Por la escasez de lluvias

En 90 días podría retirarse el agua de La Picasa de la Ruta Nacional 7

La traza está sumergida bajo la laguna desde abril de 2017. La zona anegada a retrocedido unas 5 mil hectáreas desde el pico de la inundación. En Melincué también hay menos agua.

27_U-11-A-DSC_0119.jpg

EXPECTATIVA. Lo que más entusiasma del asunto es la liberación de la Ruta Nº 7 que continúa cortada en el tramo que atraviesa la laguna, un área de 10 kilómetros que ya supo estar sumergida.

Foto: ARCHIVO

 

Patricio Dobal

[email protected]

En el extremo sur santafesino todavía no logran comprender que hasta hace unos meses el sector agropecuario pedía a gritos basta de lluvias y hoy sufre las consecuencias de un verano con escasas precipitaciones que afectan los cultivos. El panorama actual impactó de lleno en la cuenca de la laguna La Picasa que supo dejar unas 40 mil hectáreas bajo agua y hoy está en franco retroceso.

Es que desde hace unos 70 días La Picasa no crece. “Se estabilizó inicialmente y luego empezó a bajar de nivel”, indicó Juan Carlos Duhalde, presidente del Comité de Cuenca, en contacto con El Litoral. Las altas temperaturas, la poca precipitación que dejó canales secos, el efecto evaporación y las estaciones de bombeo funcionando a pleno han permitido acelerar el escurrimiento.

Lo que más entusiasma del asunto es la liberación de la Ruta Nº 7 que continúa cortada en el tramo que atraviesa la laguna, un área de 10 kilómetros que ya supo estar sumergida y que se elevó con un terraplén que en abril de 2017 quedó vencido por el nivel de las aguas. “Si se continúa bombeando como hasta ahora y se mantiene el no ingreso de agua, en 90 días podría estar despejada la traza de la Ruta Nacional Nº 7”, apostó Duhalde sobre lo que viene.

“Hay gente que ha caminado en parte sobre la calzada anegada y nos ha dicho que el asfalto está bien conservado”, mencionó el presidente del comité de cuenca sobre el estado del pavimento que quedó sumergido después de intentos de Vialidad Nacional de colocar defensas en un operativo que ante la inminencia de la inundación luego fue abandonado.

La esperanza de la reactivación del terraplén original parece haber alejado el proyecto de Nación que pretendía crear una traza de desvío elevado y asfaltado bordeando el sector sur de la laguna.

Hay datos claros que reflejan el achicamiento de la superficie de La Picasa. “Bajó unos 60 centímetros desde que llegó a la cota máxima de inundación en 2017, eso impacta en los límites del espejo de agua, donde se han despejando unas 5 mil hectáreas”, mencionó Duhalde. El mayor impacto se detecta en el sector sur, en territorio bonaerense, donde haciendo un entramado por caminos rurales es posible conectar los dos extremos de la Ruta 7, una travesía por ahora solo recomendada para camionetas.

“El contexto de sequía permite el funcionamiento de tres de las cuatro bombas de la estación Alternativa Sur, que está sobre la provincia de Buenos Aires y que derrama el flujo hídrico hacia la cuenca del río Salado”, añadió el productor agropecuario. Hasta hace unos meses, Buenos Aires se resistía a recibir el agua de La Picasa argumentando que el río Salado estaba saturado e ignorando que desde dicha provincia también aportaban caudal a la laguna que además recoge agua de Córdoba. El bombeo a través de la Alternativa Norte también se produce y al lado de dicha instalación continúa saliendo agua por una brecha natural que se formó cuando La Picasa llegó a su récord de inundación.

Situación calma en Melincué

El impacto de las bajas precipitaciones alivió también el panorama en otra zona crítica del departamento General López: la laguna Melincué. Allí se está produciendo un acelerado escurrimiento y el espejo de agua recobra su fisonomía tradicional. “La Ruta Provincial 90 que separa el pueblo del espejo de agua y hace las veces de contención ya no tiene más agua sobre el asfalto. No obstante sigue restringida a la circulación por una cuestión de seguridad”, dijo Emiliano Guillaumet, representante de la Secretaría de Recursos Hídricos de Santa Fe, a cargo del manejo de las aguas en el sur provincial.

“Hay sectores donde la laguna socavó la tierra al borde de la cinta asfáltica y por ello por el momento no se permite el tránsito que se desvía por un camino natural que afortunadamente ha recibido buen mantenimiento”, sostuvo Guillaumet, sobre la situación en la traza que además sirve de defensa para separar el agua de la localidad.

“La laguna Melincué en octubre, el momento más crítico, alcanzó los 86,37 metros sobre el nivel del mar y la última medición de cota fue de 85,85?, describió el representante técnico sobre las condiciones en la zona. Con una laguna en plena retracción parece estar todo encaminado para hacer un alteo en la Ruta 90 con miras a limitar aún más el riesgo de inundación a futuro”, apuntó.

  • La Ruta Provincial Nº 90 que separa el pueblo del espejo de agua y hace las veces de contención ya no tiene más agua sobre el asfalto. No obstante sigue restringida a la circulación por una cuestión de seguridad. Hay sectores donde la laguna socavó la tierra al borde de la cinta asfáltica y por ello por el momento no se permite el tránsito que se desvía por un camino natural que afortunadamente ha recibido buen mantenimiento”.

Emiliano Guillaumet

Secretaría de Recursos Hídricos