LO QUE DEJÓ LA SELECCIÓN EN EL OPACO DEBUT...

No hay dudas de las dudas

Sampaoli se metió solo en una encrucijada, puso jugadores que no están a la altura de lo que exige un Mundial y tampoco logró encontrar esa idea de equipo que había prometido en la conferencia previa.

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Solo no puede. El equipo jugó mal y encima Messi falló. Así, el desenlace será inevitable. El “10” necesita socios que lo motiven.

Foto: Télam

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Moscú, Rusia)

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No es fácil. Uno se sienta frente a la computadora y no es fácil abstraerse de esa sensación de desazón, de angustia y de incertidumbre. Golpeó el resultado. Islandia lo festejó como una victoria porque, para ellos, fue una victoria. Y Argentina lo vive como una derrota porque, para nosotros, fue como haber perdido. Preocupa que no hayamos podido ganarle a Islandia, pero mucho más que el equipo no haya tenido una respuesta, que no se haya visto una expresión colectiva medianamente convincente y, todo esto, agudizado por una realidad que no cambia, por un entrenador que confiesa no poder armar el equipo “querible” sino el equipo “posible” y por un rival que planteó un partido totalmente lógico, previsible y, ni aun así, Argentina consiguió sacarlo adelante. Vayamos al análisis:

1) Es cierto que el arquero no tuvo mayor responsabilidad en el gol porque la pelota cruzó dos o tres veces el arco favorecida por la falta de decisión de los defensores por sacarla, pero también es verdad que dio varios rebotes y que, en el fondo, no es alguien que transmita seguridad.

2) ¿Qué busca Sampaoli haciéndolo jugar a Salvio de “4”?, ¿acaso mayor profundidad?, ¿la consigue?, ¿es el hombre capaz de abrir la cancha por derecha? El dentista que dirige al Seleccionado de Islandia insistió con que sus jugadores ataquen por el costado de Salvio y a la espalda de él. Sabía que Argentina podía tener dificultades. Pero lo que descubrió después, es que esos problemas se iban a trasladar al resto de una defensa poco sólida e inconsistente.

3) La apuesta de Rojo como segundo marcador central tuvo, según Sampaoli, una razón de ser: “Darle una salida clara al equipo”. Pero apenas iniciado el partido, un pase mal dado de Rojo lo complicó a Caballero y casi termina en gol de Islandia. Otra decisión sin razón de ser.

4) En el medio, uno se pregunta también el por qué del doble cinco. ¿Biglia-Mascherano para jugar contra Islandia?. Sí. Doble cinco para jugar ante un equipo que jugó de contragolpe. Pero lo peor de todo es que el motivo tampoco convenció. “Quiero que tengamos un mejor primer pase”, dijo Sampaoli. Y si quería un mejor primer pase, ¿por qué no lo puso a Lo Celso?. Fue el hombre con el cual produjo la mayor cantidad de entrenamientos, pero de última lo dejó afuera del equipo y cuando necesitó un “llevador” lo puso a Banega, que sólo quiso hacer lo “políticamente correcto”, que fue avanzar con la pelota y dársela a Messi sin animarse, nunca, a ser él quien protagonice la jugada de ataque.

5) Messi tiene que ser una solución siempre, pero no la única. Y parece que todos los entrenadores se resignan a que aparezca él, como si fuese Aladino con su lámpara, para hacer algo distinto y arreglarle los problemas. ¿A qué juega Argentina?, ¿a darle la pelota a Messi?, ¿qué hacen los entrenadores durante el tiempo que tienen para trabajar?. Evidentemente, si tratamos de definir cuál es el estilo futbolístico de este equipo, caemos en aquellas mismas conclusiones que acompañaron todo este proceso: una cosa es el equipo con Messi y otra sin él. Pero el hecho de “jugar solo” y de tener que ser siempre la solución de los problemas, atañe al entrenador. Y si el técnico no es capaz de encontrar una fisonomía, una línea futbolística y se cae en el toque alevosamente lateral, sin profundidad, sin agresividad, sin cambio de ritmo, sin gambeta en el mano a mano (como lo intentó Pavón cuando entró), es complicado.

6) Sampaoli se siente, como los anteriores entrenadores, casi “obligado” a poner a los mismos jugadores. Sacando al arquero, a los dos laterales y a Meza, no hay cambios. Y si a esto le sumamos que hay jugadores que ya no son los mismos (Mascherano y Di María) o que no están bien (Biglia), es muy difícil que algo bueno salga. Estos mismos jugadores vienen jugando juntos desde hace años. Sin embargo, no logran —menos en estos últimos tiempos— esa imagen de conjunto que tranquilamente podrían tener si se toma en cuenta el tiempo de trabajo juntos que llevan.

En fin, dudas y más dudas se ciernen sobre este horizonte de Selección en el que no se podrán escapar del análisis las fundadas expectativas de cambios que, evidentemente, se deberán producir. Ni Biglia en este nivel, ni Di María, ni los mismos cuatro que formaron una defensa que “temblequeó” ante Islandia, pueden retornar a escena. Sampaoli es el que tiene la birome en la mano para empezar a tachar y agregar. Antes de que sea demasiado tarde.

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Pide un lugar. Cristian Pavón ya había mostrado atrevimiento, gambeta y desnivel en los amistosos. Ayer entró y generó un penal que no le cobraron. Tiene que ser titular.

Día del Padre y trabajo diferenciado

En un domingo en el que se festeja el Día del Padre y que mostró emociones contrapuestas por esa celebración pero a la vez por la lógica decepción por el inesperado empate en el debut contra Islandia, el entrenamiento del plantel de la Selección argentina en la concentración de Bronnitsy se dividió en dos grupos: por un lado, los titulares hicieron gimnasio; por el otro, los suplentes realizaron un ejercicio en espacios reducidos. Allí, se vio la presencia constante del DT Jorge Sampaoli, que los animó en el trabajo y les pidió esfuerzo constante.

En lo que respecta al festejo por el Día del Padre, el epicentro fue para los dos flamantes progenitores, Gonzalo Higuaín y Federico Fazio, que debutaron en estas lides en los últimos días. Mientras, buena parte del resto del grupo de jugadores recibió la visita de los suyos en la concentración. Eso ayudará sin dudas a digerir el mal trago del debut, recibiendo el cariño de los familiares en el caso de los que están aquí y el resto apoyándose entre sí. Los 80 kilómetros desandados tras el partido contra Islandia desde el hotel Hyatt de Moscú hasta Bronnitsy estuvo tamizado por la lógica congoja de todos los componentes de la delegación que dejaron para otro día el análisis del empate y apenas probaron bocado cuando llegaron a destino, para luego irse a dormir lo antes posible.

En relación al entrenamiento matutino, con los que fueron suplentes ante Islandia, luego de una entrada en calor, Sampaoli armó, con conos, un rectángulo de 20 x 10, con dos equipos: el blanco de Higuaín, Mercado, Dybala y Enzo Pérez, frente al rojo de Pavón, Lo Celso, Acuña y Ansaldi. Y los comodines, de verde, eran Armani y Fazio en los extremos, mientras que Banega jugaba para el que tenía la pelota y generaba superioridad numérica.

Presión, pases cortos y generación de juego en una tarea que buscó motivar a los que no jugaron en el debut, pero que podrían tener chances el jueves ante Croacia. Los que se destacaron fueron Higuaín, Lo Celso, Pavón y Mercado. Justamente, de los que se habla como posibles reemplazos para la urgencia de un triunfo ante los croatas.

No hay dudas de las dudas

A mirar el banco. Ahí atrás tiene que estar la solución para Sampaoli y la Selección, ya que el equipo que jugó ante Islandia sin dudas no funcionó. Foto: Télam

DIARIO DE VIAJE - DÍA 4

Enrique Cruz

Cortito y al pie. Uno que hace muchos años que está en esto y que ha sufrido la permanente discriminación que se ejerce sobre los medios del interior, fundamentalmente, se siente complacido y halagado por lo ocurrido en el estadio del Spartak y con la organización: el puesto de trabajo de El Litoral fue para envidiar: en una sexta o séptima fila, muy cerca de la cancha y a sólo 15 ó 20 metros de Sampaoli. Inmejorable.

Esto no lo digo puntualmente por AFA, porque el concepto y la atención hacia nuestro centenario medio se da en forma constante, sobre todo a partir del “eterno” y siempre eficiente Raúl Steimberg, quien seguramente algo ha tenido que ver para que El Litoral pueda ser uno de los medios designados por Fifa para esta cobertura. A las cosas buenas y que producen satisfacción, también hay que decirlas.