El sistema de salud en alerta por el brote de ébola en África

La gravedad del brote de ébola, que mató a unas 1.000 personas en Guinea, Liberia, Sierra Leona y Nigeria, decidió a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a declarar una emergencia pública sanitaria internacional y al Ministerio de Salud de la Argentina a establecer un sistema de vigilancia, articulado con las provincias, para poder actuar con velocidad si se detecta algún caso en el país.

El brote comenzó en marzo en Guinea y luego se extendió a Liberia, Sierra Leona y Nigeria, países que tienen una alta circulación fronteriza. Hasta el momento, la OMS contabilizó unos 2.000 casos (la mitad ya fallecieron). “Estamos ante el brote más severo y complejo en cuatro décadas de historia de esta enfermedad”, afirmó Margaret Chan, directora de la OMS.

El virus del ébola (EVE) produce una enfermedad hemorrágica febril, que tiene una tasa de mortalidad que va del 50% al 90%. “Como no existe vacuna, ni tratamiento específico probado resulta fundamental adoptar medidas de prevención y control de los posibles casos”, advirtió el Ministerio de Salud.

El movimiento de personas entre la Argentina y esta región de África no es frecuente, porque no hay una relación comercial regular ni tampoco vuelos directos. “Lo que reduce los riesgos, a diferencia del peligro que supone un brote de dengue en Brasil y Paraguay, que son países fronterizos, pero está bien que el país haya activado un sistema de vigilancia”, destacó Andrea Uboldi, titular de la Dirección de Promoción y Protección de la Salud de la provincia de Santa Fe, en diálogo con El Litoral.

A partir de que el Ministerio de Salud activó el sistema de vigilancia con foco en el ébola, la cartera sanitaria santafesina recibió información sobre el brote, protocolos de actuación internacionales y se coordinaron acciones conjuntas para la probabilidad de que se detecte un paciente que porta el virus.

El ébola se propaga mediante la transmisión de persona a persona, por contacto directo (a través de las membranas mucosas o de soluciones de continuidad de la piel) con órganos, sangre, secreciones, u otros líquidos corporales de personas infectadas, o por contacto indirecto con materiales contaminados por dichos líquidos. No está demostrada la transmisión aérea, como si sucede con las cepas de gripe.

Puertos y aeropuertos

Uboldi explicó que en la provincia se controlan —hay unidades sanitarias regionales— los puertos del Gran Rosario, sobre todo el de San Lorenzo que tiene un movimiento importante de personas y cargas. Pero el foco suele estar puesto en enfermedades como la malaria, la fiebre amarilla y el dengue, que son frecuentes en los países del sudeste asiático con los que la Argentina tiene una fuerte relación comercial (por ejemplo, China) por las exportaciones del complejo sojero.
En el caso del ébola, como el viaje en barco desde África lleva más de dos semanas un caso sospechoso debería “detectarse” en alta mar y ser informado a las autoridades para que pueda ser contenido.
Como sucedió en España, en donde un sacerdote retornó afectado por la enfermedad en un dispositivo de aislamiento biológico —es como un rectángulo de plástico— (Ver El Dato), tal vez la mayor probabilidad de que el virus llegue al país es a través de un médico o un voluntario argentino que esté trabajando en la zona de la epidemia. Pero hay protocolos muy serios para transportar a estos pacientes en caso de que sea necesario.
También hay unidades de vigilancia epidemiológica en los aeropuertos internacionales de la Argentina, como el de Fisherton en Rosario. “Ante el eventual arribo al país de casos sospechosos, estos serán aislados, evaluados y eventualmente trasladados cumpliendo con las medidas de protección al Hospital de Alta Complejidad ‘Néstor Carlos Kirchner‘ (de la localidad de Florencio Varela) o al Hospital de Pediatría ‘Juan P. Garrahan‘, establecimientos designados para la atención de estos casos”, informó el Ministerio de Salud de la Nación. El laboratorio nacional de referencia que se ocupará de analizar las muestras y confirmar los resultados, en caso de ser necesario, es el INEI-ANLIS “Carlos Malbrán”.
Se considera caso sospechoso a toda persona que haya tenido fiebre (mayor a 38°); contacto con algún caso confirmado de ébola en los 21 días anteriores a la aparición de síntomas y que haya viajado a regiones con circulación confirmada del virus.
Otros síntomas de la enfermedad son dolor muscular, de cabeza y garganta y debilidad. La enfermedad evoluciona con vómitos, diarrea, fallo renal y hepático y hemorragia masiva interna y externa. En el estadio final, los pacientes desarrollan un fallo multiorgánico.
En África se han documentado casos de infección asociados al contacto con chimpancés, gorilas, murciélagos frugívoros, monos, antílopes y puercoespines infectados.