Del paso del ministro de Interior por Santa Fe

“Queremos terminar con la litigiosidad en los vínculos entre Nación y provincias”

Rogelio Frigerio dijo ser optimista en llegar a un acuerdo con Santa Fe sobre la deuda. Insistió en que no se paralizarán las obras en marcha. La necesidad de achicar el déficit fiscal.

Mario Cáffaro

mcaffaro@ellitoral

Es ministro de Interior, Obras Públicas y Vivienda y lleva un apellido con mucha historia en la política contemporánea argentina, nieto del economista del cual heredó el nombre. Rogelio Frigerio acompaña desde hace años a Mauricio Macri en la gestión pública y esta semana pasó por Santa Fe donde compartió con autoridades municipales encabezadas por el intendente, José Corral, la inauguración de obras en dos zonas de la ciudad -Coronel Dorrego y Cabaña Leiva- que se hicieron con aportes del gobierno nacional. En una fría tarde se tomó el tiempo para hablar con vecinos, especialmente los adolescentes destinatarios principales de esas obras. En el trayecto de una inauguración a la otra y mientras atendía vía telefónica consultas desde la Rosada, respondió preguntas a El Litoral.

—Este gobierno prometió obras y ahora usted vino a Santa Fe a inaugurar trabajos en barrios de Santa Fe

—Obras no tan menores. Una de 300 millones de pesos que va a beneficiar a diez mil santafesinos. Haciendo lo que había que hacer: cloacas, desagües pluviales, iluminación, asfalto, un lugar para que los chicos puedan capacitarse, conseguir un trabajo, apoyo escolar, una cancha de fútbol, centros deportivos y recreativos. Urbanizando un barrio, poniéndole nombre a las calles, dándole más dignidad a los vecinos en uno de los barrios donde el Estado estuvo más ausente durante varios años. Tenemos varias obras como éstas, obras de hábitat por más de mil millones de pesos en la ciudad de Santa Fe.

—Prometen no cortarlas pese al ajuste

—No vamos a dejar ninguna obra a mitad de camino, vamos a hacer todas las que nos comprometimos a hacer porque sabemos que las obras, estas obras de infraestructura son las que realmente le cambian la vida a la gente. La podemos hacer porque el presidente se ha comprometido durante su mandato a hacer el plan de infraestructura más grande y ambicioso de la historia argentina y porque además usamos los recursos con transparencia, muchas veces en el pasado los recursos destinados a la obra pública terminaban en los bolsillos de algún funcionario.

—El dilema es en cuánto el recorte presupuestario afectará a la obra pública.

—La Argentina no puede vivir eternamente del fiado, tenemos que ir hacia el equilibrio de las cuentas públicas. Lo sabe la Nación, y también las provincias, los municipios, como lo sabe cualquier familia. No se puede vivir eternamente de prestado. Hemos realizado un muy buen acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, hemos logrado el financiamiento para este camino hacia el equilibrio de las cuentas públicas, a tasas muy bajas que no hubiéramos conseguido en el mercado. Fue el programa más importante en la historia del FMI, nos quedamos con casi la cuarta parte de los recursos que tiene para todos los países del mundo, poniendo nuestro programa económico a consideración. Ese programa fue aceptado por las autoridades de ese organismo multilateral y ahora tenemos que cumplirlo. Tenemos que ser responsables porque manejamos recursos de la gente y tenemos que ir hacia el equilibrio de las cuentas públicas. ¿Cómo llegamos a ese equilibrio? es parte de un debate que tenemos que tener con la oposición. Somos un gobierno de minoría parlamentaria. El presidente ha sido muy claro: vamos a tratar de preservar toda la obra pública porque es lo que le cambia la vida a la gente para mejor.

—¿Para el presupuesto 2019 es clave el acuerdo con los gobernadores?

— Como ha ocurrido con las otras leyes que hemos podido sacar adelante. No podríamos haber sacado más de un centenar de leyes sin acuerdo con la oposición porque somos minoría, ni siquiera tenemos quórum con nuestras propias fuerzas. Estamos obligados -por convicción y por necesidad- a generar acuerdos con otras fuerzas de la oposición.

—A la provincia de Santa Fe ¿qué se le va a pedir en esta discusión sobre el presupuesto?

—La Argentina se debe un debate que no tuvo hasta ahora respecto a las responsabilidades de cada nivel de gobierno. Este gobierno es el más federal de la historia argentina que le ha transferido más que ningún otro recursos a las provincias. De hecho a Santa Fe se le han incrementado un ciento por ciento las transferencias automáticas. Tenemos que discutir de lo que nos hacemos cargo cada nivel de gobierno nacional, provincial y municipal. Muchas veces hay responsabilidades donde nos superponemos y eso no es lo más adecuado para un manejo eficiente de los recursos de los ciudadanos. Esto formará parte de este debate por el presupuesto: intentar ser mucho más eficientes en la asignación de los recursos para no superponernos en las responsabilidades. Constitucionalmente la Nación tiene determinadas responsabilidades; las provincias otras y los municipios otras. Como el gobierno nacional en el pasado ha concentrado recursos en detrimento de las provincias -el país se había convertido en unitario hasta la llegada de Macri que ha empezado a revertir esta situación- también ha sumado responsabilidades que en el pasado no tenía. De la mano de descentralización de recursos tenemos que rediscutir las responsabilidades sobre los distintos componentes del gasto.

—La negociación de la deuda con Santa Fe, ¿también forma parte de la discusión del presupuesto o son dos caminos separados?

—No necesariamente tienen que estar en la misma discusión. Esperamos llegar a un acuerdo porque nosotros queremos terminar con la litigiosidad en los vínculos entre la Nación y las provincias. Cuando llegamos había decenas y decenas de juicios cruzados y hoy, por suerte, quedan muy pocos,producto de la firma del Consenso Fiscal que eliminó gran parte de la litigiosidad. Todavía quedan algunas cuestiones como el reclamo judicial de Santa Fe que esperamos también poder solucionarlo.

—¿Se vienen meses de litigiosidad tras el acuerdo con el FMI y el ajuste económico?

—No hay que verlo de esa manera. Acudimos al FMI para evitar que la crisis cambiaria -que se origina en un movimiento de la tasa de interés de los Estados Unidos que impacta más en la Argentina que en otros países porque la Argentina es más vulnerable, porque tiene déficit fiscal mayor- no afecte el crecimiento que venimos llevando adelante en los últimos siete trimestres en la gran mayoría de los sectores de la economía. Tenemos que sostener el crecimiento y de manera preventiva acudimos al Fondo. Vamos al Fondo para que este shock interno tenga el menor impacto posible en el crecimiento y en la generación de empleo que es lo que más nos preocupa.

—Para usted ¿es más preocupante el déficit comercial o el fiscal?

—El déficit fiscal es la raíz de gran parte de los problemas de la Argentina. El déficit fiscal obliga al financiamiento externo, esto hace que siempre haya una presión sobre el dólar para atrasar el tipo de cambio que termina impactando siempre en el déficit de la cuenta corriente. El origen es siempre fiscal y tenemos que trabajar sobre eso y hacer lo que no hicimos en los últimos 70 años: entender y hacer entender que la Argentina no puede vivir eternamente de fiado y como cualquier familia tiene -de manera gradual como lo venimos haciendo en estos dos años y medio de gestión- llegar a que lo que entra en el Estado alcance para cubrir los gastos.

—La CGT anunció un paro para el lunes 25. ¿Va a haber negociación para evitarlo?

—Creemos que no hay razón objetiva para un paro. No hay destrucción de empleo, hemos acordado prácticamente la totalidad de las paritarias, no están muy claras las razones del paro. Los argentinos sabemos que los paros no sirven para nada, no terminan solucionando los problemas que todavía quedan por resolver en la Argentina y que al día siguiente del paro estamos igual que antes. No es el camino, el paro es la última instancia cuando se corta el diálogo; acá hay un diálogo permanente con los representantes de los trabajadores. Lamento que se llegue a esta definición, es un día perdido de trabajo para los argentinos. Tenemos que seguir hacia adelante, mirando hacia adelante porque hay muchos temas todavía por resolver.

—El 2019 es un año electoral, el gobierno busca algunos cambios en el sistema político, ¿eso está en vía muerta?

—Vamos a ver si tenemos espacio en el Congreso para volver a plantearlo. Este es un gobierno de minorías parlamentarias, quizás en los últimos cien años el más débil en términos de apoyo parlamentario, y estamos siempre sujetos a lo que quiera hacer la oposición y nos permita llevar adelanta la oposición.

“No se puede vivir eternamente de prestado. Hemos realizado un muy buen acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, hemos logrado el financiamiento para este camino hacia el equilibrio de las cuentas públicas”. Foto: Luis Cetraro