Centenario de su fallecimiento

Pablo Marcial Candioti

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Don Marcial Candioti rodeado de sus hijos, hijos políticos y nietos en el patio de su residencia de calle San Martín entre Juan de Garay y Corrientes. Foto: Lusch - Archivo El Litoral

Enrique Candioti

Este 20 de diciembre se cumplen cien años del fallecimiento de Marcial Candioti.

Nació en Santa Fe el 29 de junio de 1830. Era hijo de Nicolás José Candioti Escalante y de Manuela Micaela Solano Frutos. El 30 de junio de 1830 fue bautizado Pablo Marcial por el presbítero José Ignacio de Amenábar en la Iglesia Matriz de Todos los Santos de Santa Fe, siendo sus padrinos Francisco Javier Páez (ex alcalde en Santa Fe) y su esposa María del Rosario Gómez.

Se casó en Coronda el 21 de octubre de 1862 (1) con Gerarda de las Mercedes López Basaga, nacida en Barrancas el 24 de septiembre de 1841, bautizada en Coronda 13 de octubre de 1841 (2) y fallecida en Santa Fe el 10 de enero de 1898.

Marcial Candioti se dedicó desde joven a las actividades comerciales y agrícolas, instalando una casa de ramos generales. Fue co-fundador del Club del Orden en 1853 y juez de paz en 1860. Propulsó el desarrollo la ciudad de Santa Fe, creó y urbanizó el barrio Candioti.

Según refiere Luis Mino, el 27 de agosto de 1867 Marcial Candioti compró a Manuela Puig, viuda del gobernador Pascual Echagüe, un terreno para chacra ubicada al nordeste de la ciudad denominado “La Chacarita” o “Boca de la Laguna”, que fue antigua propiedad de los Padres Jesuitas. Se extendía desde el Saladillo que caía al río Santa Fe (laguna Setúbal) hasta el camino de Ascochinga (actual calle 25 de Mayo). Candioti estableció hornos de ladrillo, loteó manzanas, abrió calles, donó al municipio terrenos para la construcción del Colegio Jobson y la iglesia de San Juan Bautista, y comenzó a construir casas que ofrecía en venta con facilidades de pago en cuotas mensuales. Así se formó un nuevo asentamiento, que al principio se llamó “Pueblo Nuevo”, luego “Pueblo Candioti” y por último “Barrio Candioti”. Las primeras familias que allí se instalaron fueron los Fernández, Carrera, Depetre, Delfino, Del Pino, Bonino, Foradini, Damiani, Cingolani, Gigante, Storani, Villani, etc. En 1885 se inauguró el Ferrocarril Francés y ese mismo año se estableció el tranvía a caballo. Ambos pasaban por los terrenos de La Chacarita y llegaron hasta el puerto de Colastiné. Fue entonces que poblaron Barrio Candioti numerosos trabajadores ferroviarios (3).

Marcial Candioti falleció en Buenos Aires, tras una intervención quirúrgica, el 20 de diciembre de 1917. Sus restos fueron sepultados en el panteón familiar en el cementerio municipal de Santa Fe.

La nota necrológica publicada en el diario Nueva Época, de Santa Fe, el 21 de diciembre de 1917 dice así:

“Ayer por la mañana, a los 88 años de edad, dejó de existir en Buenos Aires, acompañado de numerosos de sus deudos, don Marcial Candioti. No tenemos para qué resaltar el profundo sentimiento de pesar que habrá producido en el seno de nuestra sociedad la no por esperada menos lamentada desaparición del venerable anciano. Pocos hombres habrá que, como el extinto, hayan sabido en vida conquistar tantas amistades, tan profundos sentimientos de filial adhesión hasta el punto de convertir el corazón de cada uno de aquéllos que le trataran en crisol de íntimos afectos vinculados al azar de un saludo en la repetición diaria del encuentro ciudadano. Porque la de Don Marcial Candioti era una de aquellas figuras que la vida transeúnte y vertiginosa de las urbes nos hace imborrables y cada vez más nuestras con el pasar de los días. Pocos serán sin duda los que no recuerden haber visto pasar alguna vez aquel corpecillo pequeño y ágil, envuelto en su terno de lustrina negra, caminando por las calles sin bastón y sin gafas. Su rostro simpático, apergaminado por los años, bajo la blancura nívea de los cabellos, parecía haber concentrado todo el tesoro de su juventud pasada -ática juventud anacreóntica y jovial- en el brillo luminoso de sus ojos. Era de las viejas estirpes. De aquellas que nacieron con una ingénita disposición para la lucha diaria y a brazo partido con la naturaleza. Tenía instintos de hombre primitivo y caudaloso. Ya que no fundar pueblos en estos tiempos de civilización eléctrica, fundaba barrios para obreros. Así nació a la vida societaria, en un gesto imperativo de su ambición, el barrio Candioti que él creara e impulsara con sus propios medios. Allá, a aquel barrio es donde hay que ir a buscar el fruto verdadero de la simiente echada por el pioneer muerto. En aquel barrio donde cada hogar, cada vivienda levantada por el obrero a golpe de economías, conserva una reliquia, un vestigio, un recuerdo de la acción benéfica de Don Marcial. Pero en toda y en cada una de las fases de la vida social que traducen un bienestar para el desheredado y para el inope, en todas las creaciones de beneficencia y de socorros mutuos, la acción dadivosa y desinteresada del venerable anciano dejó marcada su huella pródiga. Por esto, y porque fue honrado, y porque en su breve actuación pública nada hizo que no tradujera inherentemente su amor al pueblo, la inhumación de sus restos que llegarán hoy de Buenos Aires a las 11.30 a. m. para ser sepultados a las 4.30 de la tarde, dará lugar a una sentida manifestación de duelo, a cuya mayor imponencia aportarán directamente el concurso de su prestigio todos los centros sociales de nuestra ciudad.”

En el obituario publicado en el diario La Nación, de Buenos Aires, el 21 de diciembre de 1917 se lee:

“Con el fallecimiento de D. Marcial Candioti, acaecido ayer en esta ciudad, desaparece una figura que se destacó con caracteres propios entre la numerosa falange de hombres que en la política, en la industria y en el comercio contribuyeron en épocas difíciles con esfuerzo característico, por lo perseverante e intenso, a llevar al país al envidiable grado de progreso alcanzado. Brilló el Sr. Candioti sin esfuerzo en múltiples campos de la actividad humana. En el comercio logró acrecentar notablemente su patrimonio merced a su espíritu de empresa y aquella incansable actividad de que dio pruebas hasta no ha mucho, cuando, octogenario ya, abandonó los negocios para buscar en el hogar el descanso a que le hacían acreedor 60 años de constante dedicación al trabajo. En los anales de la política de su provincia natal, Santa Fe, su acción caracteriza una época de lucha, en que los comicios se iniciaban en los atrios y concluían en las barricadas y en los cantones, donde el fusil revolucionario reemplazaba la boleta del votante. Fue el consejero de muchas generaciones y a su casa, sin disputa la más conocida de la capital de su provincia, acudieron en busca de consejos en las horas de calma, y de amparo en las de adversidad, muchos de los más populares caudillos de la causa del pueblo, que siempre consideró como suya. Hombre de mundo, vinculó su nombre a la vida social santafesina, fundando con otros caballeros el Club del Orden, una de las instituciones más antiguas y renombradas del país. Y fue en esa fecunda y hermosa multiplicidad de acción que acrecentó los prestigios del apellido que hicieron famoso sus abuelos durante la guerra de la independencia. Explica todo esto el sentimiento de dolor intenso y sincero como pocos que la noticia de su desaparición ha provocado en esta ciudad y en Santa Fe.” (4)

Marcial Candioti tuvo trece hermanos, doce hijos (5) y treinta y tres nietos.

(1) Iglesia de San Jerónimo, Coronda, Libro de Matrimonios 1860-1869, imagen 13. Los casó el presbítero Luis Doldán. Testigos José Roque Zabala y Manuela Micaela Frutos.

(2) Iglesia de San Jerónimo, Coronda, Libro de Bautismos 1837-1858, f. 47 vta., imagen 50.

Gerarda era hija de Francisco López (nacido en Burgos, España, f. antes de 1854) y Juana Basaga (n. SFeà. / f. SFe, 28-12-1850, TlS, Defunciones 1846-1854, imagen 192).

(3) Luis Mino: Para conocernos. - Libro 2 - Historia de la Ciudad de Santa Fe 1853-1998, Santa Fe, ed. Canal 13, 1998, pág. 262. Sobre el Barrio Candioti ver Gustavo José Vittori: Santa Fe en Clave, 2da. edición, UNL, Santa Fe 1997, págs. 365 y sgtes.

(4) Folleto In Memoriam. Marcial Candioti, impreso en Buenos Aires, 1918, 38 páginas. Contiene una fotografía, once notas necrológicas y larga lista de pésames recibidos de personalidades, familiares y amigos de Marcial Candioti desde todo el país

(5) Nicandra Geralda (Gerardita) (1863/1949), Marcial Rafael (1865/1928, Ingeniero y Dr. en Matemáticas UBA, Profesor, presidente de la Sociedad Científica Argentina 1898-1900. Ministro Instrucción, Hacienda y Obras Públicas de la Prov. S. Fe, diputado nacional 1908-12, presidente de Obras Sanitarias de la Nación 1914-24,. etc.), Marcos Rodolfo (1867/1945, Dr. en Medicina UBA, Ministro de Hacienda de la Prov. S. Fe 1920-1922, estanciero, colonizador, fundador de la localidad Gobernador Candioti), Juana (1869/ ), Luis María (1870 ca./ f. niño), María de las Mercedes (1871-1940), Ricardo Amadeo (1874/1912, Dr. en jurisprudencia UBA, abogado, miembro del Superior Tribunal de Justicia de SFe), Gregoria Isolina (1877/1897), Teodora Matilde (1881/ ), Eduardo Eusebio (1882/f. niño), María de las Nieves (1884 / 1886) y Edmundo Isaac (1886/1918).