15 partidos jugados: 26 puntos

¿Cómo está Unión en el medio del campeonato?

  • Más allá del bajón notorio que hubo en lo futbolístico en las últimas dos fechas (ante Central y Arsenal), el equipo fue más alto de lo que muchos suponían. Lo mejor fue con Racing, lo peor con Central. El DT es el factor clave de la campaña.
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Las manos en alto para despedirse de la gente, la noche de la notable victoria y actuación ante Racing. Fue el mejor partido de Unión. Foto: Manuel Fabatía

 

Enrique Cruz (h)

* 1) Lo mejor

Unión ha encontrado un equipo y una identidad de juego que lo llevó a ocupar sorpresivamente el tercer puesto en la tabla y a producir algunas actuaciones deslumbrantes, como por ejemplo la de Racing. En estos tiempos en que los entrenadores cambian por cambiar y se meten en profundos embrollos y se crean obligaciones por contar, en algunos casos, con planteles muy largos en cantidad y con una superpoblación de jugadores, Madelón le sacó jugo a un plantel que es corto en comparación con varios de Primera. En esa carencia, encontró una rápida solución a lo más preciado que puede tener un entrenador, que es la virtud de encontrar un equipo titular y un funcionamiento estable. El año pasado, aún en las derrotas (Lanús y River de visitante), el equipo mostró muchas virtudes. Basta con repasar la forma en la que se perdió: ante Lanús, después de producir un gran primer tiempo, se lo dieron vuelta en el segundo; contra River, en el marco de un partido parejo, la diferencia fue a la hora de definir, porque Unión marró muchas oportunidades.

* 2) Lo peor

Tranquilamente se puede resumir, lo peor de Unión, en lo que le pasó al equipo en la última semana: 1 punto sobre 6 ante Central y Arsenal, dos actuaciones opacas y la baja de Gamba, que se quedará afuera algunos partidos más. Lo raro es que todo se da justamente después de una actuación fenomenal ante un Racing que a partir de allí encontró el camino. Ante Central y Arsenal, el equipo entró en una confusión futbolística y una impotencia desacostumbrada. Siempre Unión fue un equipo muy claro en los conceptos, con variantes, molesto para cualquier rival y muy convencido de su potencial. Sin subestimar a nadie, jamás se achicó. En estos dos partidos, el nivel de juego bajó muchísimo y se descubrieron falencias que antes no tenía o que disimulaba muy bien.

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Dos aspectos de la foto para analizar: uno, que Mauro Pittón está definitivamente consolidado y en un camino de franco crecimiento; el otro, que fue el partido con Lanús, en el que Unión jugó un gran primer tiempo pero se lo dieron vuelta en el segundo. Foto: Matías Nápoli

* 3) El objetivo

Más allá de algunas actuaciones que entusiasmaron, nadie en Unión habló de otra cosa que no fuere la de sumar y afianzarse sin sufrir en la tabla de promedios. Quizás, por lo bajo o en la intimidad, el grupo piensa en “hacer historia”; o sea, clasificar para una Copa. Pero nadie lo dice. La realidad lo muestra hoy encaramado en las posiciones de arriba, con 4 puntos de ventaja sobre Racing, que está en el puesto 12 y es el primero de los que pugna por meterse en zona de copas. También la posición es desahogada en los promedios, porque le lleva 25 puntos de ventaja a los que están descendiendo. “Pero nosotros no perdemos de vista la tabla de promedios, porque se nos va la campaña de 41 puntos y también la de 22 de un torneo corto en el que el equipo anduvo bien”, dijo Martín Zuccarelli a este periodista. Y ahí está la cuestión: si el torneo terminase en este momento, Unión quedaría en el puesto 17, con siete equipos por debajo y con una diferencia de apenas 9 puntos sobre el último.

* 4) Las figuras

Madelón habla mucho del equipo y habrá que darle toda la razón en ese pensamiento: en Unión funciona lo colectivo, pero también ayudado por lo individual. Si bien algunos pueden destacarse por encima de otros en algún partido puntual o en algún tramo del campeonato, el nivel parejo individual es el que predomina. Bottinelli, Mauro Pittón, Acevedo, Gamba y Soldano han tenido partidos en los que su aporte se convirtió en notorio. Pero sería muy injusto ubicar a ellos como factores clave y desequilibrantes, cuando el resto no desentonó.

* 5) Los refuerzos

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Jonathan Bottinelli se hizo desear, tenía otras ofertas y esperó casi hasta último momento para venir a Unión. Cumplió desde el principio, le dio orden y voz de mando a la defensa y es un gran referente para los más chicos. Foto: Matías Nápoli

Esta vez habrá que admitir que el trabajo previo tuvo más aciertos que errores. De los que vinieron, hay cinco que juegan de titulares (Martínez, Gómez Andrade, Bottinelli, Fragapane y Zabala), otro que tiene todo para ganarse un lugar (el Droopy Gómez), dos que no juegan porque los sus puestos está en un buen nivel (Balbi y Vitale), más otro que llegó hace poco y que habrá que esperar si explota o no (Núñez). Resta mencionar a uno que fue titular, que aún jugando se tenía la sensación de que estaba para más y que ahora quiere reinsertarse en el equipo: Claudio Aquino. Se eligió bien dentro de lo que Unión podía aspirar, se potenció el plantel, se hicieron algunos esfuerzos económicos reclamados y necesarios (la llegada de algunos jugadores de buena cotización y la compra del pase de otros) y Madelón supo orquestar el resto para que esos jugadores nuevos se puedan sumar a una estructura que había quedado dañada por los malos resultados del primer semestre del año pasado.

* 6) El partido

Sin dudas, la noche ante Racing. Hacía mucho tiempo que no veía a los plateístas de Unión aplaudir a los jugadores cuando el equipo perdía. Se jugó bien de principio a fin, con un derroche notable de energías que le permitió presionar en todos los sectores de la cancha, ahogando el contacto individual y asociativo de jugadores desequilibrantes del adversario, como Centurión, Lautaro Martínez y Lisandro López. Más allá de que se puedan compartir o no, las declaraciones de Carlos Tévez son ciertas: “Lautaro Martínez, contra Unión, ni la tocó”, dijo el jugador de Boca. Y tiene toda la razón del mundo. Pero este no fue el único partido en el que Unión descolló. También se pueden mencionar otros, como el partido ante Olimpo por ejemplo. Y otros en los que la reacción le permitió llevarse el triunfo en circunstancias totalmente negativas: el 3-2 a Patronato con uno menos y en Paraná.

* 7) En deuda

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El Droopy Gómez es una de las mejores incorporaciones que hizo Unión en los últimos tiempos. Está en el camino de encontrar un lugar en el que sirva al equipo y pueda estar cómodo para lucirse. Es función del técnico también. Foto: Manuel Fabatía

El Droopy Gómez es un jugador tentador para cualquier club o entrenador, mucho más para Unión. En circunstancias, digamos, normales, Unión no podría pensar en un jugador de su cotización. Se pudo hacer por lo que él quiso y luchó, a sabiendas de que podía llegar en cualquier otro momento, pero prefirió hacerlo ahora, con 26 años y en una edad donde todavía tiene para seguir creciendo. La cuestión es que tanto él como Aquino, son jugadores enrolados en la función del enganche. Y Unión juega sin enganche. ¿Cómo se los puede acomodar?, es la gran pregunta que desde el comienzo del torneo se hace el técnico. A Aquino lo puso de carrilero por izquierda en el 4-4-2 que parece inamovible por el momento, a sabiendas de que la marca y el recorrido no son su “fuerte”. A Gómez lo tiró a la cancha, contra Central y Arsenal, a jugar suelto y ya sin Gamba. Se pasó de revoluciones y daría la impresión de querer demostrar todo en todas las jugadas. Esa ansiedad termina siendo mala consejera, sobre todo de los que tienen que ser fríos y cerebrales para jugar.

* 8) El DT

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Leo Madelón, un hombre que en Unión se potencia, junto al profesor Mariano Lisanti, clave para preparar físicamente a un equipo que hizo, de la intensidad, un estilo de juego. Foto: Manuel Fabatía

En este proceso de Unión, hay un tremendo mérito del técnico. Madelón es para Unión y Unión es para Madelón. De esto no cabe ninguna duda. Él se potencia como entrenador en este club y el club mejora y se tranquiliza cuando él está. A partir de este concepto general y de la frecuencia y predisposición que tiene para mirar hacia abajo y apostar a los chicos que vienen pidiendo pista, Madelón tiene que acomodar ahora algunas cosas que funcionaban bien y que empezaron a derrapar. Por empezar, hay que suplir la ausencia de Gamba de la mejor manera y habría que ver si Fragapane —que ha cumplido y bien con la función “sacrificada” de hacer el carril— es el hombre indicado. De ser así, lo otro es no desacomodar la estructura del mediocampo y pensar que tanto el Droopy como Aquino puedan cumplir esa misión. Si no, la alternativa es cambiar el esquema y jugar con un 4-2-3-1, algo que Madelón ya hizo en Unión (ganó un clásico de esa manera), pero siempre con el objetivo de no perder orden e intensidad en la presión, cualidades que distinguieron al equipo.