Al hombro o en moto, bicicleta, carretilla, changuito y hasta cochecito de bebé. Vecinos de diferentes barrios de la ciudad apelaron a todos los medios de transporte posibles para llevarse su garrafa social del nuevo punto de venta ubicado en el CIC de Facundo Zuviría, en 1º de Mayo y Azcuénaga.
Allí, por gestión del municipio, hoy la distribuidora Amarilla Gas vendió 380 garrafas de 10kg a $ 16 cada una, la tercera parte de su valor de mercado. Por esta razón la cola de gente que esperaba la apertura de la venta, a las 11.30, se extendía por más de 200 metros.
El camión de Amarilla Gas marcaba el punto de expendio: a su lado y detrás de una mesita, Tedi Girretti, integrante de la empresa, cobraba y entregaba los tickets de $ 16 que llevó preimpresos para agilizar la venta. “La Municipalidad pidió una por persona pero podemos entregar dos a quien lo pida: es una solución para una familia, no para un comerciante”, expresó. Lo ayudaron en la entrega tres empleados de la firma, miembros de la Guardia de Seguridad Institucional municipal y personal del CIC. También estuvo presente el director de Derechos Ciudadanos del municipio, Franco Ponce de León, quien se dijo satisfecho con el resultado.
“Vamos a seguir insistiendo para que la Secretaría de Energía de la Nación habilite nuevos puntos de venta” dijo, y anticipó que realiza gestiones ante distribuidoras para replicar la experiencia en otros barrios.
Conveniente
La venta se realizó a buen ritmo y sin ningún tipo de inconveniente: se vendieron hasta 2 garrafas por persona a quienes llevaron su envase y pagaron el importe.
Karina Ochoa cargó dos garrafas en su moto para llevarlas hasta su casa en Yapeyú. “En Blas Parera entregan solamente 100 garrafas y nunca llego a comprar una, por eso me vine hasta acá: tengo una bebé y con dos garrafas tengo para dos meses”, calculó.
A su lado Miguel Ojeda, de barrio Pompeya, ataba con una soga su garrafa a la bici. “Me conviene: por lo que antes pagaba $ 75, hoy pago $ 16 y tengo para todo el mes”. Para Ramona Gorretto, de Villa Elsa, fue más fácil: aprovechó que vive a tres cuadras y se la llevó en carretilla.
“Es mejor esperar y pagarla más barata que pagarla $ 60 ó $ 75” explicó Germán Aranda, quien cargó a su mujer y a su garrafa en bicicleta. Es de Guadalupe Oeste y el viaje valió el peso: en su casa viven tres parejas con dos nenes, y hacen durar la garrafa de 10 kg por casi 2 meses.