La recaudación subió 6,4 %
La economía santafesina creció un 2,2% en 2017
Los datos consolidados indican que la actividad finalizó el período en alza pero por debajo de las estimaciones preliminares.
Centro de Estudios y Servicios. BCSF.
ces@bolcomsf
El Indicador Compuesto de la Actividad Económica de Santa Fe (Icasfe)
se ubicó en diciembre en 164,2 puntos, presentando una variación mensual de 0,1% respecto al mes de noviembre. La tasa interanual de la actividad económica provincial (diciembre de 2017 / diciembre de 2016) fue de 2,2%.
En diciembre de 2017 el índice coincidente obtuvo una variación mensual positiva (0,1%), finalizando el año con un crecimiento acumulado neto de 2,2%. Aunque las proyecciones realizadas al inicio del período no se pudieron alcanzar (3,0%), el resultado fue suficiente para superar la caída de 2016 (-1,5%). Más aún, la fase
expansiva, con 17 meses consecutivos de crecimiento, ya superó el máximo nivel histórico alcanzado por la economía santafesina en julio de 2015
En 2017 diez de las catorce series que integran el Icasfe presentaron variaciones acumuladas positivas. Por otra parte, todos los restantes indicadores salvo gas industrial y molienda moderaron sus caídas respecto a 2016 o bien revirtieron una situación negativa.
Otra cuestión para destacar es que durante el último trimestre del año se obtuvo un alza general de 0,6%, la tasa más alta del período en términos trimestrales finalizó el año con un acumulado del 23,5% y el consumo de cemento Pórtland con una tasa del 12,2%, respectivamente.
Por su parte, la recaudación tributara experimentó un cambio de signo, logrando revertir más que proporcionalmente su mal desempeño durante 2016. La serie finalizó el año con un crecimiento real neto de 6,4%. En línea con esta variable, el consumo minorista también logró frenar la fuerte contracción que venía mostrando, pero terminó el año
con una mejora relativa de sólo 0,3%.
Respecto al sector manufacturero y específicamente en las ramas vinculadas al agro, la performance del 2017 no llegó a cumplir con las expectativas. En este sentido, la industria santafesina como conjunto mostró su segundo año consecutivo a la baja a pesar de que algunos sectores presentaron un buen desempeño.
En este marco resalta la situación negativa que atraviesa la producción láctea con una caída de 12,3% en 2017 y la contracción en los niveles de molienda de oleaginosas (-10,5%). Por el contrario, la industria cárnica consiguió crecer nuevamente, con una tasa acumulada de 8,1% durante los doce meses del año.
Síntesis y perspectivas
Con seis trimestres consecutivos de crecimiento, el ritmo interanual del Icasfe finalizó 2017 en 2,2%, prácticamente en medio de las bandas estadísticas de crecimiento de largo plazo. En este sentido, los resultados plantean un escenario alentador dado que se logró terminar con una etapa de estancamiento económico que databa de fines de 2011 (entre dicho período y julio de 2017 la provincia atravesó tres recesiones y el nivel de actividad no lograba consolidar una vía de crecimiento sostenido).
Para el período 2018 las expectativas continúan siendo favorables aunque los desafíos de mediano plazo persisten. En materia macroeconómica la inflación se logró moderar significativamente respecto a períodos precedentes pero las expectativas a doce meses se mantienen en torno al 20,0%.
Adicionalmente la situación fiscal sigue acumulando presiones y se acopla negativamente a un creciente déficit comercial. En ambos casos la estrategia del Gobierno ha sido ir moderando la situación de manera gradual, financiando los desbalances por medio de deuda.
Desde el punto de vista político el período que se inicia también contiene elementos de alto impacto para la actividad económica. Entre las cuestiones más importantes que plantean tratarse en materia legislativa se listan la reforma laboral y normas que afectan al plano impositivo.
Mercado laboral
El mercado laboral atravesó un buen año con mejoras en todos los indicadores. Los puestos de trabajo registrados aumentaron en 1,9% y las remuneraciones reales 4,3% en sintonía con un menor nivel de inflación. La demanda laboral cerró en baja (-0,8%) pero moderó significativamente su ritmo de caída. En 2016 cayó 12,7%.
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