No se salva ni el capitalismo

“El mundo está cambiando”

Es la mayor transformación que la humanidad haya conocido. Está eliminando y creando millones de puestos de trabajo, así como las formas de comunicarnos o aprender. Y modifica la riqueza de las naciones.

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Beneficio para 10 mil millones de humanos en 2050 o disturbios sociales y anarquía. Ése será el resultado de aciertos o errores en la revolución que todo lo cambia, según el CEO de Siemens.

Foto: Gentileza Siemens

 

Por Joe Kaeser/CEO y presidente de Siemens

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Télam

Si nos equivocamos, las sociedades se dividirán entre ganadores y perdedores. Aunque sólo hemos visto el comienzo, una cosa ya está clara: la Cuarta Revolución es la mayor transformación que la civilización humana ha conocido. Nunca las revoluciones industriales anteriores generaron tan enorme poder transformador.

La Cuarta Revolución está transformando todas las actividades humanas: la forma de hacer cosas; la forma en que usamos los recursos de nuestro planeta; la forma en que nos comunicamos e interactuamos los unos con los otros; la forma en que aprendemos; la forma en que trabajamos; la forma en que gobernamos y la forma en que hacemos negocios.

Su amplitud, velocidad y alcance no tienen precedentes. Piénselo: hace sólo diez años no existía el teléfono inteligente. Hoy, nadie sale de casa sin él. Hace apenas unas décadas, las computadoras conectadas a Internet se encontraban en solo unos pocos lugares. Hoy, cada ser humano puede conectarse a una red que abarca todo el mundo y proporciona acceso al mayor repositorio de información y conocimiento creado por la humanidad.

Este gran poder implica también un riesgo enorme. Sí, lo que está en juego es importante. Si hacemos bien la revolución, la digitalización beneficiará a los casi 10.000 millones de seres humanos que habitarán nuestro planeta en el año 2050. Si nos equivocamos, las sociedades se dividirán en ganadores y perdedores, habrá disturbios sociales y anarquía, el pegamento que mantiene unidas a las sociedades y las comunidades se desintegrará, y los ciudadanos ya no creerán que los gobiernos puedan garantizar el cumplimiento de la ley y proporcionar seguridad.

Es por eso que la Cuarta Revolución no va sólo de tecnología o negocios; afecta a la sociedad en su conjunto. Es fascinante cuando una computadora supera al mejor jugador humano, cuando los bots escriben textos y las máquinas “hablan” entre sí. Sin embargo, nosotros los humanos, definimos los algoritmos que gobiernan las máquinas y no al revés.

Integración ciberfísica

Ahora estamos escribiendo el código que dará forma a nuestro futuro colectivo. Eso está sucediendo ya en la fabricación. Lo que llamamos Industria 4.0 genera un “gemelo digital” de todo el entorno de producción, desde el laboratorio hasta la fábrica. Los fabricantes pueden diseñar, simular y probar productos sofisticados en el ámbito virtual antes de hacer el primer prototipo físico, antes de configurar líneas de producción y antes de comenzar la producción real.

El software ayuda a optimizar cada proceso y cada tarea, ya sea realizada por humanos o máquinas. Una vez que todo funciona en el mundo virtual, los resultados se transfieren al mundo físico, las máquinas, y se cierra el ciclo informando al ámbito virtual.

Esta integración cíber-física perfecta supera a todo lo que ha sucedido en la industria hasta ahora.Como en revoluciones industriales anteriores, pero en una escala mucho más grande, la Cuarta Revolución eliminará millones de empleos y creará millones de nuevos puestos de trabajo. Y dado que la fabricación representa el 70 por ciento del comercio mundial, esto realmente afectará a “la riqueza de las naciones”, citando a Adam Smith.

¿Qué hacer?

  • Aprender del pasado y sentar las bases conceptuales para una sociedad inclusiva. A mediados del siglo XX, el economista Alfred Müller-Armack desarrolló la “economía de mercado social”, un modelo de éxito para Alemania. Imaginó una sociedad abierta para “unir el principio del mercado libre con el de la distribución justa de la prosperidad”. Esta visión señala el camino a una forma inclusiva de capitalismo y a un modelo sostenible de economía y bienestar social.
  • Elevar estándares empresarios de responsabilidad social y sostenibilidad. Contrariamente a la máxima de Milton Friedman, el negocio de los negocios no debería ser sólo negocios. Los stakeholders (clientes, accionistas, proveedores, empleados, líderes políticos, la sociedad en su conjunto) esperan que las empresas asuman responsabilidad protegiendo el clima, luchando por la justicia social, ayudando a los refugiados, y entrenando y formando a los trabajadores. El negocio de los negocios debería ser crear valor para el conjunto de la sociedad.
  • Conjugar formación y educación. Gobierno y empresas deben unir fuerzas para proporcionar a los trabajadores las habilidades. Si la fuerza de trabajo no se mantiene al día con los avances en el conocimiento a lo largo de sus vidas, ¿cómo serán ocupados los millones de nuevos puestos de trabajo?
  • Fomentar la innovación y la capacidad de adaptación. La digitalización ha demostrado su poder disruptivo; ha puesto patas arriba industrias enteras (conoce el dicho: “Internet acaba con el intermediario”). Hay nuevos modelos comerciales y también nuevos modelos sociales. Uno de éstos es la economía compartida. Desafía uno de los preceptos fundamentales de nuestro orden económico: el papel prominente de la propiedad. No importa si lo considera bueno o malo, es la realidad.
  • Reunir el coraje para hacer frente a las preguntas: ¿Cómo asegurar el futuro de aquellos cuyos trabajos serán eliminados por máquinas? ¿Necesitamos un ingreso básico garantizado? ¿Deberíamos imponer impuestos a software y robots? ¿Las empresas que proporcionan plataformas globales de IT tienen que cumplir normas nacionales y regulaciones? ¿cómo pueden hacerse cumplir? ¿Qué libertades y derechos deberían tener las personas en la era digital?

Implacable

La Revolución 4.0 se basa en sistemas ciberfísicos, que combinan infraestructura física con software, sensores, nanotecnología, biotecnología y tecnología digital de comunicaciones. La Internet de las cosas -que comunica dispositivos con electrodomésticos o autos- jugará un rol protagónico. Los economistas calculan que se agregarán 14,2 billones de dólares a la economía mundial en 15 años. Y la forma del trabajo -tal como hoy la conocemos- cambiará el mundo del empleo por completo y afectará a industrias en todo el planeta.

Nostálgicos abstenerse

“No creo que apelar a los buenos viejos tiempos ofrezca respuestas a la realidad de hoy”, dice el Ceo de Siemens. “En su libro Retrotopía, el sociólogo y filósofo polaco Zygmunt Bauman sostiene que muchos han perdido toda la fe en la idea de construir una sociedad futura y defienden la vuelta a las ideas del pasado, enterradas pero no muertas. En cambio, debemos mirar hacia adelante, analizar las oportunidades y los riesgos de la Cuarta Revolución Industrial, y después trabajar duro y ofrecer respuestas que realmente funcionen para nosotros y las futuras generaciones”.