Cumbre en Singapur

Corea del Norte y EEUU acuerdan iniciar el desarme pero sin plazos

En el acuerdo firmado tras cinco horas de reuniones, Kim manifiesta su “firme e inquebrantable compromiso” con la completa desnuclearización de la península coreana. A cambio, Estados Unidos promete otorgar “garantías de seguridad” al país comunista.

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El máximo líder de la República Popular Democrática de Corea, Kim Jong Un, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en Singapur.

Foto: DPA

 

Christoph Sator, Andreas Landwehr, Michael Donhauser y Zubaidah Jalil - DPA

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El presidente estadounidense, Donald Trump, consiguió hoy durante una histórica cumbre celebrada en Singapur con el líder norcoreano, Kim Jong-un, una reafirmación de su promesa de desarme nuclear, pero sin plazos ni medidas concretas.

En su encuentro en el hotel Capella de la isla turística de Sentosa, los dos dirigentes firmaron una declaración que se queda en generalidades y establece que habrá más conversaciones “lo antes posible” para implementar de forma rápida los resultados de la cumbre.

Trump celebró el resultado como una victoria aunque también subrayó que las sanciones contra Corea del Norte se mantendrán hasta que se resuelva el tema de las armas nucleares. Pero Estados Unidos sí pondrá fin a sus maniobras militares con Corea del Sur como exigía Pyongyang, algo que el presidente subrayó que además servirá para ahorrar costes.

En el texto de la declaración, Kim destaca su “firme e inquebrantable compromiso” con un completo desarme nuclear, pero no se mencionan pasos concretos como había exigido Trump con anterioridad.

Ante las preguntas críticas de algunos periodistas en la rueda de prensa que ofreció posteriormente, Trump defendió lo conseguido alegando que se trata de una “declaración bastante amplia” y que “no había tiempo” para más.

En el documento, Estados Unidos promete otorgar “garantías de seguridad” al país comunista. Durante la larga conferencia de prensa que ofreció tras la firma y en la que Trump se mostró de un humor excelente, el presidente anunció de forma inesperada que cancelaría los ejercicios militares con su aliado Corea del Sur, pero no dijo cuándo.

Estas maniobras son una parte importante del acuerdo de seguridad entre ambos países. Washington tiene en la actualidad 28.500 soldados estacionados en el país aliado como elemento disuasorio de las amenazas norcoreanas.

Trump afirmó que Kim le aseguró que Corea del Norte ya ha comenzado por su parte a desmantelar una importante base de pruebas de misiles. “Esto es algo grande”, añadió. La prevista desnuclearización, que avanzará “muy, muy rápido”, será controlada por inspectores estadounidenses e internacionales, explicó sin dar más detalles.

Respecto de la paz con Corea del Sur, ya que el conflicto entre las dos Coreas terminó en 1953 sólo con un armisticio, Trump confía en que podría firmarse pronto. “El estado de guerra sigue desde hace 70 años, pero pronto terminará”, anunció.

“El pasado no debe definir el futuro”, subrayó. El conflicto norcoreano no tiene por qué llevar a una guerra en el futuro. “Como demuestra la historia, los adversarios pueden convertirse en amigos”.

En la declaración Kim y Trump se comprometen a conseguir una paz “duradera y robusta” en la península coreana. “Sólo los valientes consiguen la paz”, sentenció el estadounidense.

También Kim se mostró muy satisfecho durante la ceremonia en la que se suscribió la declaración. “El mundo verá un gran cambio”, dijo. “Hemos decidido dejar el pasado atrás”.

Nunca antes un presidente estadounidense se había reunido con un líder del país comunista y hasta ahora no había contactos diplomáticos bilaterales. Las dos naciones quieren refundar sus relaciones respondiendo al deseo de ambos pueblos de “paz y bienestar”, afirma el texto.

Trump anunció que quiere invitar a Kim a la Casa Blanca para continuar con las conversaciones, toda una victoria para el líder de un país aislado internacionalmente. “Estamos orgullosos de lo que ha pasado hoy”, dijo Trump, que tampoco descartó visitar Pyongyang “en el momento oportuno”.

Mientras que hace pocos meses ambos aún se intercambiaban insultos hasta llegar incluso a amenazarse con ataques nucleares, tras la firma todo eran elogios. Trump dijo de Kim que es “un hombre muy talentoso” que “quiere mucho a su país”.

La cumbre comenzó con una reunión de los dos líderes solos con sus traductores y siguió con una comida conjunta de las delegaciones. Antes de sentarse a la mesa, Trump ya estaba exultante: “Las cosas fueron mejor de lo que nadie hubiese podido esperar, de primera clase”, celebró.

Tras el primer apretón de manos, Kim dijo: “Las viejas prácticas y los prejuicios nos perjudicaron, pero los vencimos a todos y hoy estamos aquí”.

Ambos líderes posaron para la prensa frente a seis banderas de cada uno de sus países en el hotel de estilo colonial. Durante el histórico apretón de manos, que duró 13 segundos, los dos tenían aspecto tenso y serio, pese a lo cual el presidente estadounidense le apoyó brevemente la mano en el hombro a Kim en un gesto amistoso.

El encuentro tiene un enorme peso simbólico en Corea del Norte, que se ve así reconocida al mismo nivel que Estados Unidos.

El conflicto por el programa nuclear de Corea del Norte es uno de los más peligrosos del mundo. Kim asegura que puede alcanzar territorio estadounidense con sus misiles dotados con cabezas nucleares.

Después de su enfrentamiento durante el fin de semana con los países del G7 en la cumbre de Canadá, Trump se veía sometido a una gran presión para exhibir una victoria.

Sin embargo, el encuentro fue polémico porque Kim es un dictador que además viola los derechos humanos y, según estimaciones del Gobierno estadounidense, mantiene a entre 80.000 y 120.000 personas en campos de trabajo, muchas de ellas en condiciones inhumanas.

El mandatario republicano aseguró haber abordado la cuestión de los derechos humanos durante su charla con Kim. “Se habló de ello y se seguirá hablando en el futuro”, dijo, si bien reconoció que se trató de forma más breve que el desarme.

El presidente estadounidense, que partió ya de regreso a Washington, se mostró convencido de que el líder norcoreano quiere mejorar la situación en su país: “Creo que él quiere hacer las cosas bien”.

El mundo saluda el acercamiento

China reaccionó positivamente al resultado del histórico encuentro mantenido por el presidente estadounidense, Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, en Singapur.

“Los líderes de Corea del Norte y Estados Unidos se han reunido con éxito y logrado resultados positivos”, señaló el Ministerio de Exteriores de Pekín en un comunicado.

La cumbre ha logrado un “avance importante” en el fomento de la desnuclearización. China valora mucho las positivas decisiones políticas y espera que haya más encuentros entre ambos.

Como “parte importante”, China está dispuesta a cooperar con todas las fuerzas implicadas para seguir trabajando en la desnuclearización de la península y el establecimiento de un mecanismo de paz.

China ha sido a lo largo de la historia uno de los principales aliados del aislado régimen comunista.

En tanto el viceministro de Relaciones Exteriores ruso. Serguei Riabkov, dijo que los resultados de la cumbre suponen un “importante paso adelante”. “No podemos sino saludar que se haya dado un importante paso adelante”, dijo Riabkov.

“Por supuesto, el diablo está en los detalles y es necesario resolver los pormenores. Sin embargo, tenemos entendido que el impulso está dado”, agregó el viceministro de Exteriores.

Finalmente, el presidente surcoreano, Moon Jae-in, calificó la cumbre como un suceso histórico que pondrá fin al último conflicto derivado de la Guerra Fría.

“Mis felicitaciones de corazón por el éxito de la histórica cumbre de Corea del Norte y Estados Unidos”, señaló Moon en un comunicado leído a través de un portavoz.

El líder surcoreano saludó “el coraje, la determinación” y las valientes decisiones de Kim y Trump y calificó la cumbre de Singapur como un “paso audaz hacia el cambio”.