Pidieron la captura de Facundo Castro

Le iban a colocar la tobillera electrónica pero se escapó

El reconocido criminal que estuvo casi 20 años preso por dos homicidios -uno de ellos un guardiacárcel de Las Flores en la década del 90-, se volvió a escapar. Estaba con prisión domiciliaria a la espera de que le colocaran el sistema de monitoreo.

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El ex presidiario fue apresado el año pasado en una casa de barrio La Lona y tras recuperar la libertad volvió a caer en febrero último.

Foto: Archivo El Litoral

 

Juliano Salierno

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Facundo Martín Castro estaba preso, a la espera de que le instalaran una tobillera electrónica para irse a la casa. La Justicia le había dictado la prisión preventiva morigerada el 7 de marzo (domiciliaria), luego de que fuera acusado de amedrentar a una testigo de un crimen por el cual está preso su hermano. Pero como habían pasado más de dos semanas y el dispositivo no había sido instalado, el abogado de Castro, el ex defensor provincial, Gabriel Ganón, presentó un habeas corpus en favor de su cliente.

La audiencia de habeas corpus se celebró el 28 de marzo, en la que si bien fue rechazado el recurso, la Justicia reiteró el pedido para que se instalara el sistema de monitoreo, con la salvedad de que si éste no estaba colocado para el 31 de marzo (cuando efectivamente se cumplía el plazo máximo para su activación), igualmente Castro pasaría a gozar de la prisión domiciliaria, aunque con los controles tradicionales de visitas policiales periódicas y sorpresivas, al menos hasta que la instalación del dispositiva se hiciera efectiva.

Es decir que el sábado 31 de marzo y sin tobillera electrónica, Castro se fue a su casa de 1º de Mayo al 8100, que su defensa fijó para que cumpla la domiciliaria. Tres días después, el 3 de abril por la mañana, los técnicos del Ministerio de Seguridad que fueron hasta el lugar a instalar el equipo se encontraron con que el imputado ya no estaba.

Fueron sus padres quienes reconocieron al personal del Programa de Asistencia de Personas Bajo Vigilancia Electrónica que su hijo había recibido, la noche antes, la visita de una mujer con la que consumió drogas y tras protagonizar una discusión abandonó el inmueble. “Facundo Castro no se encuentra en el domicilio”, anotó de puño y letra en su informe el operador de la Subsecretaría de Tecnología y Planeamientos del Ministerio de Seguridad.

Libertad bajo fianza

El ex presidiario de 39 años, que estuvo casi 20 años privado de su libertad condenado por dos homicidios, entre ellos el de un guardiacárcel de Las Flores ocurrido a fines de los ‘90, volvió a caer el año pasado -el 29 de noviembre-, acusado por cuatro hechos delictivos cometidos entre el 21 y 25 de octubre de 2017 y encuadrados en los delitos de “amenazas, amenazas coactivas calificadas, amenazas calificadas por el empleo de arma de fuego (dos hechos), abuso de arma y lesiones leves dolosas”. La policía lo encontró en una casa de la calle Lavalle al 5000 del barrio La Lona y lo puso a disposición de la Justicia, que el 1º de diciembre le concedió la libertad bajo promesa jurada, como alternativa a la prisión preventiva.

En dicha oportunidad, la falta de antecedentes condenatorios vigentes (ver Sin antecedentes) le permitió acceder al beneficio, para el cual debió cubrir una fianza de $50.000 y someterse a las reglas de conducta que fija la ley, entre las que cuentan la de no volver a delinquir.

Ataque a testigos

Pero el 23 de febrero último, una denuncia realizada por una mujer, testigo de un homicidio ocurrido en 2016 y por el cual está preso un hermano de Facundo Castro (ver Hermano preso), volvió a ponerlo en el centro de la escena. En dicha oportunidad, la policía lo encontró en un hotel, en un lugar distante del que había fijado domicilio y fue nuevamente llevado a los tribunales, donde lo acusaron por “intimidación pública, abuso de arma, resistencia a la autoridad”.

En este caso, el Ministerio Público de la Acusación sí solicitó la prisión preventiva, pero el juez del caso optó por la tobillera electrónica, que por diferentes motivos (una vez fueron a colocarla y no había nadie en el domicilio, en la segunda el preso ya se había ido), nunca pudo ser instalada.

La semana pasada, tras tomar conocimiento que Castro había abandonado su lugar de residencia fijado para cumplir con la domiciliaria, la fiscalía que lleva el caso solicitó la captura urgente del imputado, que por estas horas se encuentra prófugo.

Hermano preso

El hermano de Facundo Castro se encuentra tras las rejas desde hace un año, acusado por el homicidio de un joven de 18 años, llamado Adrián Martínez, ocurrido el 27 de diciembre de 2016 en inmediaciones de 1º de Mayo y Larrea de la capital provincial. la Policía de Investigaciones lo atrapó en Chapeaurouge y Juan José Paso, de la ciudad de Santo Tomé cuando circulaba a bordo de un automóvil. Se encontraba prófugo y según fuentes consultadas, cuenta con una condena de ejecución en suspenso por portación indebida de arma de fuego.

Una testigo de ese homicidio de 2016, denunció en febrero pasado que dos hombres en moto pasaron por su casa y abrieron fuego contra la vivienda, en un claro mensaje dirigido a silenciar a la testigo. Por ese episodio, Facundo Castro fue detenido la última vez.

Sin antecedentes

Fue el propio Facundo Castro quien sorprendió a todos en tribunales, al informar en medio de una audiencia imputativa, que no contaba con antecedentes penales condenatorios. Aunque inverosímil, el ex convicto, dos veces condenado por el delito de homicidio, fue beneficiado por una resolución judicial mediante la cual se invalidó todo lo actuado con posterioridad a la unificación de las condenas a 25 años de prisión en 2003; y ello le permitió recuperar la libertad en diciembre de 2015.

Su abogado defensor, Gabriel Ganón, explicó los alcances de la medida adoptada por la Cámara de Apelación Penal que hizo lugar a un planteo suyo, al cuestionar que su pupilo apeló en 2003 la unificación de dos condenas en 25 años de prisión y que ese recurso nunca tuvo tratamiento por inacción de los operadores de Justicia. En ese entonces, correspondía tramitar un recurso de inconstitucionalidad sobre el que la Cámara nunca se expidió y el paso del tiempo -más de 12 años- prescribieron las acciones.