MAGALÍ BROSIO, ECONOMISTA

En la escena mundial

N.B.

A la hora de establecer un diagnóstico -y un piso de debate-, el sitio web Economía Femini(s)ta advierte que “varones y mujeres participan activamente de la vida social y productiva en las áreas rurales; sin embargo, existen marcadas asimetrías en las relaciones de poder que atraviesan a toda la estructura agraria”. Estas asimetrías se expresan en el acceso, uso y control de los recursos y de los bienes, en las oportunidades, la participación y la toma de decisiones”.

Tales desigualdades, que incluyen el acceso a la propiedad de la tierra, se traducen en “importantes inequidades en desmedro de las mujeres e impactan también en la eficacia de las políticas públicas cuando ellas no son identificadas como productoras, arrendatarias o dueñas de los medios de producción”.

Magalí Brosio es economista y editora del sitio web, que comenzó como un blog y se transformó en un medio de comunicación más, y circula a través de las redes sociales y publicaciones. En diálogo con este diario aportó su opinión a un tema que al fin se vuelve visible.

—¿Por qué incluir este tema en la agenda de Women 20?

—Las mujeres rurales conforman un grupo particularmente vulnerado a nivel global, ya que sufren de distintos tipos de violencias (vinculadas a su carácter de mujeres, pero también en muchos casos a su condición de clase, raza o etnia, estatus migratorio, etc.) que se solapan y refuerzan entre sí.

Su situación, además de partir de un punto particularmente complejo, se ve a su vez amenazada por las consecuencias ambientales, sociales y/o económicas que trae aparejadas el cambio climático, el cual pone en jaque las condiciones ya complejas en que las mujeres rurales realizan sus tareas.

Si bien la desigualdad de género ha cobrado una fuerza sin precedentes dentro de la agenda global, este grupo ha sido particularmente postergado, entrando recién ahora en las discusiones centrales de los altos foros globales, como el W20 o la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer. Si bien éste es un paso de suma importancia, los avances que se hagan estarán condicionados por cómo se aborde la temática y las recomendaciones de políticas que se desprendan de estos encuentros, para lo cual resulta imperativo que la discusión esté encuadrada en un marco feminista e interseccional.

—¿Cuántas mujeres trabajan en el ámbito rural, en qué situación y dedicadas a qué actividades?

—Lamentablemente existe escasa información acerca de la actividad económica (y las condiciones de vida) de las mujeres rurales. Esto se debe principalmente a que la mayoría de los relevamientos que se realizan periódicamente en Argentina, como la Encuesta Permanente de Hogares o la Encuesta Anual de Hogares Urbanos, están restringidos a zonas urbanas. De esta manera, la mayor parte de los datos vinculados con la población rural se obtienen de los censos, cuya baja frecuencia los hace poco adecuados para el diseño, el monitoreo y la evaluación de políticas públicas destinadas a atender las necesidades de esta población específica. Este debería ser un eje central de las discusiones (y recomendaciones) que se desprendan de los foros internacionales.

UN DÍA PARA TODAS

Cada 15 de octubre se conmemora el Día Internacional de las Mujeres Rurales, establecido por Naciones Unidas y vigente desde 2008. Más allá de la consigna que se fija para cada fecha en particular, el objetivo es avanzar en la incorporación del enfoque de género a las políticas agrícolas, el aumento de la tenencia de tierras de las mujeres, la mejora del acceso a la financiación de inversiones en bienes que contribuyan a la resiliencia frente al cambio climático, y la ampliación de oportunidades de participación en las cadenas de producción y distribución de productos de más valor.

La conjunción de un factor de desigualdad intrafamiliar con factores extrafamiliares, como la agriculturación y sus consecuentes concentración parcelaria y “desfamiliarización”, potencia la desvinculación femenina en la gestión de la tierra a la que sólo “posee” a título legal. “Género y propiedad rural”, de Silvia Lilian Ferro. Unidad para el Cambio Rural (Ucar), del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación).