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El hecho se registró ayer por la noche en el domicilio de Brandsen al 300, donde fue encontrada la chica con marcas en su cuello de compresión mecánica, según reflejó la prensa local.
El padre de la menor, que está separado de su mujer, declaró a la Justicia que ayer, alrededor de las 21.15, pasó por la casa a visitar a sus hijos, la nena fallecida y su hermano, de 16 años, pero nadie atendió.
Como vive a la vuelta de la casa, desde allí llamó por teléfono y su hijo le dijo que los dos estaban durmiendo, razón por la que no habían escuchado el timbre, aunque 10 minutos después un vecino se acercó hasta su casa para decirle que habían encontrado muerta a la joven.
Según indicaron fuentes policiales, el cuerpo de la menor fue hallado por su hermano, quien al levantarse para atender el teléfono se habría topado con él en el pasillo, delante de la puerta del baño, tras lo cual dio aviso a un vecino, que a su vez se dirigió a la casa del padre.
La madre de los adolescentes no se encontraba en ese momento en la casa debido a que estaba cumpliendo su horario laboral en el hospital municipal Ramón Santamarina, donde se desempeña como mucama.
Durante un relevamiento pericial realizado en la escena del crimen, la Policía descubrió una especie de santuario en un sector de la casa, por lo que suponen que allí se celebraba algún tipo de rituales religiosos.
Las declaraciones del padre reforzaron esta hipótesis, al señalar que un parapsicólogo frecuentaba asiduamente la casa, informó la prensa tandilense.
Según consignaron varios portales locales, los forenses determinaron que la joven murió por “asfixia mecánica por compresión a nivel del cuello, con paro cardiorrespiratorio traumático”.
Otra de las hipótesis que manejan los investigadores es la de la muerte accidental por un juego conocido como “shocking game”, que consiste en provocar el desmayo del otro a través de la asfixia.
En la causa trabaja personal de la Comisaría 1a. y de la DDI de Tandil, bajo órdenes de la Fiscalía de turno.
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