Violencia sexual en la política

Senador de La Cámpora renunció a su banca por una denuncia de abuso

El caso se suma al del senador radical Juan Carlos Marino, quien negó los cargos.

 

Redacción de El Litoral

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NA/Télam/Clarín

El senador bonaerense Jorge “el Loco” Romero -Unidad Ciudadana- renunció a su banca tras ser denunciado por abuso sexual. En un posteo en su página de Facebook, dijo que decidió “dar un paso al costado” de sus “responsabilidades políticas”.

Asumirá en su reemplazo la ex vicegobernadora provincial Graciela Giannettasio.

Según Romero, gracias al “trabajo de visibilización” que realizaron con él compañeras de La Cámpora, pudo ver que realizó “prácticas machistas” que en su momento “parecían naturales”, pero que no lo eran, lo que determinó su decisión de dejar la banca.

La renuncia se produjo un día después de que el usuario Teff Solange lo acusara en Facebook. Según Solange, en enero de 2017 Romero la encerró en un baño y pretendió obligarla a practicarle sexo oral durante una fiesta.

“Soy un varón criado en una sociedad patriarcal”, escribió el senador bonaerense en Facebook. “Además soy un militante político con responsabilidades. Desde ese lugar, y a la luz del trabajo de visibilización que han hecho mis compañeras de la organización donde milito, puedo ver que en el pasado tuve prácticas machistas que en ese momento parecían naturales”, dijo.

“Es por eso que he decidido dar un paso al costado de mis responsabilidades políticas para someterme a los procesos que determine la aplicación del protocolo que la organización ha generado para estos casos”, agregó.

“Deconstruirnos significa mejorarnos a nosotros mismos en todos los sentidos y eso es lo que debemos hacer si queremos mejorar también la organización donde militamos y, en definitiva, construir una sociedad más justa, libre y soberana”, concluyó Romero.

La denuncia contra el senador bonaerense se produjo sólo dos días después de que la actriz Thelma Fardis acusara, junto al colectivo Actrices Argentinas, a Juan Darthés por violación. La acusación contra Darthés produjo un aumento significativo en las denuncias por violencia de género. Según el Ministerio de Justicia, crecieron esta semana un 1.240%.

El caso Marino

Entre esas denuncias se encuentra la que realizó una militante del radicalismo de 51 años contra otro político: el senador nacional Juan Carlos Marino (UCR-La Pampa).

Marino negó la veracidad de la denuncia de una empleada del Congreso que lo acusó ante la Justicia de abuso sexual, y avisó que renunciará a sus fueros para ser investigado.

Aunque hasta el momento el senador no habló públicamente, el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, informó que habló con él y que le negó los hechos aunque le aseguró que renunciará a sus fueros para que se esclarezca el caso, tras la denuncia que le formuló la empleada Claudia Guebel por abuso sexual.

Sin embargo, Marino no puede renunciar a sus fueros, pero puede solicitarle a la Cámara que se los quite.

Guebel ratificó ahora públicamente la acusación que presentó el miércoles ante el fiscal Carlos Stornelli y aseguró que la denuncia de las actrices que acompañaron el miércoles a Thelma Fardin en su imputación por violación a Darthés, le “removió todo” y la decidió a revelar lo que le había ocurrido con Marino.

“Sentí mucho asco”, declaró la mujer, tras la presentación del escrito judicial en el que aseguró que Marino le tocó los senos sin mediar palabra en una ocasión, en marzo pasado, cuando se hallaban solos en el despacho del legislador, y que le solía enviar “videos de índole sexual”.

La mujer denunció también al jefe de despacho del senador, de nombre Pedro Fiorda, por el mismo delito y a otro empleado, de apellido Amarilla, con el que se desempeñó hace más de un año en la Cámara de Diputados y que ahora trabaja con el diputado Alfredo Olmedo.

La causa

La denunciante, Claudia Guebel, de 52 años, comenzó a trabajar para Marino hace aproximadamente un año y consiguió el traslado a otra dependencia del Senado después de pedirle ayuda al titular del Inadi, Claudio Presman, de quien dijo ser amiga personal y tras contarle lo ocurrido.

Además de desempeñarse como asesora en el Congreso, Guebel fue autoridad de la Convención Nacional de la UCR. Debido a que el hecho denunciado habría ocurrido en el ámbito del Congreso Nacional, el caso quedó a cargo del juez federal Ariel Lijo y del fiscal Federico Delgado, que deberán ordenar las primeras medidas y tomar declaraciones a la denunciante y al acusado en los próximos días.

El relato de Calo

La denunciante de Romero, Stephanie Calo, habló horas después en TN y dio detalles de acoso que sufrió por parte del legislador bonaerense. “Me encerró en un baño y me dijo que le haga sexo oral”, reveló.

La joven destacó que no lo había hecho público antes por temor. “Siempre se rumorea que son pesados, que no te podés meter. ‘El Loco’, a muchas que las quería chamullar, les decía: ‘Yo jugué a la pelota con Néstor Kirchner, yo soy amigo de Máximo’”, sostuvo.

Calo precisó que el abuso ocurrió en 2017 durante una salida entre militantes de la organización kirchnerista. En ese contexto, Romero la increpó en la cocina del departamento al que fueron.

“Me dijo ‘ahora vas a tener sexo oral conmigo, con él y con él’”, fueron las palabras del senador bonaerense, tras lo cual la encerró en la cocina e hizo entrar de a uno a los otros jóvenes.

“El primero me avanza y le dije que no tenía ganas. El chico me respetó el no. Pasado lo mismo con el siguiente. Me trataron como una trabajadora sexual que estaba por turno”, sostuvo.

“Cuando logro salir, ‘el Loco’ Romero me agarra, me mete en el baño, traba la puerta, se baja los pantalones y, de una forma más guaranga, dijo que quería que le haga sexo oral. Le dije no y que me abriera la puerta”, relató Calo, quien finalmente pudo escapar tras prometerle que mantendrían relaciones en un futuro.

Días después, la joven llevó su caso ante Miguel Ángel Despo, responsable de Logística Nacional de La Cámpora, pero la respuesta que recibió lejos estuvo de ser la esperada. “Me invita a tomar una cerveza en el bar de las Madres, le conté lo que me pasó y se sonrió. Me dijo que hay más pibas que les pasó eso y que es el modus operandi de ‘el Loco’”, le afirmó.

En su testimonio, Calo denunció complicidad dentro de la organización K y reveló que no se aplica el protocolo interno que se había lanzado luego de conocerse distintos casos de abuso. “Vos lo pedís y te dicen que ellos saben como aplicarlo”, señaló.

En ese sentido, aseguró que militantes que fueron corridos por diversas denuncias “después aparecen en marchas, en el aparato de organización y todo termina en nada. Es como decir ‘lo apartamos de sus funciones para que ustedes no hagan más quilombo, chicas’”.

Incluso apuntó contra un diputado nacional del Frente para la Victoria. “Llegó a decir ‘para que yo te de una unidad básica, vos me tenés que chupar la...’. Es alguien que vos y yo le pagamos el sueldo con nuestros impuestos. Bastante quilombero. Es el primero que sale a llorar cuando tiran gas pimienta, el primero en salir a denunciar represión, pero de las pibas ahí nos olvidamos”, cerró.

 

8 de cada 10

Un estudio del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA) demostró que 8 de cada 10 mujeres que hacen política en Argentina aseguraron haber sufrido un episodio de violencia política en su trayectoria, lo cual incluye violencia simbólica y psicológica dentro del Congreso, tal como explicó la directora ejecutiva adjunta del organismo, Lucía Martelotte.