Carlos Sáenz, director de vigilancia epidemiológica del Ministerio de Salud (Minsa), dijo a medios oficiales que las medidas preventivas incluyen un control de pasajeros en el aeropuerto internacional Sandino y en las aduanas fronterizas con Honduras y Costa Rica.
“Todas las muestras de laboratorio hasta hoy son negativas, pero hemos intensificado la vigilancia epidemiológica en todas las unidades de salud”, añadió.
Sáenz pidió a la población no desestimar al peligroso virus, que se propaga a través de la picadura del mosquito Aedes Aegypti, también transmisor del dengue en sus tipos clásico y hemorrágico.
“El chikungunya es peor que el mismo virus del dengue, porque afecta tremendamente las articulaciones y deja a las personas con secuelas permanentes”, advirtió el especialista.
Aseguró que todo el personal del Minsa está capacitando a médicos y enfermeras en el manejo de pacientes que lleguen con síntomas de padecer la enfermedad: fiebre, dolor de cabeza y articulares.
Por su parte, Martha Reyes, directora de Prevención del Minsa, instó a la población a redoblar las medidas de higiene en sus viviendas, especialmente eliminando recipientes y depósitos de agua donde los mosquitos incuban sus larvas.
Según Reyes, el sector más vulnerable al virus son los niños menores de dos años, las mujeres embarazadas y los ancianos, debido a que generalmente presentan debilidades en su sistema inmunológico.
Casos de chikungunya se han detectado en las islas caribeñas de Haití, República Dominicana, Martinica, Guadalupe y Cuba. En América Central ya se han reportado casos en Panamá, El Salvador y la vecina Costa Rica.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) confirmaron en diciembre de 2013 los primeros casos de chikungunya en América del Sur y países del Caribe.
El año pasado, Nicaragua enfrentó una fuerte epidemia de dengue que dejó 20 fallecidos y más de 8.000 afectados. En el resto de Centroamérica, la enfermedad causó 40 muertes y 100.000 contagiados.
dpa