Vecinos desesperados en barrio Schneider

“Ya mataron a Don Jaime, ahora vienen por su casa”

En la cuadra de calle Milenio de Polonia al 4000, donde días atrás ocurrió un crimen brutal, se viven horas dramáticas.

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El miércoles por la noche, delincuentes volvieron a atacar la vivienda de Don Jaime y amenazaron con prenderle fuego, con un vecino adentro.

Foto: Periodismo Ciudadano

 

Redacción El Litoral

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Don Jaime murió el martes por la mañana en una camilla del Hospital Cullen. Estaba internado allí desde la madrugada del 18 de junio pasado, cuando delincuentes asaltaron su vivienda y le prendieron fuego, con él adentro. Jaime Medina -ese era su nombre completo- tenía 82 años y vivía en Milenio de Polonia al 4000 (barrio Schneider). Pudo ser rescatado de las llamas por los bomberos, pero había “tragado” tanto humo que sufrió un severo cuadro de intoxicación. Agonizó. Los médicos trataron de salvarle la vida, pero todos los esfuerzos fueron en vano. Ahora, personajes desconocidos tratan de usurpar la vivienda y los vecinos resisten desamparados.

“Seguramente son los que mataron a Don Jaime o por lo menos tuvieron algo que ver con su muerte. Conocen la casa, que es muy grande. La quieren y si tienen que arrasar con cualquier vida lo van a hacer. Ya lo hicieron”, enfatizó una vecina del barrio.

Los habitantes de la cuadra no quieren dar sus nombres. Tienen miedo y razones para tenerlo. Mientras Don Jaime permaneció internado en el Cullen, los ladrones volvieron al menos en tres oportunidades a la escena del crimen. “Se llevaron lo que no se había quemado: muebles, televisores... El pobre hombre murió el martes y el miércoles ya se habían metido en la casa unas mujeres con sus hijos. Los sacó la policía, porque nosotros hicimos lío. Entonces, con autorización de la fiscal Ana Laura Gioria, nos organizamos los vecinos para defender el inmueble, porque la policía nos dice que no tiene recursos para cuidarla. Así, hicimos un sorteo y un joven se encerró para pasar la noche en el domicilio de Medina”, relató la mujer.

“La tensión era insoportable -agregó- y a eso de las 22 aparecieron tres tipos. Uno se metió por atrás, otro amenazaba con volver a incendiar el lugar con una botella en una mano y un encendedor en la otra y el tercero hacía de ‘campana’. ‘Saltamos’ todos los vecinos, hicimos sonar las alarmas comunitarias, y a los delincuentes no les quedó otra que escapar. Después llegó la policía”.

“Estamos amenazados. Nos pasamos la madrugada haciendo guardia. No dormimos. No llevamos a los chicos a la escuela. Estamos muy cansados. Y esta noche (por ayer) seguramente va a ser parecida a la anterior Constantemente se acerca gente para tratar de meterse. No tenemos seguridad, no tenemos patrullaje. Sólo nos queda la alarma comunitaria para defendernos”, se lamentó otro vecino.