vecinos del lugar es una incógnita tanto su origen como su destino.

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En la actualidad. Pasa el tiempo y siguen ahí, aunque se robaron algunas de pequeño tamaño.

Foto: Mauricio Garín

 

Tomás Rico

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Al transitar por la zona que está detrás de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), entre las calles Tacuarí y Vélez Sarsfield al 6000, en diagonal a la plaza Charles Chaplin, se observan sobre el terreno baldío más de 40 piedras de granito natural de diferentes tamaños, tonalidades y calidades. Hace tiempo yacen ahí y generan incertidumbre en la gente del barrio Guadalupe Residencial.

A varios vecinos del lugar les llama la atención el porqué hace más de 10 años quedaron abandonadas y no se ha hecho nada con ellas. Javier García Latapie, quien vive a pocas cuadras del punto en cuestión, dialogó con El Litoral. “Vinieron un día a dejar las piedras y desde entonces están ahí, pero no sabemos para qué. Suponemos que sería para trabajarlas, tallarlas, construir estatuas, pero no, siguen ahí”, dijo Latapie.

Otra vecina que vive frente al baldío también se asombra que no se haga nada productivo con semejantes bloques. “Decían que iban a hacer un espacio cultural para que sean talladas. Es una lástima que se desaproveche el lugar y que esté tan abandonado”, sostuvo la mujer y agregó que antes había una cantidad mayor pero se robaron las más chicas y además comentó que pintaron graffitis sobre algunas de ellas.

La historia detrás del “misterio”

Sin dudas que la procedencia de estas piedras era una incógnita que puede comenzar a develarse y la pregunta sobre el origen quedó descubierto. José Lucca, actual dueño de la marmolería Casa Lucca, dio detalles sobre cómo terminaron en el baldío las piedras que pertenecían al negocio familiar. “Esto sucedió hace más de 10 años cuando mi papá y mi tío decidieron separar la sociedad y esos bloques estaban en un espacio de la empresa que se vendió, y en lugar de reubicarlos los donaron”.

El donatario fue Favaretto Forner, reconocido escultor de Santa Fe, quien admitió haberlas recibido como donación de parte de la familia Lucca. “Me las dieron porque no tenían dónde dejarlas. En su momento le comenté a Ricardo Scholtus —ex rector de la UTN— y él me ofreció que las dejara en esa fracción de terreno frente a la plaza Charles Chaplin para utilizarlo como espacio para un taller de escultura”, detalló.

A su vez, Forner indicó que la idea central era traer a escultores que enseñen a tallar esas piedras y dejen adornado ese sector, e incluso algunas obras iban a ser emplazadas por la Costanera. “Sin embargo los funcionarios que ahora están de turno tienen otra visión de las cosas y no le dieron continuidad”, criticó.

Tal es así que el artista emprendió una recorrida por distintos puntos del país para ofrecer a diferentes escultores que vengan a trabajar estas piedras. “La mayoría aceptaba con gusto pero necesitaban al menos que le cubran los gastos de traslado y el alojamiento, por esa traba la idea se fue dilatando y me da mucha pena porque es un material para trabajar muy importante”.

El deseo del escultor es que se concrete en algún momento el objetivo que estaba planteado desde el comienzo. “Para que se pueda avanzar se debe llegar a un acuerdo con las autoridades municipales y que puedan ofrecer algún subsidio”.

Esta propuesta de Scholtus hacia Forner, había surgido porque en su momento ese terreno, al igual que las otras dos medias manzanas que están lindantes, iban a ser cedidos en comodato a la UTN. Empero, la intención quedó en la nada y continúan en propiedad de la Dirección Provincial de Vivienda y Urbanismo, que tiene proyectado ejecutar obras en ese espacio, según comentaron.

Tras conocer todas las partes involucradas sobre “el misterio de las piedras del baldío”, el futuro es incierto y las preguntas se renuevan: ¿Quién y qué harán con semejante cantidad de piedras? ¿Seguirán en el lugar por 10 años más? ¿Serán removidas? o ¿Al final van a tener forma de escultura?

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Favaretto Forner recibió las piedras en donación por parte de una marmolería de la ciudad. Foto: Guillermo Di Salvatore