Más de 200 personas esperan en el mar

Italia y Malta se acusan de falta de humanidad con emigrantes

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Tal como ocurrió con el drama humanitario del “Acuarius”, ahora aguarda una definición barco de Lifeline.

Foto: Archivo El Litoral

 

Redacción de El Litoral

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Télam

Los gobiernos de Italia y Malta se acusaron hoy mutuamente de falta de humanidad por no abrir ninguno de sus puertos al barco de la ONG alemana Lifeline, que espera una solución desde hace más de tres días en el Mediterráneo, con 230 emigrantes a bordo.

El ministro maltés de Interior y Seguridad, Michael Farrugia, y el titular de la cartera de Infraestructuras y Transportes italiano, Danilo Toninelli, se cruzaron hoy en Twitter cuando aún no se acallan las repercusiones por el abandono del Aquarius, la nave con más de 600 migrantes que hace dos semanas Italia se negó a recibir y terminó recalando en España.

La Valeta considera que cuando la ONG alemana socorrió este miércoles a los migrantes a pocas millas de las costas de Libia, el puerto seguro más cercano era uno italiano.

“Mientras la Lifeline estuvo en la zona SAR (de búsqueda y rescate) de Libia y cerca de Italia (Lampedusa) solo hubo silencio por parte de Danilo Toninelli”, escribió el ministro maltés.

“Después se dio cuenta de pronto de que el barco había atravesado la zona SAR de Malta. ¿Por qué no se les autorizó un puerto italiano de inmediato como Italia pide a Malta? Esta es la verdadera falta de humanidad”, añadió.

Toninelli se defendió argumentando que “Italia no coordinaba la operación de Lifeline” y que la ONG intervino sin atender a las indicaciones de los guardacostas italianos que dijeron que del salvamento se iba a encargar la Guardia Costera de Libia.

“En los últimos cuatro años, nuestra Guardia Costera salvó en el Mediterráneo más de 600.000 vidas humanas. Muchas más que Malta y cualquier otro país de la Unión Europea. Que explique ahora qué es falta de humanidad”, retrucó.

A la espera

Mientras Italia y Malta mantienen sus posturas, el barco de la ONG alemana, que tiene a bordo a unos 230 migrantes, entre ellos cuatro niños, permanece a la espera de que algún país europeo le dé permiso para atracar en un puerto.

“Mientras el agua esté calmada y tengamos provisiones podemos seguir esperando”, explicó hoy a la agencia de noticias EFE el portavoz de Lifeline, Axel Steier.

“Seguimos en aguas internacionales muy cerca de Malta. No hemos decidido aún si alejarnos, veremos qué pasa. Cerca de Malta tenemos más capacidad de suministros”, admitió.

No obstante, denunció que “Italia está incumpliendo el derecho internacional” al prohibir el desembarco cuando “sus puertos son los más cercanos”.

Además, advirtió que todas las ONG dedicadas a rescatar inmigrantes en el Mediterráneo deberán presionar por la vía del derecho internacional y acudiendo a instituciones como la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) para revertir negativas como las de Roma y La Valeta.

Steier confió en que la cumbre sobre migración que se celebra hoy en Bruselas sirva para que los países europeos avancen en un plan que tenga como objetivo salvar vidas humanas en el Mediterráneo.

Los líderes de 16 países de la Unión Europea (UE) participarán en una cumbre informal para acercar posturas de cara al Consejo Europeo de la semana que viene, en el que el bloque intentará alcanzar un acuerdo migratorio.

Está previsto que a la reunión para tratar esta cuestión que divide fuertemente a los países asistan hoy los jefes de Estado o de Gobierno de Alemania, Francia, España, Italia, Grecia, Austria, Bulgaria, Malta, Bélgica, Holanda, Croacia, Eslovenia, Dinamarca, Finlandia, Suecia y Luxemburgo.

Dicen que no

Polonia, Hungría, la República Checa y Eslovaquia no acudirán y se niegan a aplicar el sistema de cuotas de reparto de refugiados, piden mayor control de las fronteras exteriores y crear centros de acogida fuera de la UE, una posición que comparte Austria, que asumirá en julio la presidencia del Consejo de la Unión.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, convocó el encuentro a petición de la canciller alemana, Angela Merkel, que para salvar su Gobierno de coalición necesita ofrecer soluciones al líder del ala bávara de su partido y ministro de Interior, Horst Seehofer, que demanda más mano dura en política migratoria.

Merkel quiere frenar la “migración secundaria”, por la que los demandantes de asilo que llegan a las costas Mediterráneas se dirigen luego a Alemania -que recibió casi 1,2 millones de solicitudes en 2015 y 2016- y a otros países del norte para solicitar protección.

Por su parte Italia, principal punto de entrada de quienes atraviesan el Mediterráneo (120.000 inmigrantes llegaron al país en 2017), recrimina a sus socios europeos la falta de apoyo durante años y que no hayan cumplido con las cuotas de acogida de refugiados.

En este contexto, la Comisión Europea se ha visto obligada a modificar sus planes y contempla crear “plataformas de desembarco” en países del Norte de África, combinadas con paquetes de retorno voluntario a los países de origen y más esfuerzos de reasentamiento.