Comicios parlamentarios

Colombia va a elecciones en medio de una paz agridulce

Giuseppe Palacino - DPA

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A 16 meses de haber firmado un acuerdo de paz con el Gobierno colombiano, los ex combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) participarán por primera vez en unas elecciones este domingo.

Tras la entrega de armas del que fue el grupo guerrillero más grande de América Latina, los colombianos miden el impacto de la paz entre beneficios y problemas en aspectos como el ambiental, rural y la seguridad.

La participación política de ex combatientes es una rosa con espinas: aunque el Ejecutivo celebra que 73 candidatos del partido conformado por la ex guerrilla están inscritos para los comicios parlamentarios, esa colectividad se vio obligada a suspender su campaña por constantes amenazas de quienes no quieren ver en las tarjetas electorales las fotos de antiguos jefes guerrilleros.

En sus 52 años de actividad guerrillera (1964-2016) las FARC cometieron innumerables ataques contra poblaciones y la fuerza pública, al tiempo que protagonizaron frustrados procesos de paz con varios gobiernos para tratar de acabar con un conflicto que dejó unos 230.000 muertos, al menos ocho millones de víctimas y unos 80.000 desaparecidos.

Si bien la paz ha beneficiado a varias regiones que antes eran azotadas por la violencia, los asesinatos selectivos de líderes sociales siguen siendo el dolor de cabeza del Gobierno. Según un informe del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, se han cometido 205 asesinados de esas características.

Adicionalmente, el Comité Internacional de la Cruz Roja indicó que en zonas donde anteriormente operaba las FARC el conflicto armado se ha acentuado por disputas de territorio entre la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), todavía activa, y bandas criminales.

“La disminución de las acciones armadas en varias regiones del país contrasta con la continuidad de graves fenómenos de violencia y la falta de mejoras en las vidas de comunidades que más han sufrido el conflicto”, dijo el jefe de delegación del organismo, Christoph Harnisch.

Otro aspecto de la implementación de paz es la erradicación de cultivos ilícitos. Según cifras oficiales, tan solo en 2018 se han eliminado 1.820 hectáreas de plantaciones de coca, que se suman a las 52.571 reportadas el año pasado.

El vicepresidente colombiano, Óscar Naranjo, indicó que el fin del conflicto permite “hacer sustitución para que haya un tránsito a la legalidad de comunidades que estuvieron condenadas al cultivo ilegal durante muchos años”.

Sin embargo, la ONU ha señalado el evidente crecimiento de estos cultivos ilegales, calculando que en 2016 aumentaron hasta las 146.000 hectáreas, lo que supone un alza del 52 por ciento con respecto al año anterior, una cifra histórica.

En cuanto a cerrar la brecha entre el campo y las ciudades, el Gobierno destacó que han sido construidos 2.000 kilómetros de vías en departamentos donde antes operaba la guerrilla, permitiendo que los campesinos estén mejor conectados con los centros urbanos.

Otro sector beneficiado es el ambiental, pues el presidente Juan Manuel Santos celebró que los científicos han encontrado 94 nuevas especies animales y vegetales en lugares donde estaban las FARC.

A pesar de esto, colectivos civiles han denunciado que la tala de árboles ha crecido desde que las FARC abandonaron sus zonas de operación, en tanto que el ministro de Ambiente, Luis Murillo, indicó a dpa que “la meta planteada para el año 2020 de reducir a cero de deforestación en la zona amazónica tendría que revisarse”.

En departamentos como Amazonas, Caquetá, Guainía, Guaviare, Putumayo y Vaupés -cerca de la mitad del país- las FARC ejercieron control del territorio por cinco décadas, obligando a los habitantes a preservar el medio ambiente, como excusa para que la selva se mantuviera espesa y les fuese fácil esconderse en combate.

Otro de los aspectos llamados a mejorar por la paz es la eliminación de las minas antipersona, artefactos explosivos que la guerrilla escondía debajo de la tierra y que detonaban al ser pisados.

Según cifras oficiales, 188 municipios ya están libres de estos artefactos y otros 263 están en proceso de limpieza. Un total de 673 corregimientos tienen sospecha de minas antipersona.

En 2016 Colombia había despejado de minas 2,6 millones de metros cuadrados, en la actualidad la cifra se ubica en 5,2 millones de metros de cuadrados. La meta es eliminar estos artefactos del todo para 2021.