El embajador argentino y la agenda rioplatense

Mario Barletta alienta la integración con Uruguay

Sostiene que ambos países deben procurar al Río de la Plata como una referencia en el comercio mundial. Y colaborar con su desarrollo.

8-A-DSC_0707.jpg

El ex intendente de Santa Fe, ex rector de la UNL, ex diputado nacional y ex presidente del Comité Nacional de la UCR muestra su entusiasmo por su nueva tarea como embajador.

Foto: Flavio Raina

 

Luis Rodrigo

[email protected]

El embajador argentino en el Uruguay, Mario Barletta, recordó que ese país lleva casi 14 años de crecimiento económico, al hablar sobre la realidad económica argentina y el nivel de intercambio entre ambos países. Aseguró que debe crearse la referencia Río de la Plata en el comercio mundial.

El Litoral preguntó por los desafíos y la agenda común con un país que dice estornudar cuando Argentina se resfría, y el embajador respondió: “Sí, es verdad, y también, al revés: nosotros tenemos que empezar a entender que tenemos intereses comunes y que hay que trabajar con una mirada rioplatense”.

“Lo que más me ha motivado por estos días es por un lado la gran cantidad de temas a abordar, esto significa mucho trabajo por delante y con buenas perspectivas, y por otro, la muy buena relación que se ha establecido entre ambos países y entre ambos gobiernos. Primero con el canciller Nin Novoa y luego con el presidente Tabaré Vázquez mantuvimos contactos y ambos se esforzaron en ratificar las muy buenos vínculos que tenemos desde que comenzó el gobierno de Cambiemos”, expresó.

“Estoy muy agradecido con el presidente Mauricio Macri, porque me haya honrado con esta tarea. Tenemos temas de todas las índoles, en materia comercial el desafío es enorme”.

—¿Cuál es la tarea primordial entre ambos países?

—Tenemos que aumentar enormemente el volumen del intercambio que ha disminuido desde que pasamos por malos momentos que tuvimos años atrás. Algunos podrán imaginar que estas tensiones no cambian los negocios, y sí influyen. Si ambos países tienen buena predisposición, si los gobiernos, los funcionarios y los ciudadanos de ambos lados tienen buena predisposición los acuerdos son posibles. Se cede de ambas partes, pero cuando las relaciones internacionales no son buenas todo se dificulta.

Cuanto mayor sea el volumen de las exportaciones argentinas al Uruguay en buena hora, pero también que cuanto mayores sean las exportaciones uruguayas a la Argentina. En buena hora para ambos, tenemos que complementarnos. No digo que esto sea una cosa sencilla, pero es uno de los desafíos más importantes en nuestra agenda común.

—El campo argentino compite con el campo uruguayo por mercados internacionales. ¿En qué áreas podrían integrarse?

—Yo lo veo a la inversa: argentinos y uruguayos tenemos nuestras economías excesivamente sustentadas en nuestros productos primarios, en los comodities. Pero ambas economías necesitan incorporarle valor a esos productos. Trabajemos juntos, y de hecho ya tenemos algunos temas puntuales (que no se los voy decir) para reunir a gente que está trabajando muy bien en términos de trazabilidad, en temas de biotecnología y de software... Bueno, ya estoy dando algunas pistas.

—¿Cuál es el objetivo en común?

—El mundo, ése es el objetivo. Que Argentina logre a sus productos incorporarle valor agregado y al mismo tiempo que Uruguay le incorpore a los suyos. Ambos países tenemos que mirar la mundo, como el objetivo principal de esos acuerdos conjuntos.

Quienes me conocen saben que soy muy persistente respecto del objetivo de generar competitividad. Tenemos que hacerlo: lo he dicho y lo he tratado de llevar adelante en las distintas funciones que me han tocado, la competitividad de nuestras economías es clave.

Ya lo dijo Mauricio Macri en su momento y lo sigue repitiendo: “No podemos seguir siendo el granero del mundo; tenemos que ser el supermercado del mundo”. Y esto tiene que ser el Río de la Plata, de Argentina y Uruguay al mundo. Tenemos que ser una referencia en este sentido, podemos serlo.

—¿Cómo?

—En eso, estamos trabajando. Hay reuniones con rectores de universidades de ambos países y también en materia de tecnología agropecuaria, hay una enorme cantidad de tareas en ese sentido. Vengo de una reunión con la Mesa de Entidades Productivas alentandolos a que busquen, a pedirles que no nos quedemos quietos, tenemos que generar desde el sector privado también una actitud muy proactiva para vincularse y relacionarse con otros actores privados en el Uruguay.

—Hay actividades en las que los uruguayos parecen haber sido mejores, o que supieron defenderse mejor. La crisis del sector lácteo que vivimos aquí allá tiene otros límites.

—Sí, es verdad. Pero tienen problemas de todas formas.

—Hay un mercado internacional deprimido para todos, pero mientras aquí vemos una verdadera desprotección de un sector frente a otro, allá se ve un modelo de desarrollo que protege al eslabón más débil.

—Es que no podemos olvidar además que venimos de realidades muy diferentes. El Uruguay lleva casi 14 años de crecimiento económico; nosotros hemos sufrido situaciones de crisis casi inexplicables. Y ni hablar de la inflación si se compara uno y otro país. Cómo puede ser que Argentina haya estado y sigue estando en uno de los peores procesos inflacionarios a nivel internacional con las capacidades y potencialidades que tenemos. Es porque hemos cometido muchos errores, creo que de a poco se están reparando. Con mucho sacrificio, con la necesidad de entender que tenemos que poner espalda contra espalda para poder salir en situaciones que son hasta culturales. No es sólo un proceso que los economistas pueden llevar adelante.

Lo que necesitamos es una república, lo que nos dejó el gobierno anterior no lo es. Y los uruguayos tienen una tradición republicana mucho más firme y fuerte. Cuando logremos tener una Justicia en la que todos podamos realmente confiar, con una real división de poderes, con la Constitución como la herramienta de la que no podemos despegarnos ni un milímetro, ahí tendremos las condiciones para una república.

—Nos falta bastante.

—A veces, las urgencias te obligan a tener que echar mano de determinadas decisiones que son coyunturales, provisorias, como lo es en la Argentina en este momento que debemos atender con un porcentaje importante del presupuesto a los aspectos sociales. El país tiene que enfocarse muy fuertemente para recuperar la capacidad del acceso a una educación de calidad de todos los habitantes. Ahí tenés un país libre, un país libre, educado, republicano, va a ir generando las condiciones de las que hablábamos.

Y esto no es una crítica, no se me ofenda, pero en la Argentina los medios periodísticos están encima de cada tema, sean o no una noticia....

—Se ve que disfruta más de la prensa uruguaya...

—(Risas) Es de calidad, son muy respetuosos. En El País de ayer (18 de marzo) me hicieron una extensa entrevista. La prensa también es parte en esto de cuidar la república.

—¿Y se la cuida con tantos DNU o con aquel anuncio de nombrar jueces de la Corte por decreto? En pos de demostrar gestión o poder, desde la Nación descuidan la república.

—Es que hay algunas ansiedades... Fuimos muchos los que no acompañamos esa decisión de proponer por decreto a los jueces de la Corte, y que lo hicimos público. Y se corrigió. Cambiemos tiene esa gran virtud que ayuda a encaminarnos a tener una verdadera república. Como les gusta decir a muchos funcionarios del gobierno ponemos muy alta la vara en la lucha contra la corrupción y en favor de la república. Es indudable que el gobierno se ha propuesto ser muy respetuoso de la independencia de los poderes y permitir que se discutan ciertos temas que antes eran impensados, como con el aborto.

—Aborto, el costo de los salarios de los arzobispos... En Uruguay, ha de llamar la atención nuestro atraso para discutir los temas que hoy están en el Congreso argentino.

—Yo no usaría ese término. No es atraso. Son distintos procesos históricos. La impronta y la influencia de la Iglesia en la Argentina no ha sido la misma que en el Uruguay. Por eso, quizá ellos avanzaron en la laicidad del Estado. Lo importante es que los temas se puedan debatir.

En el tema del aborto, a mí me ha sorprendido la madurez, no sólo de los partidos políticos y los dirigentes, sino la madurez de la sociedad. Teníamos una sociedad mucho más madura de lo que creíamos para discutir y debatir estos temas.

—El movimiento de mujeres tuvo mucho que ver...

—Por supuesto que estos procesos tienen mucho que ver con las demandas de la sociedad. Lo que tiene que saber interpretar el gobernante es lo que va gestando naturalmente la sociedad. Pasó con el tema del medio ambiente, con el tema de la mujer. El gobierno tiene que dar respuestas y tiene que habilitar los debates, promoverlos. Incluso dando su posición que puede ser contraria a la que tome el Congreso. Que el presidente tenga una opinión y que permita que eventualmente el Congreso vote otra era impensable.

—Algo tan común en una república.

—La recuperación del diálogo y el respeto por el que piensa diferente también hacen a la república, la Argentina ha comenzado a ir por ese camino y a esto lo veo consolidado en el Uruguay. En el Congreso, Cambiemos logró la aprobación de más de 100 leyes mientras fui diputado y éramos minoría. Hay un cambio que se puede palpar, soy muy optimista respecto del país.

8-B-DSC_0704.jpg

Distintivo. Para el representante de nuestro país en Montevideo “debemos tener en el comercio internacional una mirada rioplatense”.

Foto: Flavio Raina