El consumo se reduce por salarios en baja

Los textiles y el sobrecosto para la industria en el país

Para el presidente de la Fundación Pro Tejer, las importaciones no son el principal problema del sector en la Argentina.

10-LIC.jpg

“Salarios que crecen por debajo de la inflación generan el efecto que nosotros llamamos sustitución de consumo”, dijo Schale.

Foto: Fundación Pro Tejer

 

Redacción de El Litoral

[email protected]

Télam

Ariel Schale, director ejecutivo de la Fundación Pro Tejer, aseguró que en la industria textil argentina “tenemos la mejor tecnología del mundo, de punta absolutamente, y no hay tecnología ni proceso productivo que se pueda hacer que pueda amortiguar los sobrecostos de producir en la Argentina”, dijo en referencia a “la carga fiscal, la tasa de interés y el costo de capital más altos del mundo”.

“A veces aparece la apertura de importaciones como el principal problema, pero en definitiva no lo es”. dijo Schale. Explicó que “la disminución del poder adquisitivo se debe a salarios que crecen por debajo del nivel inflacionario y el efecto que nosotros llamamos sustitución de consumo”.

También remarcó “una incidencia del sector financiero tremenda sobre las operaciones de compra venta”, donde “las altas comisiones de las tarjetas de crédito y los descuentos de efectivo inmediato que hacen son los más caros del mundo”.

Otro de los factores señalados por Schale sobre el precio final de los productos es el de la renta inmobiliaria, un tema “importante” para el sector “porque todo termina en locales alquilados en primera avenida o shoppings, que aún son más caros”.

Es decir, factores que hacen al precio y no tienen nada que ver con el precio de puerta de fábrica de los bienes producidos. Schale definió este conjunto de factores como la Agenda de No Competitividad Sistémica de la Argentina, que “no solamente afecta al sector textil, sino también a todos los bienes que se producen en el país, inclusive también a los que se importan, que también van por el mismo canal y atraviesan esa caja negra de no competitividad sistémica que hace que todo sea caro”.

El director de Pro Tejer detalló la “gran incidencia” de Ingresos Brutos. “Para fabricar una remera intervienen no menos de seis Cuit: el del productor de algodón, el desmotador, el hilandero, el tejedor, el tintorero, el confeccionista y la marca. Y en cada uno de esos pasos hay imposiciones fiscales.

“De esos seis pases de manos, la provincia (Buenos Aires en su caso) cobra Ingresos Brutos de tres puntos, que se transforman en 18% de incidencia”, graficó. Además de la agenda provincial que agrega Sellos, Schale mencionó la carga en porcentaje generada por los impuestos municipales a través de las tasas de seguridad e higiene.

“Cuando vendo $100 pesos en la provincia de Buenos Aires y lo cobro a 60 días, la provincia exige el impuesto al momento de la facturación, cuando aún no se cobró. La situación económica hoy no da para tener una de las presiones tributarias más altas del mundo y, además, tener que financiarla”, sostuvo.

“El sufrimiento del sector tiene que ver hoy con cargar una estructura no competitiva sistémica en un mercado más chico, donde de cada $1.000 facturados, $503 corresponden a impuestos; 14% es para alquiler; 12%, para el sistema financiero, y sólo el 8,7% queda para todos los actores la industria, desde el algodonero hasta el confeccionista”.

Schale concluyó que, como empresarios, “tenemos hoy la obligación de hacer rentables nuestras unidades económicas con un mercado más chico y eso se llama destrucción de puestos de trabajo a manera de reducción de costos.

Bajo consumo

“La retracción de la demanda ocasiona el 75% de la caída del sector, producto del deterioro del poder adquisitivo y sólo el 25% lo compone la presión importadora”, dijo Schale. Evaluó que “la gente tiene que destinar mucha más plata al soporte de su estructura de costos fijos, entre ellos tarifas, prepagas, escuelas, todo lo que conforma la canasta familiar de los argentinos. Cuando uno termina de pagar todo eso, el disponible que queda es poco y eso impacta sobre el nivel de consumo, no solamente en el sector textil, sino en toda la actividad”.