LA POLITICA EN FOCO

A mitad de camino

  • Pese a los intentos y a la negociación política, la reforma constitucional no logró avanzar.

Ivana Fux

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Terminamos como empezamos. El año se cierra tal como se había iniciado en materia de reforma constitucional. Con el mismo afán de Miguel Lifschitz por promoverla y con los mismos argumentos de quienes la resisten. Hubo matices y vaivenes, es cierto. Hubo momentos en los que parecía que la negociación política se destrababa y se abría la puerta para el consenso que se torna imprescindible a la hora de querer avanzar. Una circunstancia reciente emergía como la supuesta llave para encauzar el proyecto. El viaje que compartieron el gobernador y legisladores tanto del oficialismo como de la oposición a Estados Unidos fue escenario para abordar el tema. Las posiciones se habrían acercado; las pautas se habrían establecido mínimamente para dejar el camino habilitado a fin de que -como tanto se predicó- 2018 fuese el año de la reforma. Lifschitz debía garantizar acuerdo y uniformidad con los líderes de su propio partido -sobre todo a partir de la postura pública de su antecesor, Antonio Bonfatti-, y buscar armonía con la Casa Rosada, cuyo guiño -según la opinión de muchos dirigentes- sería indispensable para que la causa no fracase.

Pero lo dijo el mismo gobernador la semana pasada ante una consulta de El Litoral; “los ánimos en la política, esencialmente nacional, son cambiantes”. La posición de Santa Fe frente al tratamiento de la reforma previsional no pasó desapercibida para el gobierno central, y los roces serían inevitables.

Por eso, sólo horas después de que el mandatario sincerara su pretensión de ir por la reelección -reforma mediante-, referentes de la oposición desfilaron para advertir que no le allanarían el camino. Desde el mismo PRO, el ex diputado y actual concejal rosarino, Roy López Molina, dijo que “ningún santafesino se levanta pensando en la reforma”, y que por lo tanto, ésa no es una prioridad. Y sugirió postergar una eventual elección de convencionales constituyentes para 2019, en paralelo con los comicios para elegir gobernador. Desde el peronismo, el diputado Roberto Mirabella también apuntó a ese año, aunque en su caso, sugiriendo que se realice una consulta popular para que el pueblo decida. Una idea a la que adhirió en las últimas horas el senador nacional Omar Perotti.

El año había arrancado con una fuerte apuesta del gobierno provincial para promover la participación de la ciudadanía y diferentes actores civiles en torno de la reforma, con el propósito de abrir el abanico de temas y romper con la idea colectiva de que todo está circunscripto a la reelección. Pero la complejidad del proceso electoral que se celebró promediando el 2017 y que Lifschitz decidió ponerse al hombro, desplazó el tema del centro de la escena. Los resultados de esas elecciones fueron adversos para el Frente Progresista, y muchos imaginaron que ya no habría margen para que el actual Poder Ejecutivo insistiese con la iniciativa. No fue así. Sólo un par de días después de los comicios, apenas digerida la derrota, tanto el ministro de Gobierno, Pablo Farías, como el propio gobernador adelantaban que se reimpulsaría la idea de avanzar. Así, hubo un intento de retomar las conversaciones políticas pero, cuando éstas parecían encaminadas, por las vicisitudes de la coyuntura nacional que se mencionaron al principio, volvieron a dejar la discusión si no en foja cero, al menos, a mitad de camino.