Quique Wolff mano a mano con El Litoral...

“Hay que lograr que la pelota le llegue más rápido a Messi”

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Moscú, Rusia)

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Recuerdo una charla con Quique Wolff en el Centro de Prensa del estadio Maracaná, antes de la final, prácticamente implorando que Argentina le ganase a Alemania porque “me aventuro a decir que se vienen tiempos complicados para el fútbol argentino”. Y no estuvo nada errado, porque más allá de que en ese momento todavía vivía Grondona, su muerte provocó un cimbronazo del que todavía se intenta salir. Y en lo deportivo, tuvo sus consecuencias.

Después del empate ante Islandia y mientras empezaba a caer la tarde en Moscú, El Litoral charló mano a mano con el ex jugador de la Selección del 74, desde hace un tiempo entregado a su rol de periodista.

—¿Te vas preocupado?

—No, preocupado no. Me voy con la tristeza de no haber ganado el partido. A veces sucede que un equipo inferior le empata al superior. Estas cosas pasan en el fútbol.

—¿No te parece que fue un partido muy previsible desde lo táctico y estratégico pero no lo supimos descifrar ni mucho menos definir?

—Islandia, más de lo que hizo hoy, no hizo ni va a hacer. Es cierto que llegaron como ocho veces al arco de Caballero, pero Argentina llegó 27. El equipo tardó mucho en darle la pelota a Messi. Lo tenemos que utilizar un poco mejor y lograr que el traslado de la pelota no sea tan lento.

—Presagiaste el día de la final en Brasil que si no la ganábamos se venía la noche en el fútbol argentino...

—Primero te voy a decir algo: me fui encantado de haber salido segundo en el Mundial. Los mundiales tienen una situación muy graciosa: el que sale tercero festeja y el que pierde la final, no. Pero yo pienso que es un mérito el de llegar a la final. Desde ahí en adelante, lo que pasó no fue bueno. No tenemos una AFA bien organizada, no nos da seguridad, esto es algo que resulta indiscutible, pero a la vez te digo que el fútbol es otra cosa y lo que pasa adentro de una cancha puede no tener directa relación con lo que pasa afuera.

—¿Viste una expresión colectiva medianamente entendible?, dicho en otras palabras, ¿aparece o no aparece el equipo?

—En el día de hoy no y en los últimos partidos tampoco. Lo que puedo decir es que tenemos buenos jugadores y ellos son los que, en definitiva, ayudan a que aparezca esa idea de equipo que, por lo que vimos hoy, no aparece.

—¿Qué harías?, ¿Pavón a la cancha?, ¿Mercado?, ¿Lo Celso?...

—Eso te lo puede decir Sampaoli. Yo soy periodista y no pongo ni saco jugadores. Lo que te puedo decir es que Di María y Biglia no jugaron bien, que me gustó Meza, que Agüero también hizo un buen partido, que el equipo fue lento y que no se puede poner a Higuaín sólo siete minutos, pero yo no pongo jugadores, los pone Sampaoli.

—¿Y atrás?

—Atrás sobraba gente, en algún momento sufrimos, nos hicieron un gol y casi nos meten otro. Es normal en un partido así.

—Jugaste mucho tiempo y conocés el fútbol español en general y Real Madrid en particular, ¿qué opinás de la decisión de echar a Lopetegui, el entrenador?

—Que fue una manera de presentarse del señor Rubiales, el presidente de la Federación Española de Fútbol. Como no lo conocía nadie, se presentó y fue absurdo lo que hizo. Puso la cara para echar a un entrenador que dijo que después del Mundial iba a dirigir al Real Madrid. Un verdadero desatino. Villar estuvo 30 años como presidente y a este señor Rubiales no lo conocía nadie. Se dio el gusto de tomar una decisión como para decir que, si España sale campeón, será gracias a él y si no, que la culpa la tendrá Lopetegui.

—¿Te imaginás qué hubiese pasado en Argentina ante una situación así?

—Es imposible que eso hubiese pasado en nuestro país. Que un entrenador diga que después del Mundial va a dirigir a un equipo, me parece algo absolutamente normal. Lopetegui lo dijo con sinceridad. Y sabía que el Real Madrid lo iba a anunciar, por eso no podía esconder nada. En definitiva, no iba a cualquier equipo, sino que iba al Real Madrid y después del Mundial. Pero bueno, a Rubiales no lo conocía nadie. Seguro que si pasaba por acá, adelante nuestro, ninguno de los dos iba a saber de quién se trataba antes de ocurrir este episodio.

—Uno recuerda aquel plantel del 74 contigo, Carnevali, Perfumo, Heredia, Sá, Telch, Babington, Yazalde, Ayala... Si hubiesen nacido 40 años después, ¿serían campeones del mundo?

—No. Y te lo fundamento: teníamos un gran plantel pero no un buen equipo. Nos tocó una segunda ronda muy complicada con Holanda y Brasil en los dos primeros partidos. Capaz que si jugábamos con Alemania Democrática primero, y luego los otros dos partidos, jugábamos el tercer puesto. Sirvió para reorganizar todo y que Argentina salga campeón en el 78.

—¿A quién ves parecido a Cruyff en la actualidad?, ¿a Messi, a Ronaldo o a Neymar?

—A ninguno. Johan (por Cruyff) era un gran jugador que sabía jugar de todo, hasta de líbero. Era un jugador distinto, capaz de definir en el área rival o de salvar una pelota en la puerta de tu área. Por lo que me cuentan, fue más parecido a Di Stefano que a cualquiera de los que me nombraste. Ocurre que a Di Stefano yo no lo vi jugar.