Después de un crimen atroz

Una mujer sola y desesperada

Hace un mes mataron a su hijo. Los asesinos están libres y ahora la amenazan a ella. Pide justicia.

24-2-FOTO ALAN BAEZ.jpg

Alan Exequiel Baez (29) se ganaba la vida cortando yuyos. Se resistió a que le roben una bordeadora. Lo mataron de un tiro por la espalda.

 

Danilo Chiapello

[email protected]

Alan Exequiel Baez (29) se ganaba la vida cortando yuyos y vendiendo alfajores por las calles de Santa Rosa de Lima.

Los vecinos de esa barriada, muchos de los cuales ocasionalmente lo contrataban para alguna que otra changa, lo recuerdan como un muchacho tranquilo y servicial.

Alejado de cualquier lujo o privilegio Alan salía todos los días a buscar “el mango” de a pie, con la única ayuda de sus hombros, donde cargaba sus herramientas. Aunque este último tiempo su rutina había encontrado algo de alivio, porque un amigo le había prestado una bicicleta.

Pero fue en las mismas calles de Santa Rosa de Lima, donde el destino le jugó una trampa fatal.

Todo ocurrió el sábado 14 de abril, a la hora de la siesta.

Aquella tarde Alan circulaba en bicicleta llevando consigo sus implementos de trabajo, en dirección a la casa de su madre. Pero no pudo llegar.

En la esquina de Primera Junta y Azopardo un sujeto le salió al cruce y apuntándole con un revólver ordenó que le entregue una bordeadora.

Alan no aceptó y como respuesta intentó apresurar la marcha de su bicicleta. Fue su última acción. Un balazo lo alcanzó de lleno en su espalda.

Tras caminar algunos metros, Alan se derrumbó sobre la vereda mientras el criminal escapaba a bordo de una moto junto a otro compinche.

Un vecino cargó con el cuerpo del muchacho y lo trasladó hasta el hospital Iturraspe, donde ingresó ya fallecido.

“Nadie me escucha”

Aquella tarde se apagó la vida de Alan y comenzó el drama de Modesta Ceballos (68), la madre del fallecido.

* “Lo único que pido es justicia... pero el problema es que estoy sola y nadie me escucha. Se piden testigos pero nadie se presenta. Todo el mundo vio, porque esto pasó en la calle, pero ahora nadie habla. Sus amigos iban a declarar pero esta gente (por los asesinos) los amenazan y ahora se tiraron para atrás”, señaló Modesta en diálogo con El Litoral.

La mujer sostiene en sus manos una foto con la imagen de su hijo. Pero ni bien lo observa rompe en llanto.

* “Ese sábado mi hijo había salido a trabajar... cortaba yuyos y vendía alfajores. A él lo mataron cuando venía de regreso para mi casa. Mi hijo venía en una bicicleta que le había prestado un amigo. Cayó en la vereda al lado de mi casa. El vivía conmigo porque era soltero

Le quisieron sacar una bordeadora. Como mi hijo no se la dio y siguió pedaleando, entonces le metieron un tiro en la espalda. Le gatillaron tres veces, pero salió una sola bala. Yo no sabía lo que había pasado porque andaba haciendo mandados. Incluso lo ví al tipo cuando escapaba, que se lo llevaba un cómplice en una moto”, agregó.

“Después llegó un muchacho y me decía de llamar una ambulancia. Pero como todo se demoraba vino un vecino y lo llevó al hospital en su auto”.

Asesinos sueltos

Más adelante Modesta se mostró indignada porque “nadie me vino a ver. Me dijeron que iban a poner una custodia pero nada. Estos tipos siguen molestando... pasan y amenazan. Dicen que nos van a matar a todos”.

En cuanto a quienes están señalados como autores de la muerte de su hijo, la mujer sostuvo que “esta gente viven al fondo del barrio, en la zona de las chancherías. Pero la policía ahí no entra.

A uno le dicen el “Pica”; a otro el “Chalo”, y al que mató a mi hijo le dicen “el Gato”.

Cada macana que hacen después se esconden ahí. Hace dos años mataron a tres personas en calle Mendoza al 4700.

Y ellos siguen matando y siempre están libres. Como son tantos, siempre alguno se hace cargo. Ponen al que menos antecedentes tiene para eso. Por las tres muertes que cometieron en calle Mendoza lo pusieron a un pibe que estaba ‘limpio’. Ese mató a un padre, al hijo y a un sobrino. Como si nada”.

Por último reclamó que “quiero que esa gente pague por todo lo que hizo. Que se vayan del barrio. Pero cuando uno los denuncia, no te escuchan. Te mandan de un lugar a otro y no te dan bolilla. Lo único que quiero es justicia. A mi hijo lo mataron y esta gente sigue suelta”, sentenció.

24-1-WHATSAPP IMAGE 2018-05-06 AT 12.jpg

“Los testigos no se animan a hablar por miedo. A mí no me toman las denuncias. Ya no sé qué hacer”, asegura Modesta Ceballos, la madre de la víctima

Foto: Danilo Chiapello