Dujovne viajó a Nueva York

Entre Wall Street y la paz social

  • El ministro de Hacienda busca convencer a los inversores. Macri hará el ajuste con o sin acuerdos políticos. Peronismo, CGT y organizaciones sociales ponen condiciones. Y la izquierda protesta.
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Nicolás Dujovne, ministro de Hacienda y Finanzas.

Foto: Archivo El Litoral

 

Redacción de El Litoral

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Nicolás Dujovne pasará el Día de la Independencia de la República Argentina en Nueva York con banqueros e inversores americanos para ratificar que Mauricio Macri cumplirá con las metas de déficit fiscal e inflación acordadas con el Fondo Monetario Internacional.

El ministro de Hacienda y Finanzas viajó a Nueva York con el objetivo de explicar en Wall Street la marcha del programa de ajuste de la cuentas públicas. Nicolás Dujovne arribó a Manhattan acompañado por Guido Sandleris, secretario de Hacienda, y Santiago Bausili, secretario de Finanzas.

La comitiva inicia así una gira que se prolongará en Londres y que procura explicar a los inversores extranjeros cómo es el plan de la Casa Rosada para cumplir la meta fiscal de déficit del 1,3 % en 2019. La meta tiene por escollos la determinación del recorte y la compleja negociación con el peronismo, sus gobernadores y su mayoría parlamentaria.

El gobierno de Mauricio Macri plantea que las provincias cumplan con el pacto fiscal que reduce Ingresos Brutos y además recortará transferencias no automáticas a las provincias, lo que afectará planes de salud, educación y obras por unos $ 140 mil millones. Los mandatarios peronistas quieren postergar el pacto y reclaman que la Nación transfiera a María Eugenia Vidal y a Horacio Rodríguez Larreta el costo de subsidios al transporte o de obras de agua y cloacas que el gobierno federal privilegia en capital y conurbano.

Las inversiones privadas productivas son decisivas en el programa de gobierno de Cambiemos; no han llegado según la promesa oficial. Wall Street no desconoce la trascendencia de la mayoría peronista del Congreso y el peronismo legislativo y de las provincias teme -como los intendentes del PJ en el conurbano- teme su suerte distrital si no negocia.

Macri está dispuesto a gobernar 2019 sin ley de Presupuesto como lo hizo Cristina en 2010; eso le daría aún más discrecionalidad y “poder de apriete” como el que tenía la administración kirchnerista. Pero el PJ se reserva su ocasional alianza con las organizaciones sociales, los gremios y la izquierda para protestar en la calle. “La paz social está en riesgo”, dijo el titular del Movimiento Evita. Fernando “Chino” Navarro, un dirigente ligado al Papa.

Turno radical

Los gobernadores Gerardo Morales (Jujuy), Gustavo Valdés (Corrientes) y el Alfredo Cornejo (Mendoza) se reunirán con el diputado

Mario Negri y los senadores Ángel Rozas y Luis Naidenoff. Los radicales son el “segundo turno” de la estrategia presidencial para discutir recortes por $ 200 mil millones en el Presupuesto 2019. Rogelio Frigerio ya se encontró con los PRO Horacio Rodríguez Larreta (ciudad autónoma) y María Eugenia Vidal (Buenos Aires), pero hay “resquemores” por una supuesta reunión reservada que la cartera política sostuvo en San Isidro con el senador Miguel Pichetto, los gobernadores Juan Schiaretti y Juan Manuel Urtubey y el titular del Frente Renovador, Sergio Massa.

Garantías PPP

Debía ser el 6, pero será el 13 de este mes. Ese día los socios locales de consorcios que ganaron licitaciones viales, para hacer obras por el sistema de Participación Público Privada, deben depositar U$S 2.160 millones como garantía para terminar obras si algún oferente se queda “a mitad de camino”. El aplazamiento tiene explicación: a los actores nacionales se les complicó conseguir el dinero en medio de las corridas. El programa de obra pública con inversión privada es clave para sostener el nivel de actividad económica.

Estrecho margen de acuerdo

El diputado Pablo Kosiner reclama una mesa en común del gobierno con los gobernadores y los legisladores. Diego Bossio, su jefe en el bloque justicialista, advirtió que comparte objetivos con el gobierno pero que “el problema es el camino, el rumbo económico que se eligió”.

El peronismo dialoguista es “decisivo” a la hora de intentar el camino del consenso. Están distanciados del kirchnerismo y tienen votos suficientes en Diputados como en el Senado para sumarlos al oficialismo y aprobar el Presupuesto 2019. Pero hay condiciones que hasta ahora se manifiestan insalvables.

El senador Miguel Pichetto pidió del gobierno la “flexibilidad que no tuvo con las tarifas” y advirtió a Mauricio Macri que gobernar con el Presupuesto “reconducido” y sin una nueva ley “sería un grave error y tendría una lectura muy negativa en el marco internacional y fundamentalmente en el FMI”.

El massismo también formula sus advertencias. Graciela Camaño -del Frente Renovador- le dijo a Clarín que “no estamos participando de ninguna negociación y estamos esperando que el gobierno defina. Está bien el diálogo con los gobernadores pero no se ve el diálogo ni resultados”.

Emilio Monzó, presidente de la Cámara Baja; el ministro del Interior Rogelio Frigerio y los mandatarios Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal son partidarios de un acuerdo. Pero el presidente Mauricio Macri desconfía después de la experiencia de diciembre, cuando acordó cambios pero varios diputados del Peronismo Federal y del massismo votaron en contra.

Ni Bossio ni Pichetto han cerrado la puerta. Pero reclaman que el pacto fiscal que firmaron los gobernadores tenía como escenario una inflación del 15%, una pauta de crecimiento del 3,5% y un dólar a $19. Y eso ha cambiado dramáticamente.

El ajuste en marcha

Dujovne debe dar señales de una sustentabilidad política que garantice los desembolsos parciales con los que el FMI irá completando la asistencia financiera de U$S 50 millones. Si la gestión nacional se garantiza eso y la baja del déficit comprometida, las necesidades financieras para 2019 serán de unos U$S 8.400 millones, deuda que se emitirá por su equivalente en pesos y en el mercado local.

El ministro prevé que el déficit de cuenta corriente baje al 3 % del PBI este año. No habrá controles de capitales ni subas de gravámenes o retenciones; tampoco más impuestos por turismo al exterior, todas propuestas incluidas en el menú de opciones de Sergio Massa, hoy cercano a Miguel Pichetto y el “peronismo dialoguista”.

Macri en cambio ratificó la política de suba de combustibles desde que Javier Iguacel reemplazó a Aranguren; en septiembre y octubre habrá más aumentos de luz y gas. El déficit comercial -devaluación mediante- bajaría del 5 % al 3,5 %.

La Casa Rosada procura bajas del 25% de la estructura de funcionarios; Rogelio Frigerio y el ala política del gobierno no descartan achicar ministerios, menos como efecto real que como gesto simbólico. Pero mantendrá recortes en más de 80 organismos descentralizados (Anses, Afip, Inta, Inti). Eso se sumará al congelamiento de vacantes en el sector público.

Del éxito de Luis Caputo para reducir la volatilidad cambiaria dependerá la posterior baja de tasas. Mientras la suba del dólar aún espera verificar impactos en la estructura de precios internos, el gobierno descartó “controles” aún cuando ha verificado diferencias de hasta 30 % en las góndolas.