Tras la audiencia en la Corte

Posición esperanzadora de los productores de La Picasa

Presente en el cónclave desarrollado el miércoles, Juan Carlos Duhalde, presidente de Comité de Cuenca asegura que Santa Fe “defendió con solvencia” su postura en el conflicto con Buenos Aires.

Posición esperanzadora de los productores de La Picasa

La Picasa hoy está en la cota 105,75 y sobre la traza de la ruta hay un metro y medio de agua. Foto: Archivo/Transmedia VT

 

Redacción de El Litoral

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“Hasta el propio subsecretario de Infraestructura Hidráulica bonaerense, Rodrigo Silvosa, terminó admitiendo que a La Picasa entra agua desde su provincia y no es descabellado que el excedente ingrese otra vez a su territorio”, sintetizó Juan Carlos Duhalde, presidente del Comité de Cuenca de La Picasa, que el miércoles participó de la audiencia convocada por la Corte Suprema de la Nación, para intentar saldar el diferendo que existe entre los distritos por el manejo de las aguas.

El máximo tribunal debe definirse tras la presentación de un recurso por parte de la Defensoría del Pueblo de Buenos Aires para impedir que la laguna, hoy desbordada vuelque su excedente en dicha provincia.

“Yo soy muy optimista, creo que el diferendo está resuelto y por eso aguardo un fallo de la Corte que beneficie a Santa Fe”, indicó Duhalde, en diálogo con El Litoral. El planteo expone al gobierno de Lifschitz y lo acusa de concretar obras de saneamiento enviando agua a la cuenca del río Salado sin autorización de Buenos Aires.

Desde las 10 y hasta las 12.30 del miércoles, el pleno de la Corte Suprema de Justicia de la Nación escuchó en su sala de audiencias a representantes de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires, que se vienen acusando mutuamente en torno a la responsabilidad de mantener una saneada una cuenca que involucra a las tres provincias.

Expectativa

“Es inaudito que hoy Buenos Aires no quiera recibir cinco metros cúbicos por segundo cuando aporta a La Picasa unos 20”, dijo el presidente del Comité que valoró los argumentos del secretario de Recursos Hídricos de Santa Fe, Juan Carlos Bertoni.

“El funcionario pudo explicar muy bien los límites difusos de la cuenca del Salado que en Buenos Aires se empeñan en decir que termina en el deslinde interprovincial, algo que no es así”, agregó.

El tono de las preguntas de los ministros de la Corte, y las valoraciones vertidas por los representantes de las tres provincias, para Duhalde fueron claves para anticipar el fallo que el máximo tribunal puede llegar a determinar. “Insisto en que Santa Fe tiene la batalla ganada”, puntualizó.

No obstante, la necesidad de una solución de base, que permita escurrir el espejo de agua y recupere las cien mil hectáreas productivas que hoy están anegadas es otro punto que se abordó y que, según el Comité de Cuenca, puede derivar en una recomendación de la Corte para que se haga una obra de fondo.

“Estimo que los jueces pueden emplazar a los estados involucrados, tanto Nación como las provincias, para que se concrete la salida a través del arroyo Pavón, que es la alternativa más viable hoy, pero que requiere un importante financiamiento”, planteó.

El proyecto propone comenzar aguas abajo, emplear la red de canales existente y usar el el canal San Urbano y el arroyo Pavón para llegar al Paraná. El plan es considerar los “cauces verdes” que puedan usarse en tiempos de sequía pero que se reserven para desagües cuando los ciclos lo requieran.

Para iniciar, al menos los proyectos ejecutivos de la obra que puede sanear todas las áreas inundadas en el extremo sur santafesino, no solo La Picasa, debería estar funcionando en pleno el Comité Interjurisdiccional al que la Legislatura santafesina ya le dio el visto bueno. El 70 por ciento de los trabajos los costearía Nación y el 30 restante sería solventado en partes iguales por Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires.

“Que no nos sorprenda que los jueces del máximo tribunal impongan en un margen de tiempo determinado, que los gobiernos acuerden comenzar con la obra. Sería un espaldarazo muy fuerte para el esfuerzo de los productores que hacemos todo lo posible para que el problema se resuelva de manera definitiva”, presagió Duhalde.

La Ruta 7

Anegada desde los primeros meses de 2017, la Ruta Nacional 7 fue tema de conversación durante la audiencia por La Picasa. “Javier Iguacel, de Vialidad Nacional fue muy claro, que la ruta haya quedado sumergida obedece a la falta de obras para mantener la laguna en control. Desde dicha repartición ignoraban que la situación iba a llegar a donde llegó”, reportó el dirigente institucional.

“Hay una voluntad de parte de Nación que es valorable, se va a encarar un desvío que va a servir como una de las manos de la futura autopista sobre la ruta. Suponiendo que el saneamiento se concrete, el terraplén, hoy inundado se convertirá en la otra mano. De esa forma desde Vialidad intentan despejar dudas en torno a los dichos sobre un desvío provisorio”, indicó.

La Picasa hoy está en la cota 105,75 y sobre la traza de la ruta hay un metro y medio de agua. Sigue desbordando sobre una brecha producida en un sector cercano a la estación de bombeo norte y “milagrosamente” todo lo que sale se encausa en el el canal Alternativa Norte.

Estudios

En la audiencia se trataron otras alternativas para el tratamiento de los excedentes hídricos como ser la salida hacia el río Paraná y/o Salado. En este sentido, Bertoni -de Recursos Hídricos- expresó que la Provincia encargará estudios a consultoría tendientes a obtener precisiones respecto a las obras necesarias para sacar agua por intermedio de canalización hacia el río Paraná. En este contexto, el representante del gobierno nacional -Pablo Bereciartúa, subsecr. de Recursos Hídricos- dijo que la Nación costearía la financiación de una parte de las obras.

Drenaje

En cuanto a la expectativa de drenaje de las aguas a través de estas obras, el secretario de Recursos Hídricos de la provincia de Santa Fe, Juan Carlos Bertoni, expuso en la audiencia: “En el caso de que ambas alternativas estuvieran funcionando al ciento por ciento de capacidad igual sería necesario que trabajen por cuatro o cinco años para que el caudal vuelva a los niveles donde el agua resulte manejable”.