Gastón Dubois
Sin prisa, pero sin pausa, Colón y Unión deben centrarse sólo en su obligación: sacar al fútbol de Santa Fe del ostracismo nacional. No es posible que clubes centenarios y populares estén navegando en las intrascendentes aguas del Nacional B.
Por historia, por tradición, por arraigo popular, por pasión y porque Santa Fe es una ciudad muy futbolera (como la define Ricardo Porta), es obligatorio para ambas instituciones volver a la “A”.
Que no nos vengan los dirigentes de ambos clubes con excusas tales como: “Sale muy caro mantener a un plantel...”; “el rubro fútbol va a pérdida...”, etc, etc. A esto no lo digo sólo por los presidentes. Algunos de sus laderos parecieran usar sólo la chapa de directivo y a los clubes les entregan poco y nada. Se han visto en este último Mundial a dirigentes de ambas instituciones viajar a Brasil y no precisamente a buscar refuerzos o a alentar como hinchas a la Selección; sino más bien a aprovechar la condición de dirigentes y así poder usar los privilegios que otorga pertenecer a una u otra comisión directiva.
Que se dejen de divisiones y peleas y de vivir de los clubes. Es hora de la unidad y de trabajar por el ascenso en forma full time, tirando todos del mismo carro.
Sphan y Vega fueron llamados en distintas circunstancias para apagar diferentes fuegos, y a su medida cumplieron. El presidente del club de la “Avenida” lo ascendió y después lo vio descender.
Aunque financiera y económicamente lo mejoró, Luis debe entender que con eso no alcanza. Unión respira fútbol, lo demás no importa y tiene la obligación de devolverlo al sitio que se merece.
Por el lado del “Sabalero”, “Lalo” devolvió la institucionalidad reclamada en el plano dirigencial, pero vendió jugadores formados por las inferiores del club por más de 4 millones de dólares y desarmó un equipo que en Primera había cosechado 30 puntos.
Hoy por hoy, si no asciende es su responsabilidad y la de sus directivos. Si dijimos que Unión respira fútbol el ADN de Colón es la pelota y sus circunstancias.
En un torneo que dura sólo seis meses y que ofrece la posibilidad de diez ascensos hay que darle la derecha a los técnicos: Osella y Madelón. Con ellos se arranca y con ellos se muere. No hay tiempo en este torneo para una vuelta de timón. Que trabajen furiosamente por el ascenso.
El fútbol es el más lindo y cruel de los deportes y los resultados te hunden o te llenan de gloria. En este caso ascender no es ninguna gloria, puesto que hay diez lugares para 22 equipos. No embromen con los sentimientos de ambas hinchadas.
Y si hablamos de hinchadas, habrá que exigirles también a ellos. Este duro Nacional B va a requerir del apoyo total de sus hinchas. No habrá que silbar, ni habrá que insultar a los jugadores, ni habrá que producir ninguna conducta que haga posible alguna sanción a los estadios, porque no habrá que dar ventajas.
Hay otros clubes que están siendo apoyados por sus gobiernos provinciales para que asciendan. No es el caso de Unión y Colón, que deberán pelearlas por sí mismos, pero a sabiendas de que si no se asciende, será un fracaso. Ni hablar de si uno sube y el otro no.
Que la diosa pelota se pose sobre esta bendita ciudad y podamos volver a tener el próximo año un clásico con público y en Primera, no como la última vergonsoza edición que como sociedad futbolera nos hizo descender a los infiernos del fútbol.