Mirada desde el sur

Cómo se vive en Rosario

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Hinchadas. El clásico Ñul versus Central y un partido que hace tiempo no se juega en serio y con calma desnudó impericias, lentitudes y atrevimientos. Foto: El Litoral

Raúl Emilio Acosta

La encuesta que nadie hace. Ante la pregunta elemental: ¿cómo se vive en Rosario? Las respuestas darían una medida del humor de la Región. Mal, asustados y tirando para peor. Sin dinero y con tiroteos. Con emergencia. Sin presupuesto... con todos queriendo un aumento, una cláusula gatillo... o escapándose de un gatillo (¡uff!).

Se podría resolver diciendo que sería una encuesta de múltiples variables. Las respuestas variarían según quién pregunta y qué cosa esta sintiendo, quién debe responder. También en qué sitio de la ciudad está parado. A qué hora. Con qué destino.

Nadie preguntaría sobre el Transporte Urbano de Pasajeros sin saber que es un tema muy conflictivo. Desidia. Enojos. Impericias. Acomodos. Ineptitudes. Egoísmos.

Las frecuencias nocturnas del TUP darían respuestas con enojos y aflicción. El 100 de las respuestas. No se cumplen recorridos y frecuencias. Este viernes 12 de octubre, en el diario de la ciudad sureña, se anunció una iniciativa de paradas fijas en miniterminales barriales con guardias y cámaras y así se define el punto alto de inseguridad (página 3). Es una iniciativa del oficialismo. Un precandidato a intendente por el FPCyS (Pablo Javkin, ex “lilito”) la presentó. El oficialismo reconoce que no se puede esperar, sin peligros reales, un colectivo en la ciudad de Rosario. “Harán paradas de colectivos con alarmas y cámaras”, eso dice el título de tapa. Me inscribo entre los escépticos, pero es visible que el oficialismo reconoce su impotencia ante un problema muy grave. La inseguridad. Surge desde el oficialismo una propuesta que no se puede resolver... desde el oficialismo. Parece broma. Es tragedia cotidiana. Al menos la inseguridad cotidiana que a veces termina trágicamente. Algunos funcionarios (de los pocos autorizados a charlar con el periodismo sin agenda previa) sostienen que este TUP es mejor que el de otras ciudades. La respuesta es una. No se debe igualar hacia abajo y los anuncios hablaban de optimizar el transporte, no de empobrecerlo. Pasado imperfecto, si existiese ese tiempo verbal en la política...

Más encuestas

Otra encuesta, de las que nadie haría, llevaría una pregunta. ¿Quiere Ud. un joven, un viejo, una mujer, un hombre, alguien con pasado reconocido, alguien sin ayer y todo porvenir, para dirigir la ciudad...?

Hay respuestas que asombrarían y, sin trampas, parte de esta encuesta se hizo. Al parecer el resultado es la independencia rosarina, el reconocimiento que Santa Fe provincia no trata a Rosario como ésta quisiera y que éstos, los enojos localistas, la victimización obvia, conforman uno de los requisitos para quien quiera gobernarla.

Al parecer no piden tanto su currículum como su actitud para con el poder provincial y el poder nacional.

Se suma a esto que las obras provinciales, que “llovieron” en este último año, mejoraron el número de Mónica Fein y dejaron clavado en 40% de “te quiero” para el gobernador. Asombra que ese número no mejore a unos ni acerque a otros dirigentes socialistas. Asombra. Refiero una frase de viejos políticos que me acercaron en la semana: la punta de la pirámide es para uno solo. Quien quiera entender que entienda.

“Penal y gol es gol”

Criado en las cercanías de avenida Freyre, cuando las tipas llovían en florecillas amarillas y el medio era tierra apisonada, sabíamos en aquellos picados de la década del ‘50 que penal y gol es gol. No discutamos. El tema Ñul versus Central y un partido que hace tiempo no se juega en serio y con calma, desnudó impericias, lentitudes y atrevimientos. El socialismo es poco experto en temas pasionales y masivos. Es un partido de cuadros. Discuten, se pelean, pero no son más de 10. El tema divide una ciudad y dejó que la impericia y la irresolución los empujase. Impericia y lentitud.

Que concejales de otras ciudades hablasen del tema es poco menos que atrevimiento o mejor, es eso: atrevimiento.

Una intendente que dice “me gustaría que se juegue aquí”. El Libro “Los monos” que describe todo el movimiento que sobre las barras bravas tienen los caciques y caciquejos de la droga (en todo el fútbol profesional, pero hablamos de este caso) y la lentitud de los ministerios que deberían hablar con los organizadores que no son inocentes carmelitas descalzas, y el tema se desmadró. Finalmente, llegaría la calma (¿sí?) y el viejo proverbio oriental. Nunca enciendas un fuego que no puedas apagar.

Es tan fácil de ver. Un clásico pasional con antecedentes funestos, en una ciudad donde se contradice a Gardel: nada es silencio, nadie está en calma, en la noche nadie duerme ni descansa, debía resolverse de modo rápido y seguro. También la contraria. Lento y desde la tribuna. El gobierno no se mete hasta el día que los dirigentes deciden una fecha final. Usaron las autoridades para los propios líos del fútbol. Que no tienen mucho arreglo.

Agregado. Justo ahora, que Central tiene autoridades muy, muy amigas... y que Ñul sigue con líos tribunalicios. Muchos.

En Rosario, octubre (mes de Perón y el Che) se vive el día a día pensando en un clásico que sólo traería líos. Que ya los trajo. Como si desde el gobierno nacional no enviasen, todos los días, señales de líos en el gallinero. La señal más importante. La adhesión de Roberto Miguel a cuestiones impositivas. Una cuestión que define los dineros que tanta falta hacen. Más que un clásico. Suponemos.