La mujer en el deporte español, un caso que se puede extrapolar al mundo

Muy lejos de la igualdad

Pese a los indudables avances y a los notables éxitos cosechados en los últimos años por las mujeres en todas las disciplinas deportivas, todavía no se han logrado quebrar las barreras externas que limitan a todas las deportistas en general.

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Un ejemplo concreto. El fútbol sigue siendo dominado por los hombres: el Mundial femenino de Canadá 2015 otorgó 15 millones de dólares, mientras que el masculino de Rusia 2018 brindará 791 millones.

Foto: Archivo

 

Redacción de El Litoral

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DPA

“Es fútbol y es femenino” reza la jornada con la que el Barcelona pretende “romper mitos el 8 de marzo”, mientras millones de mujeres en todo el mundo están saliendo a las calles para denunciar las tremendas desigualdades salariales, laborales y sociales en las que se desenvuelven a diario.

Mientras ellas se manifiestan, Fran Sánchez, entrenador del primer equipo femenino del Barcelona, y Ernesto Valverde, su par en el primer equipo masculino, debatirán en el Camp Nou sobre “lo lejos y lo cerca” que están el fútbol femenino y el masculino en una de las ponencias del inédito congreso.

Pero el del fútbol no es el único caso, sino una mínima muestra. Por ejemplo, las mujeres conquistaron el 53 por ciento de las medallas españolas en los Juegos de Río 2016, a pesar de representar apenas el 29 por ciento de los deportistas de alto nivel y el 22 por ciento de las licencias deportivas.

Sus logros no sirvieron, sin embargo, para que su representación en los medios de comunicación superara un irrisorio seis por ciento, según datos de la propia prensa española. El 94 por ciento restante fue, obviamente, para los hombres.

La firma deportiva Joma emitió el miércoles un video titulado “Ojalá todos los días fueran noticia”, en el que diversas deportistas españolas reclaman más espacio en los medios.

“Le pondré un ejemplo: mientras los jugadores de la selección española cobran unos 6.000 euros por cada partido que disputan, las jugadoras de la absoluta no llegan a los cien euros y eso que les subieron la cuota hace poco”, ilustra Laura Castro, presidente de la Asociación por el Deporte Femenino, en conversación con DPA.

Con base en la isla canaria de Tenerife, esta asociación nació en marzo de 2016 para, entre otras cosas, “favorecer la integración de la mujer en el deporte deconstruyendo la estigmatización y el prejuicio sexista sobre competición deportiva de las mujeres”; denunciar las muchas desigualdades contra las que también compiten las deportistas y asesorarlas respecto a sus derechos.

Exceptuando el tenis, el deporte que probablemente mayor igualdad económica logró en la élite —los cuatros Gran Slam ofrecen ahora el mismo premio a hombres y mujeres—, la igualdad está muy lejos de que suceda en la mayoría de disciplinas.

El desconocimiento es, a menudo, una excusa masculina para obviar una situación evidente y además denunciada, con la boca más grande o más pequeña, por algunas deportistas de élite. “El machismo es algo continuo desde que compito y me dedico a esto. Lo típico, oyes comentarios...”, afirmó Laia Sanz tras concluir en enero su séptimo Rally París-Dakar. “Pero creo que también eso va cambiando, que es un tema de educación y que requiere tiempo”, añadió la piloto catalana de 32 años, 13 veces campeona del mundo de trial, cinco veces más de enduro y la mujer que mejor clasificación ha logrado nunca en la historia del rally más duro del mundo, novena en 2015. Sanz se acostumbró ya a que sus gestas deportivas sean tratadas como algo excepcional y a que las crónicas se refieran a ella como la princesa o la reina del desierto. A nadie se le ocurrió llamar príncipe o rey del desierto a Carlos Sainz, campeón este año del París-Dakar en la categoría de autos.

De la misma manera, Gemma Mengual, Ona Carbonell y sus compañeras de nado sincronizado se habituaron a que las numerosas medallas olímpicas, mundiales y europeas que conquistaron se atribuyeran a las “sirenas” y no a nadadoras de carne y hueso que se entrenan durante horas y horas en condiciones mejorables para alcanzar la cima.

Con muchas dificultades, algunas mujeres de disciplinas como nado sincronizado o el atletismo encontraron la manera de denunciar su precariedad y de conseguir progresos. Son la minoría.

Como minoría serán las deportistas que hoy secunden la huelga feminista convocada a nivel mundial y paren para visualizar su propia precariedad o a la de sus colegas. “Muchas están en plena competición y son las primeras que no quieren perderse entrenamientos”, señala Laura Castro, convencida de que el camino por recorrer será aún muy largo y más si las grandes deportistas no se empoderan y ondean la bandera de la reivindicación.

Serena Williams, la única mujer entre los 100 deportistas mejores pagos del mundo

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Para imitar. En el tenis, los cuatros Gran Slam ofrecen ahora el mismo premio a hombres y mujeres. Después, la brecha en el patrocinio es muy amplia.

Foto: Archivo

La tenista es tadounidense Serena Williams es la única mujer ubicada entre los 100 deportistas mejores pagos del mundo, según Forbes. La norteamericana se ubicó en el puesto 51 durante el año pasado, con 27 millones de dólares en su haber, lejos del delantero portugués de Real Madrid (España), Cristiano Ronaldo, quien embolsó 93 millones de dólares.

Sin dudas, el ejemplo de Williams refleja una de las demandas formuladas antes del Día de la Mujer que se celebra hoy, cuando se exige la ruptura de la brecha salarial entre hombres y mujeres. La cuestión del dinero en el deporte se nota principalmente en los premios por un mismo campeonato y también en el patrocinio.

El tenis consiguió equiparar el dinero entregado por la consagración en Grand Slams, sea de varones o damas, aunque en el resto de los campeonatos se mantienen esas diferencias. La rumana Simona Halep, que en 2017 llegó a número uno del ránking mundial, acumuló en ese ejercicio premios por 5.270.000 dólares, al tiempo que el mejor del mundo, el español Rafael Nadal, se llevó 12.700.000.

Por otro lado, el fútbol es una de las disciplinas con más distancia entre los dos géneros, al punto de que el Mundial femenino de Canadá 2015 otorgó 15 millones de dólares y el masculino de Rusia, a disputarse entre junio y julio próximo, brindará 791 millones.