Los sojeros

En la ciudad de Santa Fe se agrava una metodología delictiva que involucra el robo de granos a los trenes. La escalada evidencia un negocio millonario.

Federico Aguer

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La crónica policial de nuestro colega Danilo Chiapello destacaba esta semana que el robo a formaciones ferroviarias que llevan cargamentos de soja se realiza con dos metodologías. “En algunos casos los malvivientes abren las tolvas de los vagones para así dejar caer los granos, el que es fraccionado en bolsas plásticas por los mismos lugareños. La otra práctica consiste directamente en hacer descarrilar el tren para luego saquearlo”.

La práctica no es nueva. De hecho, este diario lleva un registro periodístico de hechos de esta naturaleza desde hace más de 20 años. Lo que llama la atención es el creciente volumen del delito.

Ya en mayo de 2014, bajo el título “Golpe al tren de soja”, el diario daba cuenta de otro saqueo a un tren en el barrio Santa Rosa de Lima. En aquella oportunidad hombres, mujeres y también algunos niños “desfilaban” a la vista de todo el mundo (incluida la policía) llevando bolsas, baldes y carretillas, cargando el grano proveniente de una formación ferroviaria descarrilada la noche anterior. Por el hecho no hubo detenidos.

Esta semana, el dato volvió a la agenda periodística a raíz de un informe del programa de Lanata. Y de la actuación del fiscal que, buscando armas en un allanamiento, se encontró con un verdadero centro de acopio en medio de la ciudad.

“Recibimos más de 40.000 denuncias por año, por lo que en principio nos pareció un tema menor”, confiesa el funcionario judicial. Hasta que se encontraron con un volumen impensado: 100 bolsas de 50 kilos, además de otras 150 que los vecinos “devolvieron” oportunamente a la calle. Según trascendió, “alguien” se las compra a un valor de entre $ 40 y 50 cada bolsa. Y se hace una diferencia de varios miles de pesos por tonelada.

La naturalización del delito, el desborde de la realidad social, más la astucia delictiva de algunos, se combinan cada vez que un tren entra cargado con granos a la ciudad de Santa Fe.