A dos meses del crimen de la maestra

La comunidad de Emilia pidió Justicia por Jésica

Con una importante concurrencia de público, su familia la recordó con una marcha alrededor de la plaza, sentidos discursos, suelta de globos y una misa. La semana pasada la Justicia secuestró un arma que podría ser la que utilizó su pareja para ultimarla.

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En la plaza del pueblo, la familia Ronsoni recordó a la mayor de cinco hermanos, asesinada hace dos meses.

Foto: Gentileza sadop y amsafe

 

Redacción de El Litoral

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“Todos conocían la clase de persona que era ella” la recuerda su abuela, Teresa Zeballos, que el sábado 9 de diciembre encabezó una marcha en Emilia, para pedir Justicia por Jésica Ronsoni, la maestra de 24 años asesinada de varios disparos por su novio, dos meses atrás, en uno de los accesos a la circunvalación Oeste, a la altura del country Los Molinos.

“Era una personita muy recta, ella era todo, no se merecía la muerte que tuvo”, continúa la mujer, como si tuviera la necesidad de aclarar la injusticia cometida con su nieta, a la que crió desde los tres años, junto con su hermano que es dos años menor. “La eduqué, la hice estudiar”, “a mí me partió el corazón”, explica Teresa poniendo en palabras su dolor de madre-abuela. “Acá todo el pueblo está indignado”, dijo.

Por eso el sábado pasado familiares, amigos y vecinos de Jésica se convocaron en la plaza de Emilia -70 km al norte de Santa Fe-, donde se la recordó con emotivas palabras a cargo de su abuela Teresa, su tía Patricia y una docente amiga de la familia. Marcharon desde el centro de la plaza, dieron un rodeo a la manzana verde y volvieron al centro para soltar un puñado de globos blancos en su homenaje. Después hubo una misa en su memoria en la parroquia de la Natividad.

Si bien el agradecimiento de la familia fue para todos los que participaron, tanto la abuela como el padre de la víctima, Hugo Ronsoni, resaltaron el apoyo de la Comuna de Emilia y de los gremios Amsafé y Sadop que se encargaron de trasladar a las colegas de Jésica desde la capital provincial. “Con mucho dolor pedimos Justicia en nombre de Jésica y estuvimos acompañados por la mayoría del pueblo de Emilia”, dijo el papá, que resaltó la presencia de “madres y docentes compañeras de las escuelas donde trabajaba mi hija”.

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Trágico final

Jésica y Fernando Oyola, también de 24, se conocieron hace tres años, de los cuales llevaban dos de convivencia, en un departamento interno de calle Riobamba al 7000, en el residencial barrio Guadalupe, donde también hacían de caseros de una propiedad mayor que da al frente.

Ella trabajaba a doble turno. De mañana daba clases en la escuela San Cayetano (Padre Monti) y por la tarde se dedicaba a sus alumnos de la escuela Beleno. Él en cambio, se desempeñaba como electricista, pero se presume que cuando ocurrió el crimen llevaba al menos un mes sin trabajo conocido.

El domingo 8 de octubre la pareja estuvo en la casa de un pariente de Oyola en la ciudad de Recreo, de donde partieron rumbo a Santa Fe pasadas las once de la noche, cuando el utilitario Chevrolet Corsa con una escalera en el techo fue tomado pro primera vez por las cámaras de seguridad, en el cruce de las rutas 11 y 70.

Versión falsa

Luego de un irracional derrotero (varias cámaras de videovigilancia lo tomaron llegando a Santa Fe y luego nuevamente hacia al norte), una hora más tarde se produjeron dos llamadas al 911 informando de la presencia de un vehículo con sus puertas abiertas en extrañas circunstancias en inmediaciones de la avenida Teniente Loza y la circunvalación Oeste, en una arteria secundaria.

A las 00.30 del lunes la policía encontró a Jésica ya sin vida sentada en el asiento del acompañante del utilitario. Oyola en cambio, parecía golpeado, como shockeado, y ofreció una versión que daba cuenta de que fueron abordados por un auto negro, con vidrios polarizados desde el cual ejecutaron a la joven y él se salvó de milagro.

La versión comenzó a desmontarse con las primeras evidencias y quedó al descubierto cuando al revisar las cámaras de seguridad de la zona se ve al utilitario bajar de la circunvalación, pero no existen rastros de los presuntos atacantes.

Dos días después del echo Oyola fue imputado por el fiscal de Homicidios, Andrés Marchi y finalmente el 16 de octubre el juez de la investigación penal preparatoria, Luis Octavio Silva, le dictó la prisión preventiva sin plazos en calidad de autor del delito de “homicidio doblemente calificado (por el empleo de arma de fuego y por el vínculo)”.