Escepticismo de José Luis Espert

“No creo que las reformas puedan transformar la vida de la gente”

El economista sostuvo que el paquete impositivo tiene como grandes beneficiarios a los empresarios amigos del poder. El peligro de seguir tomando deuda porque no baja el déficit fiscal.

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Espert sostiene que el populismo es uno de los graves problemas que tiene la Argentina y que genera altos grados de pobreza y de trabajo en negro. Foto: L. Cetraro

 

Redacción de El Litoral

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Su libro “La Argentina devorada”, se mantiene entre los más vendidos de los últimos meses en las librerías argentinas apoyado por su presencia en programas de televisión y de radio. José Luis Espert dijo “estar sorprendido” por el éxito y recalcó que es economista, no escritor. También vino a Santa Fe invitado por la asociación civil Río Paraná a dictar una charla y luego presentar su libro en la sede de Jerárquicos Salud.

“Creo que a la sociedad le está haciendo ruido cómo se repite la historia del país” ensaya como hipótesis por el éxito de ventas de libro. “Desde que terminé mi carrera universitaria en 1981 que escucho hablar de ajustes, devaluaciones, default, recesión, inflación. Casi todo el libro intenta explicar mi versión, basada en datos, de por qué ocurre lo que ocurre”. Subraya que su hipótesis sobre la decadencia se fundamenta en el gigantesco bando de datos que viene realizando desde hace más de 20 años y que sustentan su trabajo. “Una manera de decirlo es que ésta es una sociedad que ha sido secuestrada por el populismo” dispara a la hora de resumir la obra.

“Somos una sociedad que está siendo explotada por tres corporaciones. Una es la de empresarios prebendarios, quienes solicitan permanentemente subsidios y protección para generar empleos. Otra la de los políticos, que con excepciones conforman un conjunto de ignorantes corruptos. Y en tercer lugar, la de los sindicalistas donde sobran palabras para describir lo que son. Éstas tres corporaciones con sus relatos han hechizado a la sociedad, solamente para explotarlas. Me parece que Argentina es un típico caso de explotación al estilo marxista” plantea.

El paquete de Macri

Espert no tiene expectativas positivas sobre las reformas que se discuten a partir del mensaje del presidente Mauricio Macri del pasado 30 de octubre. Son las tributarias, laborales y previsionales. “Las reformas que salgan de allí no creo que puedan transformar la vida de la gente”, advierte sin dejar de recordar que aún falta la letra chica de cada uno de los proyectos.

“El paquete impositivo es contra la gente que no tiene poder de lobby. Los grandes beneficiados son los empresarios amigos del poder. El impuesto interno al whisky, a las gaseosas son cuestiones que afectan en la vida diaria. Y el impuesto a la renta financiera le va a impactar a casi dos millones de personas que no son ricas sino que solamente tiene plazo fijo en los bancos”. Acota que “el otro gran palo es para quienes ganan 82 mil pesos o más, que parecen pocos pero son más de un millón de personas, quienes deberán pagar estos impuestos internos, a la renta financiera y los aportes personales del 17% sobre el ingreso que se tenga. Esto significa alteraciones a las reglas de juego en dos sentidos: uno con consecuencias legales que van a significar caer en default selectivo con los bonos de la deuda externa. El otro, debido al blanqueo de capitales que se hizo donde se prometió que no iba a haber alteraciones en la ley”.

En cuanto a empresarios, el economista no entiende por qué “no están desfilando en la justicia los implicados en la corrupción de la obra pública”.

Recuerda que el actual presidente viene de la cuna de los empresarios más rancios y del capitalismo más corporativo debido a su padre. “En cuanto a las medidas que está tomando, si bien se realizan de manera más solapadas, tienden a beneficiar al empresariado prebendario. Por ejemplo, esta nueva metodología de hacer obra pública de la mano de la Ley de Participación Pública Privada (PPP) tiene el mismo tufillo, donde el Estado y el empresario van a ir de la mano a buscar el financiamiento”.

Espert -en diálogo con los medios en la Bolsa de Comercio- no quiere hablar de gradualismo versus shocks sino que primero se debe discutir si vamos en el rumbo adecuado. “Cuando se da la discusión gradualismo versus shock se supone que vamos en ese sentido, y yo creo que no. Según el gobierno, estamos tomando deuda porque el ajuste es gradual. Yo creo que estamos tomando deuda porque el déficit no baja”.

También advirtió que la inflación no baja. “El 22% de este mes es la misma cifra que venimos teniendo hace cinco años, la misma que teníamos con el gobierno anterior. Es más sana que la de los Kirchner porque el tipo de cambio no está controlado, pero es la misma. Por lo tanto, la discusión me parece mal planteada, creo que el gobierno miente cuando dice que el déficit está bajando y miente cuando dice que la inflación está bajando”.

Pobreza y marginalidad

Para Espert, “el sistema económico que tenemos es el que produce pobreza y marginalidad. A quienes lo defienden no les preocupa que haya 5 millones de trabajadores en negro y 12 millones de pobres” y enseguida afirma que “la causa de que tengamos un 30% de pobres es por el gasto público con récord históricos, respecto de las crisis que fueron consecuencia de los desastres fiscales en los últimos 40 años. Hay que decir que en los últimos sesenta años sólo hubo cuatro con superávit fiscal, mientras que los restantes hubo déficit por el exceso de gasto”.

Por último señaló que “el déficit es preocupante porque siempre se financia con deuda; cuestión que termina con crisis inflacionarias como le pasó a Alfonsín o en el Rodrigazo o crisis de deuda pública tradicionales como el caso de Martínez de Hoz. Es preocupante la deuda que toma el gobierno de Macri”.