GEOFFREY CARDOZO

Malvinas: homenaje al británico que diseñó el cementerio de Darwin

Mañana viajarán a Malvinas familiares de soldados que murieron en el Atlántico Sur. Será la primera travesía luego de culminada la identificación de 90 efectivos.

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El militar recibió un mate de plata de manos del ministro Avruj, acompañado por el embajador del Reino Unido.

Foto: Télam

 

Redacción de El Litoral

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Télam

El oficial del Ejército británico Geoffrey Cardozo, quien diseñó en 1983 el cementerio de Darwin en el que descasan los restos de los soldados argentinos caídos durante la Guerra de Malvinas, fue homenajeado este sábado por el gobierno nacional, en una ceremonia encabezada por el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, en el predio de la ex Esma.

“Estamos acá para homenajear a un amigo de Argentina, que posibilitó que los héroes que dieron la vida por nuestra patria en 1982 pudieran descansar en paz. Hoy, gracias al trabajo que hicimos en conjunto, estamos en el camino de conocer la verdad”, señaló Avruj. El acto significó un preludio del viaje que mañana realizarán a las islas Malvinas los familiares de los soldados que perdieron la vida durante el conflicto del Atlántico Sur, quien en compañía de autoridades argentinas y británicas, rendirán un homenaje conjunto en la necrópolis militar ubicada en Darwin, un poblado de la isla Soledad.

Avruj ponderó la labor de Cardozo, quien posibilitó que se llevarán a cabo los trabajos que permitieron la identificación de 90 efectivos que murieron en la defensa del suelo argentino. “Vencimos muchas tensiones, entre los familiares y las autoridades, y conseguimos trabajar en conjunto para lograr algo muy importante para la memoria de nuestros héroes y para consolidar la causa Malvinas, que es una causa del gobierno nacional”, remarcó Avruj.

“HONORES MERECIDOS”

En 1983, Cardozo, un capitán que entonces tenía 33 años, tuvo a su cargo la tarea de desminar esa zona de la isla Soledad, en la cual se llevó cabo la batalla de la Pradera de Ganso Verde, y en medio de esos trabajos dio con restos de soldados argentinos que la unidad bajo su mando sepultó en un campo santo montado en Darwin.

“Trabajamos con respeto y les dimos a los soldados argentinos los honores que se merecían. Eran hombres caídos en combate y se merecían ese trato. Para mí, fue muy emocionante encontrarme con las madres de esos chicos, que me recordaron a la mía”, evocó el militar en declaraciones a Télam, hechas en un pulido castellano.

“UN NUEVO COMIENZO”

La labor de este oficial fue reconocida también por María Fernanda Araujo, titular de la Comisión de Familiares de los soldados caídos, quien aseguró que para llegar a la identificación de los restos hubo que “vencer muchos prejuicios”. “Al principio desconfiábamos, creíamos que los querían identificar para traerlos de vuelta al continente. Pero nos convencieron de que en realidad las intenciones que tenían las autoridades de ambos lados eran buenas”.

Visiblemente emocionada, la referente de los familiares de los soldados caídos señaló que la identificación “no es el final de la historia, y significa un nuevo comienzo”. En ese sentido, el embajador del Reino Unido en Argentina, Mark Kent, parafraseó al ex primer ministro británico Wiston Churchill, al indicar que “ahora no es el final. No es siquiera el principio del fin. Pero es, quizás, el final del comienzo”. “Estar acá y trabajar para colaborar en que se llevaran adelante estas identificaciones es lo más importante que hice en Argentina y en mi carrera diplomática. Lo bueno es que esto no fue una negociación de dos partes; acá se conformó un equipo”, remarcó el diplomático.

Avruj valoró el desempeñó que tuvo el Equipo Argentino de Antropología Forense (Eaaf) en el cementerio de Darwin y reconoció que en este proyecto, iniciado en el gobierno anterior, tuvo una tarea importante el ex combatiente de Malvinas Julio Aro. Por último, el funcionario le entregó a Cardozo un mate de plata, “símbolo de la amistad para los argentinos”.

PIDEN POR LOS RESTOS DE UN SOLDADO

La familia del correntino Daniel Andrés Rodríguez, que murió en la guerra de Malvinas con 20 años, recibió hace pocos días la noticia de que su cuerpo había podido ser identificado por el Comité Internacional de la Cruz Roja y ahora esperan poder trasladar sus restos a Santo Tomé, su tierra natal. “El 7 de marzo nos confirmaron la identidad del cuerpo de Daniel a través de los estudios de ADN e inmediatamente pedimos poder traer al continente sus restos. Nos dijeron que sí, así que esperamos que se pueda concretar este año”, detalló su hermana Alicia, de 58 años, en diálogo con Télam.

Hasta el momento, el caso de la familia Rodríguez es el único de entre los 90 soldados identificados que manifestó su voluntad de traer los restos para ser sepultados en el continente. Mañana, Ada -otra de las hermanas del soldado correntino- y su sobrina Erika formarán parte del contingente de 248 argentinos que arribará a las islas para participar de una ceremonia de homenaje a los caídos en Darwin y dejar oficialmente inauguradas las lápidas de los 90 soldados identificados.

Luego de casi 36 años de espera, las seis hermanas del ex combatiente solicitaron que sus restos regresen a su Santo Tomé natal, “porque tiene que descansar en su pueblo”.

Alicia relató cómo vivieron ese 7 de marzo, el momento que tanto anhelaron por más de tres décadas. “Estábamos en mi casa de Florencio Varela todas las hermanas, menos Norma que vive en Santo Tomé, esperando la noticia. Cuando nos confirmaron que lo encontraron, nos abrazamos mucho y recién ahora podemos hacer el duelo”, expresó. La familia Rodríguez ahora tiene la certeza, la confirmación oficial, de que la tumba de Daniel está ubicada en el primer lugar de la tercera fila del cementerio. Daniel -único hijo varón de Julia Guillén y Hermenegildo Rodríguez- “era un poco remolón para el estudio, pero jugaba muy bien al fútbol, era un goleador” y le gustaba escuchar especialmente León Gieco y su emblemática canción “Sólo le pido a Dios”, recuerdan sus hermanas.

A los 16 años, emigró a Buenos Aires desde su Santo Tomé natal en busca de trabajo y se instaló con tres hermanas en una casa en Quilmes, donde empezó a trabajar en la metalúrgica Heredia, que cerró sus puertas hace varios años. “Cuando comunicó en su trabajo que había sido convocado para Malvinas, su jefe le dijo que a su regreso, su puesto lo estaría esperando”, cuenta Alicia y recuerda que el día que avisaron a la fábrica que Daniel había muerto en la guerra -el 7 de junio en el monte Dos Hermanas- “cerraron sus puertas en señal de duelo”.