Enrique Cruz (h)
(Enviado Especial a Tandil)
La suspensión hizo que se pudieran compartir muchas horas con la delegación de Unión y se lo notaba tranquilo a Madelón. Por empezar, quería jugar sí o sí el sábado. Pero no era el único, ya que esa idea también estaba en la cabeza y en la intención del árbitro Mariano González y hasta de la gente de Santamarina. Tanto quería jugar Madelón, que salió a ver la cancha a las 15.30, o sea una hora antes del inicio previsto del partido, el sábado; y luego lo hizo cuando Mariano González le pidió a los jugadores que esperen unos minutos para ver si la lluvia paraba y se podían pintar las líneas nuevamente, ya que de esa forma no se podía jugar. Se movió adentro de la cancha como si fuese un jugador más y se notaba el agua acumulada en el sector central. No quedó otra alternativa que postergarlo por 24 horas, tal como lo indica la reglamentación. Y ayer se jugó en circunstancias casi normales (algunos jugadores se quejaron porque la cancha estaba despareja, aunque no embarrada).
—¿Fastidioso por no llevarte los tres puntos?
—No lo supimos liquidar, cuando estábamos 2 a 0 el árbitro cobró una ‘manito’ adentro del área y se nos complicó. La actitud fue muy buena, el orden también, la táctica se cumplió, pero yo veía que faltando 20 minutos se nos venían por todos lados. Lo positivo es que cortamos la racha, aunque ahora hay que ganar en Santa Fe. No me deben nada los muchachos, ellos son aguerridos y tuvieron su premio en el final.
—¿No te parece que era muy accesible para ganar este partido?
—Estábamos ganándolo y bien. Pero ya pasó. Como técnico, debo entrar al vestuario y crear un ambiente positivo. porque no podemos quedarnos a llorar dos días en Tandil por algo que pudo ser y no fue. Lo nuestro fue digno, en una cancha complicada que será duro para muchos. Ojalá que éste sea el punto de quiebre en la campaña. Prefiero mirarlo de esa manera.
—¿No lo supieron ganar?
—No sé si no supimos o no nos dejaron. La ansiedad por ganar hizo que nos apresuráramos en la decisión final en muchos contragolpes. Y ellos se vinieron. A mí me gustó el planteo y el trabajo de los pibes, debo seguir trabajando sobre esta idea.
—El equipo venía de sufrir seis goles en dos partidos y le hicieron dos en éste. ¿Sigue todo igual?
—Hay que encontrar el equilibrio, pero antes había que cortar la racha. Si jugábamos bien y éramos avasallantes, pero se perdía, la confianza no iba a ser la misma porque nos íbamos a dar cuenta de que no servía para nada jugar bien si no se gana. Ahora hay que ganarle a Crucero del Norte.
—Hablando de lo defensivo, se invierten las características en este equipo, porque el del torneo pasado era más confiable.
—Este es otro equipo, con otras características... ¿Se acuerdan cuando llevábamos seis partidos sin goles?, ahora me cuesta explicar esto que nos pasa, pero hoy lo veía bien, firme, y una desconcentración al final nos costó la victoria. Por tres minutos entramos con cara de culo al vestuario y estuvimos diez o quince minutos sin hablarnos. ¡Sólo por tres minutos semejante fastidio! Si ellos no llegaban al gol, seguramente se estaría hablando de un buen planteo y una buena actuación del equipo, pero así es el fútbol.
—¿Qué opinás del penal que cobró Mariano González a favor de Santamarina por la mano de Rivas?
—Fue un penalito. En la mitad de la cancha, esas manos no se cobran. Después me dijo: ‘¿Viste que tu jugador volvió a cometer una mano?’, y yo le dije que no me explicara nada, que se limitara a dirigir. Ya está, ya pasó. No le voy a echar culpas al árbitro por no haber podido ganar el partido.