Contra las malezas

“Llegó la hora de integrar métodos”

Un referente na nivel nacional en el tema brinda algunas claves para ponerle freno a uno de los problemas más costosos en el lote: las malezas resistentes y tolerantes a herbicidas.

Federico Aguer

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Según el Ing. Juan Carlos Papa (INTA), la realidad está en el manejo y en la integración de mecanismos de control, “porque si creemos que las vamos a manejar sólo con herbicidas, las malezas nos van a pasar por encima”. Papa aseguró que hay que integrar métodos químicos con los no químicos; racionalizar el uso de los herbicidas para lograr el máximo beneficio usando las mínimas dosis (la mayor diversidad de productos de banda verde); aplicar las buenas prácticas agrícolas; usar las tecnologías de aplicación correctas; y ser oportunos en los tratamientos. “Planificar los métodos, pero lo que el productor demanda, que es lo simple y barato, único y universal, hoy ya no está disponible”, asegura.

En relación al escenario actual, manifestó que tenemos muchas malezas “duras”, las que no se pueden prevenir con herbicidas, y que recién se detectan cuando el productor llega al lote.

“Es muy dinámica la realidad, pero claramente se destacan el Ry grass (que se lo controla mal y llega a la primavera-verano con matas muy grandes y semilladas), por otro lado la rama negra sigue estando presente en todos los sistemas. Los yuyos colorados siguen apareciendo, el amaranthus palmieri, el sorgo de Alepo resistente a glifosato, que sin prisa pero sin pausa siguen avanzando y están causando problemas”, resumió.

La importancia del diagnóstico

También manifestó que todas son manejables, pero que “se necesita un diagnóstico correcto, saber que es lo que tenemos en el lote y aplicar el tratamiento oportuno, combinando en un manejo integrado, tratando que los problemas no ingresen a los lotes donde todavía no habían aparecido, para lo cual la prevención es clave”. En definitiva, aconsejó tener “una actitud proactiva frente a las malezas, para detectar los problemas y eliminarlos bien”.

Finalmente sostuvo que “el uso del arado es una vuelta atrás, no es el ejemplo a seguir, es el resultado de la desesperación, porque hoy hay tecnologías suficientes para enfrentar el problema. El tema es que lo tecnológico también está relacionado con lo cultural, lo social y lo económico: hay otros aspectos que influyen. A tomar conciencia de este problema y asesorarse”. Sostuvo que con la ausencia de labranza se logró un hito y muchos productores se independizaron de los técnicos. “Y les gustó librarse de una figura que a veces no les resultaba simpática, pero que hoy es una figura fundamental. Hay que volver a asesorarse con el agrónomo especialista en malezas”, aconsejó.

Arranca la campaña

El 5 de marzo comienza una nueva campaña de vacunación anual contra la fiebre aftosa. En esta oportunidad, obliga a vacunar a todas las categorías bovinas. Se hará de manera simultánea con las terneras de brucelosis (de 3 a 8 meses). Los productores podrán vacunar contra carbunclo (que tiene que tener una vacunación anual obligatoria). A eso lo decide cada productor en conjunto con su corresponsable sanitario. El valor de la dosis es de $ 24 más el arancel veterinario que es $ 8 ($32). En esta campaña se utilizarán unas 150.000 dosis aproximadamente, algo menos de las 190.000 utilizadas unos años atrás. Todo productor tiene que tener un veterinario acreditado (corresponsable sanitario) que tiene entre sus responsabilidades el eliminar el destino de faena de todo animal que sea positivo de brucelosis o tuberculosis, y que es responsabilidad del propietario contar con las instalaciones mínimas indispensables para permitir la adecuada tarea de la vacunación, y se aconseja extremar las medidas de prevención para enfermedades anemizantes como la anaplasma, la bavesia, o la tripanozomiasis (en esta última se aconseja extremar las medidas de desinfección como el cambio de aguja en cada animal).