EL TESTIMONIO DE LAURA CHERONI MOORE

Búsqueda de identidad: “Eso que te falta, te constituye totalmente”

Unas 200 personas integran, en la provincia, la base de datos del área de Derecho a la Identidad y Búsqueda de Origen, y 5 lograron hallar a sus familias biológicas. En esta nota, un repaso por la actividad que se desarrolla aún desde antes de contar con una ley provincial y una historia de vida que sintetiza la de miles que todavía siguen buscando.

missing image file
 

Nancy Balza

[email protected]

“Buscaba desde 2004, primero lo hice sola y pasé por un montón de lugares. De grande entendí que lo mío había sido una apropiación y no una adopción, y me entró el miedo de que mis viejos vayan presos y porque no sabía hasta dónde podía llegar a investigar. Entonces, siempre lo hice de callada, sola, iba a lugares según datos que me tiraba el relato familiar. Porque cuando sos apropiada, lo que tenés es la palabra de quienes estuvieron en ese momento haciendo el trámite como para que llegues a la familia que te va a criar. Así fue que a raíz de los relatos de mis tíos, de mi papá y de lo que me había dicho mi mamá, que murió en 1997, empecé a buscar”. El relato y la historia pertenecen a Laura Cheroni Moore, nacida el 31 de enero de 1977 aunque inscripta como Alejandra Noemí Quintana por su madre biológica y con fecha de parto 6 de marzo por sus padres de crianza. Es que Laura está anotada dos veces en el Registro Civil y cuando conoció su historia decidió quedarse con el nombre que le dieron en el que fue su hogar pero con la fecha de parto verdadera.

Es una de las buscadoras, como se denomina a quienes rastrean a su familia de origen -madres, padres, hermanos-, que pudo terminar de reconstruir el fragmento que le faltaba a su propia biografía. Y así lo cuenta para este diario: “Llegué a la Maternidad Martín, porque me dijeron que había nacido ahí, di con los libros de parto, y como no tenían los números de documentos, saqué el dato por la edad e hice una lista de posibles personas. Sabía que había nacido un 31 de enero, era la única certeza. No es la fecha que tengo en mi DNI pero mi mamá de crianza insistía con que ésa era la correcta”.

—¿En qué fecha de nacimiento estás anotada en el DNI?

—El 6 de marzo. Porque al ser una apropiación se anota al hijo como propio y mis viejos inventaron una historia de que nací en la casa de mi abuela, pusieron testigos y no podían justificar que haya nacido el 31 de enero. Se armó toda una historia para el Registro Civil, para la partida de nacimiento y la fecha que se puso fue el 6 de marzo que fue el día en que ellos me anotaron.

Con esos datos armé un listado de posibles personas y empecé a golpear puerta por puerta. Es una tarea muy desgastante, es agotador, cansador, desilusionante. A la segunda persona que fui dije: “No puedo hacer esto sola”. Me ponía mal, gastaba demasiada energía y me dije: “Basta, hasta acá llegué”. Paré ahí, pasó el tiempo y después se dio lo de la Secretaría de Derechos Humanos que en 2015 empezó a recibir casos de chicos apropiados que no tenían que ver con la dictadura, a quienes ya les había dado negativo el análisis o que no tenían que ver con ese período. En realidad, primero fui a Abuelas, porque nací en 1977 (plena dictadura), pero el análisis me dio negativo y con toda la desesperanza del mundo y la certeza de que no iba a pasar nada, presenté mis datos en Derechos Humanos. Pasó todo 2015 y a fines de 2016 me llamaron para decirme que había una persona que podía ser mi mamá biológica. Había que esperar hasta 2017, a que pase la feria en Tribunales, y recién ahí tuve el resultado del ADN que me dio positivo.

—¿Qué sentiste en ese momento?

—Cuando me enteré fue muy emocionante, estaba con las chicas de Derechos Humanos y una buscadora más. Primero no lo podía creer porque ya me había hecho un examen de ADN y tarda mucho, y en este caso en pocas semanas estuvo resuelto. Me puse a llorar de felicidad porque había terminado mi búsqueda. Los buscadores somos personas muy agotadas, porque esto no es para nada sencillo. Pero eso había terminado. Llegar al ADN positivo significaba dejar de buscar. Más allá de qué encontrás, cómo se da, pero ya está. Pedí ver a mi mamá apenas se pudiera. A ella también le habían contado y se organizó todo para que el encuentro ocurra al día siguiente.

—¿Seguís teniendo una relación con tu mamá biológica?

—No.

—¿Fue ese encuentro nomás?

—En realidad cuando la vi no me pasó absolutamente nada. Por eso derribo mitos, porque esto que una cree de que cuando se va a encontrar con un familiar de sangre o la madre le pasan cosas, le tiemblan las piernas, se le hace un nudo en la garganta, a mí no me pasó, era una persona extraña. No es mi madre, porque ser madre es para mi una construcción que se da en el tiempo a través de los vínculos y con amor. Por eso mi mamá Graciela, la única, es la que falleció en el 97. Pero sí me interesaba conocer su parte de la historia, saber qué había pasado, cuándo había nacido. Cada buscador tiene su particularidad en lo que busca y sus objetivos: el mío era saber un poco más de la historia, mi fecha de nacimiento, si me habían amamantado o no. La vi en ese primer encuentro y después no la quise ver más, tuve un rechazo durante seis meses hasta que aflojé y nos volvimos a encontrar y conocí a parte de mis hermanos. Tengo diez hermanos por parte de ella.

—¿Te dijeron desde siempre que eras adoptada?

—Desde muy chiquita, mi mamá me dijo con las palabras que pudo para una niña de 4 ó 5 años que ella era mi mamá de corazón, que era adoptada. De grande empecé a entender esta diferencia entre adopción y apropiación, y ahí se me encendieron las alarmas.

—¿Por qué es una apropiación y no una adopción?

—Porque las adopciones son siempre legales y permiten garantizar al sujeto de derecho, en este caso el niño, que conozca su origen biológico. Cuando se hace una adopción se redacta un documento que firma la mamá biológica que te da el nombre, figuran los nombres de los padres de crianza y un nuevo nombre que te dan esos padres con la fecha exacta de nacimiento, el lugar, la hora; todo. Esto fue una apropiación porque mi mamá y mi papá de crianza me anotaron como hija legítima, como si ellos me hubiesen tenido. Por eso el cambio de fecha y por eso inventaron que había nacido en la casa de mi abuela en el campo -que era muy común en ese momento-, con testigos. Ésa es la diferencia. En la apropiación al tener esos datos, que no son reales, no tenés cómo saber qué pasó. Si no te rodea gente buena, con buenas intenciones que empiezan a aportar datos, no tenés forma de seguir adelante en la búsqueda ni de encontrar lo que buscás.

—¿Qué nombre te había puesto tu mamá biológica?

—Me había anotado en el Registro Civil como Alejandra Noemí Quintana, que es su apellido. De todo esto me enteré ahora cuando supe todo. Es decir que estoy anotada dos veces en el Registro Civil, es rarísimo, no pasa casi nunca.

—¿Qué sensación te queda después de todo este proceso?

—La verdad es que todavía lo estoy procesando. Hago de esto una militancia para que esos pactos de silencio que hay en las familias se empiecen a resquebrajar y que la gente empiece a hablar. Hay que entender la importancia de saber quién es uno. Yo sabía quién era y tenía mi identidad constituida pero me faltaba un pedazo y eso que te falta te constituye totalmente. Cuando lo encontré, me sentí mucho más libre, más entera, más segura, parada ante la vida de otra manera. y eso es lo que necesitan y merecen todos mis compañeros. La identidad es un derecho que está en la Constitución Nacional y en la Convención de los Derechos del Niño. Esta práctica que está haciendo el Estado a través de la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia es impresionante. Es el Estado el que repara esa apropiación que se hizo en el 77 así como fue el Estado el que, en ese momento y en connivencia, hizo posible mi apropiación. Es necesario que se concientice y que se hagan campañas de difusión para que se hable de ese tema. Esa es mi labor de ahora en más.

—¿Vos no condenás a tus padres de crianza por tu apropiación?

—No, lo que tiene el hijo adoptivo es siempre mucha culpa. Por eso hay muchos chicos que no buscan, porque sienten que al buscar traicionarían a sus papás de crianza. Yo lo hice después de que se murió mi mamá y no sé si lo hubiera hecho mientras estaba ella. De hecho, fue un deseo de mi mamá que, cuatro días antes de morirse, me pidió que por favor le prometiera que iba a encontrar a mi mamá biológica. En realidad, no sé si la búsqueda fue por el deseo de cumplir su deseo o por mi necesidad. Obviamente, mi necesidad siempre estaba. Entonces, condenarlos no, pero si marcarles el terreno de que lo que hicieron estuvo mal, que se hubiese tenido que hacer de otra forma y en eso también milito y concientizo, porque estas prácticas se siguen haciendo. Ahí apunta mi tarea. Y empecé por casa.

— ¿Cuándo festejás tu cumpleaños? ¿El 31 de enero o el 6 de marzo?

—El 31 de enero. Siempre lo festejé en esa fecha y desde este año, que fue la primera vez que supe fehacientemente que era la fecha, más todavía.

—O sea que el año pasado, los 40 los festejaste en enero.

—Exactamente, hice una gran fiesta y dije: “No sé si esta es mi fecha, pero no me importa. Para mí lo es”. Una semana después tuve el resultado positivo del ADN.

  • El derecho a la identidad no está en la Constitución de Santa Fe, que se reformó hace más de 50 años. Nos parece importante que esta área no funcione solamente por la decisión del gobernador y el secretario actuales, sino que esté consagrada en la Carta Magna provincial”.

Franco Massaccesi.

Área de Identidad y Búsqueda de Origen de la secretaría de Derechos Humanos.

missing image file

Laura Cheroni Moore junto al secretario de Derechos Humanos Marcelo Trucco (centro) y el coordinador del área de Identidad Franco Massaccesi, en el marco del lanzamiento del primer encuentro de buscadores y buscadoras, en 2017.

Foto:Gentileza secretaría de Derechos Humanos.

PARTE DE UN TODO

Franco Massaccesi es abogado y coordinador del área de Identidad y Búsqueda de Origen en la provincia -la primera y única de este tipo en el país-, que depende de la Secretaría de Derechos Humanos y ésta, a su vez, del Ministerio de Justicia. “El área comenzó a funcionar en 2015 por un impulso de trabajadoras y trabajadores de la secretaría, que se empezaron a interesar en la búsqueda de identidad y a involucrarse con organizaciones vinculadas con esa temática”, cuenta este joven abogado, de 26 años.

En mayo de 2017, con la asunción de Marcelo Trucco como secretario de Derechos Humanos, se decidió darle más impulso al grupo y trabajar fuertemente por el derecho a la identidad. En este contexto se dio un fuerte apoyo al proyecto de ley impulsado por la diputada Alicia Gutiérrez (SI) que finalmente obtuvo sanción definitiva en la Legislatura durante la última sesión del año pasado y está en proceso de reglamentación, tarea que va a involucrar también al ministerio de Salud.

Del trabajo que ya venía realizando la secretaría y este nuevo impulso surge la cifra de 200 personas incorporadas a una base de datos confidencial, y cinco encuentros con familias de origen. “Cuando se estudia la temática, se concluye en que la gente que interviene y los mismos buscadores y buscadoras dicen que cada historia es particular y cada búsqueda es diferente. Muchos buscan a su padre o a la madre, pero también se dio el caso de una mujer con una hija que tiene una enfermedad congénita, que necesitaba hallar a su familia biológica para encontrar la raíz de esa enfermedad y la forma de resolverla”. Otro es el caso de aquella persona que quiere saber si es hija única o tiene un hermano o hermana.

“Cada caso es particular y, por eso, decir que una búsqueda es exitosa cuando se produce el encuentro es un simplismo”, asegura Massaccesi.

En ese marco, el rol del Estado “es acompañar la búsqueda desde lo que se necesita, pedir información a los registros, garantizar la contención psicológica, asesoría legal, facilitar los análisis de ADN cuando hay sospechas fundadas de que están en el registro”. En todos los casos, el objetivo es “garantizar que, quienes tienen una sospecha que por lo general surge de un relato familiar, o una situación que no cuadra con su historia o una enfermedad congénita que no encuentra en su familia de crianza, puedan acceder a la información”.

Una vez en la secretaría, la primera entrevista está a cargo de una abogada y una psicóloga; “se trata de buscar la mayor cantidad de datos de la historia familiar y establecer qué personas pueden colaborar porque tienen información o, en su momento, supieron de la entrega de un bebé. Luego se busca entre las partidas de nacimiento del Registro Civil, se recurre a los libros de parto y se hacen entrevistas con las familias”, resume el funcionario. Sin embargo, aclara que no es una búsqueda sencilla y a veces no llega a ser “exitosa” porque no hay elementos de dónde asirse. “Pero es importante que buscadores y buscadoras sepan que son parte de un todo más grande y que aportan a un colectivo que lucha porque el derecho a la identidad se vea garantizado”.

CONTACTOS

Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia.

- En Rosario: Balcarce 1145, línea gratuita 0800-555334, e-mail: [email protected]

- En Santa Fe: Mendoza 3443, línea gratuita 0800-5553348, e-mail: [email protected]

- Instagram: ddhh_santafe

- Facebook: Secretaría de Derechos Humanos SFE

AGENDA

- Los últimos viernes de cada mes buscadores y buscadoras se reúnen en la ex alcaidía de la ciudad de Rosario (entre Dorrego y Moreno, y entre Santa Fe y San Lorenzo). Por el feriado del 25 de Mayo la próxima reunión se hará el 1º de junio, siempre a las 16, y es abierta a quienes quieran participar.

- En agosto y en día a confirmar se realizará, en Rosario, la segunda jornada de Derecho a la Identidad y Búsqueda de Origen organizada por la secretaría de Derechos Humanos de la provincia.